Al santiaguero José Julio Ruiz no le caen los hits en Venezuela

Los Caribes contrataron al poderoso inicialista cubano José Julio Ruiz
con la esperanza de que fuera una fortaleza de su lineup.
Foto cortesía Prensa Caribes de Anzoátegui

Por Juan Páez / @jmanupz

Los Caribes de Anzoátegui contrataron al poderoso inicialista cubano José Julio Ruiz con la esperanza de que fuera una fortaleza de su lineup, una amenaza jonronera en uno de los parques en los que la pelota sale del campo con más frecuencia. Hasta ahora, después de sus primeros siete juegos de un campeonato que solo trae 63 compromisos, eso no ha ocurrido.

El nativo de Santiago de Cuba, quien viene de demostrar su poder y su capacidad impulsora con Acereros de Monclova en la Liga Mexicana de Béisbol, no ha tenido suerte. Solo tiene seis de hits en 29 turnos. Tres de esos imparables son extrabases, dos de ellos son vuelacercas y produjeron las únicas dos carreras remolcadas a la cuenta de Julio-Ruiz.

Equipo	Liga	AVG	G	AB	R	H	2B	3B	HR	RBI	TB	BB	SO	BR	OR	OBP	SLG	OPS
ANZ	LVBP	.207	7	29	5	6	1	0	2	2	13	3	5	0	0	.281	.448	.730

Esos dos cuadrangulares solitarios los conectó en los dos primeros juegos de la temporada, ante Águilas del Zulia. Desde entonces, no ha producido rayitas pese a estar en el corazón ofensivo de los aborígenes, un equipo bastante ofensivo y que por lo general pone bastantes hombres en circulación.

Uno de los principales problemas del toletero zurdo de 31 años de edad es precisamente es cuando llega al home a batear con compañeros a bordo. Con las bases vacías, su promedio es de .357 (14-5), con esos dos estacazos de vuelta completa y un doblete.

La historia cambia cuando consigue compañeros en los senderos. En esas situaciones liga para .067, minúsculo porcentaje ofensivo producto de solo un inatrapable en 15 viajes legales al plato. Peor aun: cuando encuentra hombres en posición anotadora, no tiene incogibles en nueve turnos, con tres ponches.

En un circuito tan corto como la Liga Venezolana de Béisbol Profesional es probable que de seguir así, Julio-Ruiz no llegue a mitad de noviembre con el equipo y se tenga que marchar.

Esperanza

Pero no es todo es malo para la antigua pieza de las Avispas de Santiago de Cuba. Hay razones para pensar que podría irle mejor pronto. Hay motivos para deducir que ha sido blanco de la mala suerte, de ese argumento de “le doy bien, pero lo que pasa es que no caen los batazos”.

Su BABIP (Promedio de Bateo en Bolas Puestas en Juego, por sus siglas en inglés) antes del juego de este viernes contra Cardenales de Lara, en el que se fue de 4-1, está en un bajo .158. Puede atribuírsele a que 1) no está pegándole bien a la bola o 2) la defensa contraria está haciendo magia, al igual que el pitcher del otro equipo.

En nuestro caso, creemos que el problema de Julio Ruiz es el primero. En ambos enfrentamientos con el Zulia lo vimos conectar líneas salvajes que pararon en los guantes de los jardineros, batazos que, de llevar otra dirección, habrían abultado su casilla de extrabases. El primera base está a las puertas, predecimos, de un mejor episodio en el circuito venezolano, aprovechando las bondades que tiene un bateador zurdo al jugar en el estadio Alfonso “Chico” Carrasquel.

“Es un estadio pequeño comparado con aquel donde yo jugué en México”, dijo el slugger, quien además de pasar por Cuba, Estados Unidos y Venezuela, estuvo en Puerto Rico, República Dominicana y México.

Julio Ruiz encuentra una gracia en Venezuela, algo que le recuerda a su tierra natal: la manera de cómo se juega la pelota. 

“Venezuela se asemeja mucho al béisbol que nosotros jugábamos allá en Cuba”, le dijo al diario El Tiempo. “Esto es un béisbol bastante caliente. La afición es muy fanática. Por ejemplo, en ligas menores en Estados Unidos eso no se vive mucho”.

Los batazos de este fuerte toletero hacen pensar que pronto saldrá de ese abismo ofensivo y empezará a conseguir espacios para que la mayoría de sus conexiones, como ahora, no termine en el guante de los patrulleros.