Los planes de Álvarez no solo fueron volver a la LVBP , sino también estar hasta donde llegue el equipo, que pudiera prolongarse hasta febrero si se corona y asiste a otra Serie del Caribe |
Por Juan Páez / @jmanupz
Dariel Álvarez tuvo su primera temporada en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional el año pasado, cuando vino tarde en la ronda regular con los Tigres de Aragua. Pese a su tardío arribo, el cubano fue vital en el título que consiguió el equipo felino, el décimo en su historia.
En la etapa eliminatoria, solo disputó cuatro juegos, pero rindió como pocos en tan baja cantidad de desafíos. Tuvo siete hits en 15 turnos (.467), con dos dobles, cuatro empujadas y siete anotadas. En la semifinal y final, ligó para .295 en 10 encuentros, con un vuelacerca y siete remolcadas.
Su pasión por la pelota venezolana, así como la camaradería que consiguió en el club, hizo que se comprometiera para volver con los bengalíes para la campaña 2016-2017. Álvarez demostró que su palabra vale. Se reportó a la divisa aragüeña para seguir mejorando aspectos de su juego y tratar de conquistar otra corona de campeón.
“El año pasado llegué tarde por problemas personales, pero me gustó el béisbol de aquí (Venezuela) porque se asemeja al de Cuba y me sentí muy a gusto”, confesó el jardinero al diario Líder en Deportes. “Siempre dije que regresaba y que estaría desde el primer día con el equipo. Aquí estoy”.
Los planes de Álvarez no solo fueron volver a la LVBP desde el día inaugural de la presente campaña, sino también estar hasta donde llegue el equipo, cuyo paso por esta zafra puede prolongarse hasta febrero si se corona y asiste a otra Serie del Caribe, torneo en el que a principios de este año enfrentó a sus compatriotas, representados por Tigres de Ciego de Ávila.
“Estoy totalmente sano y jugaré hasta donde el equipo lo necesite”, exclamó el oriundo de Camagüey, quien habló al respecto del choque con sus paisanos: “Fue un juego más. Soy cubano, pero se me dio la oportunidad de jugar en contra de ellos y éramos rivales. Fue una experiencia muy bonita representando a los Tigres, que era lo más importante”.
Meta fijada
Como para cualquier pelotero que haya desertado de la isla, llegar a las Mayores no fue tarea fácil ni sencilla para Álvarez, quien en menos de un mes (7 de noviembre) cumplirá 28 años de edad. Al salir de Cuba, firmó con los Orioles de Baltimore y comenzó su camino a la Gran Carpa en 2013 en ligas menores.
Finalmente, el año pasado le llegó su turno. Cuando militaba con el Norfolk Tides, de la Liga Internacional (AAA), recibió el ascenso para el juego del 28 de agosto de 2015 frente a los Rangers de Texas. Disputó cuatro cotejos y después lo bajaron, pero volvió a subir el 9 de ese septiembre para participar ocho veces antes del final de la ronda regular. Ahora su objetivo mayor es el de todo hombre que recibe la oportunidad de mostrarse en el big show: consolidarse y poder, algún día, jugar a diario.
“Cada jugador tiene metas, para mí y mi familia establecerme en Grandes Ligas es la principal en este momento”, siguió el toletero derecho, cuyo equipo en Cuba fue Ganaderos de Camagüey entre 2006 y 2011. “Tengo que seguir trabajando en varios aspectos. Este béisbol (de Venezuela) tiene un nivel muy alto y me puede ayudar muchísimo”.
Álvarez, quien en 2016 solo jugó dos encuentros en las Grandes Ligas, podría tener mayor cabida en 2017 dependiendo de cómo se muestre en Venezuela y en el spring training. El tiempo está a su favor. Le queda una buena cantidad de días para llegar con menos fallas a los entrenamientos primaverales y poder, de una vez por todas, demostrar que puede acompañar a la legión cubana en el big show.
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