Yasmani Grandal tiene 25 cuadrangulares esta temporada con los Dodgers de los Ángeles.
Web ScreenShot.
Por Jorge Ebro.
Los anglosajones lo llaman ""breakthrough'', aunque en español se encontraría una frase algo más elaborada, algo así como "el momento de consagración'', pero en cualquier idioma le cuadraría bien a Yasmani Grandal.
El cubano, que estuvo de visita con Los Angeles el pasado fin de semana, está teniendo la temporada de su vida al punto que ha roto casi todas sus marcas personales ofensivas, especialmente en cuadrangulares e impulsadas con 25 y 64, respectivamente, mientras que su trabajo detrás del plato ha levantado elogios por su manera de conducir un pitcheo por el cual han pasado 14 abridores.
De llegar a 30 jonrones como enmascarado, entraría en un club exclusivo dentro de los Dodgers junto a Roy Campanella y Mike Piazza, pero Grandal está enfocado en otro premio mayor, uno que viene a fines de octubre.
Esta va siendo una temporada diferente en términos de poder.
"Creo que la verdadera diferencia ha sido la salud. En otros años siempre tenía problemas, especialmente al final de cada campaña. Comenzaba poniendo buenos números y siempre pasaba algo al final. Ahora ha sido al revés''.
Tus jonrones son en racimos: en cinco ocasiones has tenido dos juegos seguidos con palos de vuelta entera.
"No pienso ni siquiera en conectar jonrones, así que menos en pegarlos de manera consecutiva. Lo único importante es darle con un contacto duro. Lo mío es llegar a la base. Si se va por encima de la cerca, eso es un extra''.
¿Te sientes listo para la postemporada?
"Haber jugado en esa etapa el año pasado me ayudó mucho. Fui mi primera vez en los playoffs y esta vez, si Dios quiere, ayudar al equipo a ver si ganamos un campeonato. De nuevo, la salud es vital''.
Has madurado como bateador, pero también elogian tu defensa.
"Desde que llegué a la pelota profesional la defensa es algo muy importante para mí. Siempre he pensado que soy un catcher primero y luego un bateador. Trabajo al máximo, pero sé que me falta un mundo de cosas sobre las que trabajar''.
¿Qué recuerdas de Don Mattingly, ahora como manager contrario?
"Es un gran dirigente, que ganó tres divisiones seguidas en Los Angeles. Venir a los Marlins fue una oportunidad para hacer algo nuevo e interesante con un equipo joven. Creo que ha hecho muy buen trabajo y los ha llevado a un lugar diferente''.
¿Sigue siendo especial jugar en Miami o ya pasó la novedad?
"Crecí aquí en esta ciudad y tuve la suerte de pasar en Miami mi etapa de preuniversitario y mi universidad jugando pelota. A los Marlins los seguí desde niño, así que todo eso siempre será especial, sin importar cuantas veces regrese aquí''.
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