Anécdotas y ganadores de pruebas de habilidades en los Juegos de Estrellas

El célebre slugger camagueyano Miguel Cuevas compartió el triunfo en el primer derby de jonrones.
El célebre slugger camagueyano Miguel Cuevas compartió el triunfo en el primer derby de jonrones.
Por Raiko Martín / raiko@juventudrebelde.cu

Menos de una semana nos separa del tradicional Juego de las Estrellas, una celebración que tuvo su primera experiencia cuando se realizaba la segunda edición de la Serie Nacional de Béisbol, allá por el año 1963.

Desde entonces, estas fiestas han evolucionado a la par de nuestro béisbol. Cientos de jugadores, entre ellos las más notables figuras del béisbol pos Revolución, han animado estos desafíos que desde su tercera edición contaron con las pruebas de habilidades.


Según los amplios archivos del estadístico Benigno Daquinta, en aquella versión inicial del duelo estelar, celebrada en el Estadio Latinoamericano, el equipo Occidentales utilizó a 21 jugadores, mientras que vieron acción otros 18 defendiendo los colores de Orientales.



Nombres tan rutilantes como los de Pedro Chávez, Antonio Jiménez, Jorge Trigoura, Urbano González o Fidel Linares, todos con un amplio historial en nuestras campañas beisboleras, fueron los primeros en representar al este, mientras que el bando contrario era prestigiado —entre otros— por Owen Blandino, Miguel Cuevas, Andrés Telémaco y Manuel Alarcón.

Dice la historia que aquel 15 de marzo se vivió un duelo de lanzadores que dejó inmóvil la pizarra del Coloso del Cerro hasta que en el sexto episodio los Occidentales, frente a Juan Medina Palenzuela, fabricaron un racimo de cuatro anotaciones —la primera de ellas por hit del emergente Elpidio Mancebo— que les hubiesen bastado para apuntarse la primera victoria en estos cruces de armas. Hasta el momento, después de 29 ediciones (entre ellas un juego entre los equipos de Truenos y Centellas, con jugadores de ambas zonas mezclados, y el del pasado año cuyo resultado no es válido por no haber superado el quinto episodio), el balance es de 14-13, a favor de los Orientales.

No fue hasta el 11 de marzo de 1965 que también en el Estadio Latinoamericano —fue el «firmamento» para estos juegos hasta 1998— que aparecerían las pruebas de habilidades como un espectáculo que aderezaba estas festividades.

Para iniciar este acápite, fueron convocados los mismos «exámenes» que se vivirán en la próxima versión, y para los libros quedaron los ganadores como los pioneros de estas historias.


Oreste Noroña fue el ganador de lo que pudiera considerarse como la carrera de home a la primera almohadilla —fue pactada a 50 metros— con tiempo de 5.9 segundos, mientras que nadie pudo mejorar los 13.9 segundos que empleó Antonio González para darle la vuelta al cuadro. El propio Noroña, junto al icónico Miguel Cuevas, se adueñaron del galardón destinado al mayor jonronero, gracias a sus tres vuelacercas en la prueba; al tiempo que Lázaro Pérez exhibía la potencia de su brazo para imponerse en el tiro desde los jardines.

Mas no siempre fueron estas las modalidades pactadas para medir la destreza de nuestros mejores peloteros. Por ejemplo, en la cuarta edición, celebrada el 9 de enero de 1966, el recorrido al cuadro se hizo en forma de relevo y el éxito correspondió a la cuarteta oriental integrada por Juan Díaz, Owen Blandino, Andrés Telémaco y Felipe Sarduy, quienes consiguieron un registro de un minuto exacto en todo el recorrido. La estafeta de los Occidentales, formada por Antonio Jiménez, Rigoberto Rosique, Pablo Cruz y Félix Rosas, completó el trazado en 59,5 segundos, pero fue descalificada cuando el tercer hombre perdió la gorra que servía como testigo.

En esa misma ocasión —siempre según los archivos de Daquinta— debutó la captura de foul fly para los receptores, ganada por Armando Vera, y el fildeo de los jugadores de cuadro en el que se impuso Félix Zulueta.

Estas pruebas nunca se repitieron, pero en cambio vio la luz, durante las ediciones correspondientes a la 6ta. y 25ta. Serie Nacional, un premio a la mejor combinación de double play. En la primera de estas versiones la triada de Germán Águila, Féliz Issasi y Pedro Chávez completó la jugada en 2,2 segundos, mientras que en la otra, el mejor tiempo fue de 1.91 segundos, ejecutados por Luis Ulacia, Sergio Quesada y Leonel Moa.


Y ya que estamos hablando de la siempre esperada comparación de habilidades, y miradas las nóminas anunciadas para brillar sobre el diamante del matancero Victoria de Girón dentro de algunos días, ocho jugadores que han animado estas pruebas durante los últimos cinco años pudieran repetir ahora.

Entre ellos, sobresale el enmascarado capitalino Frank Camilo Morejón, quien participó en el tiro al barril en las convocatorias de las series 52, 54 y 55, ganando las dos últimas. Otros de los ahora nominados que ya saben lo que es el triunfo en estas lides, son el también receptor villaclareño Yulexis La Rosa (Tiro al barril 53 SN), el jardinero avileño Luis Robert Moirán (Tiro desde los jardines 55 SN) y su par guantanamero Julio Pablo Martínez (carrera de home a primera base 55 SN). ¿Podrán repetir ahora?

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