Alexei Ramírez jugó ocho exitosas temporadas el las Grandes Ligas con los Medias Blancas de Chicago.
Web ScreenShot.
Por Luis Álvaro Fernández.
La historia de Alexei Ramírez con los Padres de San Diego no duró poco, fueron 128 partidos, suficientes para que la peor selección de la División Oeste del viejo circuito tornara su vista hacia un nuevo jugador.
Entonces el cubano, que cumplirá 35 el 22 de septiembre y lleva nueve campañas al más alto nivel, encontró una nueva casa con los Rays de Tampa Bay —la tercera franquicia en que juega—, el equipo más desdichado en la poderosa División Este de la Liga Americana.
Pero, ¿por cuánto tiempo será este el nuevo hogar de Ramírez? Para respondernos esta interrogante sería bueno analizar por qué los Padres de San Diego despidieron al pinareño.
Supongo que el interés de los Rays sea a corto plazo, sobre todo pensando en dos variantes: 1- Que Ramírez es un jugador de experiencia en las Mayores y aportaría a una formación de jóvenes para la venidera temporada 2017. 2- Que el cubano ahora mismo no es de los peloteros más costosos en el mercado.
¿Cómo comenzó el declive de Ramírez?
Sus ocho primeras temporadas, vistiendo la franela de los Medias Blancas de Chicago, donde bateó para .273, con 109 jonrones y un porcentaje de embasado de .310, fueron exitosas. Luego Ramírez comenzó a descender en su capacidad y virtuosismo defensivo.
A partir de la contienda de 2014, cuando su promedio de bateo bajó de .284 a .273, y un año después, en 2015, hasta .249, las proyecciones de Ramírez ya estaban mostrando que el calibre de su swing se apagaba lentamente.
Pero la defensiva estaba allí y eso hacía al pinareño una pieza necesaria en la novena que dirigía Robin Ventura.
Sin embargo, entrando en el verano de 2015 la gerencia de los Medias Blancas estaba totalmente decidida a abandonar su matrimonio con Ramírez, luego de que el paracorto registrara su peor cifra en DRS (Carreras Salvadas a la Defensiva), sumando un bajísimo (-6).
Que el bateo no estuviera presente era perdonado en Chicago —de alguna manera—, pero los continuos fallos defensivos, no.
En San Diego: Ramírez se quedó frío, frío
Así estaba Alexei Ramírez el pasado 15 de julio, frío, frío, con el bate congelado, cuando escribí sobre los tres cubanos a los que les sería difícil revertir su descenso en el plato este año. Era de esperar y quizás podríamos decir que al pinareño le sucedió algo parecido a la situación que echó a su compatriota Dayan Viciedo de la MLB, el no estar bien con la sabermetría.
Pero así es en la competencia, sobre todo en la actualidad, cuando cada reporte muestra algo diferente y a los peloteros de Grandes Ligas se les pide rendimiento, estabilidad y superación.
Al final, la gerencia de San Diego fue benévola con el pelotero natural de Taco Taco, en San Cristóbal, Pinar del Río.
Caída de su potencial con el madero
En 129 desafíos con los Padres de San Diego, Alexei exhibió los peores números de su carrera, con promedio de .241, porcentaje de llegar a bases de .275, slugging de .330, poder aislado de .090 y WAR de -2.1, su primera marca negativa en nueve años.
Su radio de bolas puestas en juego cayó tanto como a un .266, cuando su peor cifra había sido .290, al finalizar la campaña de 2012.
Sus piernas tampoco son las mismas, al punto de que en lo que va de 2016 Alexei ha marcado su peor porcentaje de hits dentro del infield, con solo un 4.2%, cuando la media de su carrera ha sido 8.2%.
Hablamos de un defensor que fue exitoso en el pasado, o digamos hasta hace apenas cuatro temporadas —justamente cuando comenzaron a aflojar sus volúmenes defensivos—. El pinareño aún cuenta con un total de 18 carreras salvadas a la defensiva en su historia. Lo que sucede es que en sus últimos tres años esos resultados que eran brillantes han sido insuficientes, hasta caer de manera estrepitosa: (-4) en 2014, (-6) en 2015 y (-17) en 2016.
Los retos continuarán para Ramírez y solo él será quien pueda determinar su estancia en el béisbol de las Mayores. Aunque sin dudas puede decirse que la carrera del cubano en la Gran Carpa ha tenido mucho colorido desde que pegó cuatro Grand Slams como novato (para marcar récord), hasta que en 2014 participó en su primer Juego de las Estrellas, donde tuvo el honor de sustituir al legendario shortstop de los Yankees de Nueva York Derek Jeter, quien jugaba su último clásico de mitad de temporada.
Hoy bateo homerun de 3 carreras que le dio la victoria a Tampa contra los Azulejos, tambien dio un sencillo, anoto 2 veces, no recibio bases por bolas y se poncho 1 vez en 4 veces al bate.
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