Ni Aroldis Chapman ni otros latinos de los Cubs creen en la Maldición de la Cabra

Estos Cachorros de 2016, manejados por el mánager Joe Maddon, parecen burlarse del conjuro que les lanzó hace 71 años un inmigrante griego.
Estos Cachorros de 2016, manejados por el mánager Joe Maddon, parecen burlarse del conjuro
que les lanzó hace 71 años un inmigrante griego.
Estos Cachorros de 2016, manejados por el mánager Joe Maddon, parecen burlarse del conjuro que les lanzó hace 71 años un inmigrante griego.

Superstición, mala suerte o nervios, el caso es que los Cachorros de Chicago no han pisado más una Serie Mundial desde 1945, cuando fueron conjurados por la "Maldición de la Cabra".

"Este equipo no cree en esas cosas. Creemos en nuestro juego en el terreno, y en la fuerza que nos da la unión entre todos", declaró a la AFP el lanzador cubano Aroldis Chapman, quien cerró el último inning de la victoria del jueves.

De igual forma se manifestaron el puertoriqueño Javier Báez y el venezolano Wilson Contreras.

"Este es un equipo muy unido, en el que cada uno confía en el trabajo del otro, con mucho profesionalismo", aseguró Báez, el jugador de cuadro de magnífico desempeño al campo y al bate en los dos últimos partidos de la serie.


6 de octubre de 1945. Cuarto partido de las Serie Mundial en Chicago. Los Cachorros jugaban contra los Tigres de Detroit y ganaban 2-1 la serie.

Williams Sianis, un inmigrante griego dueño una taberna, intenta entrar al estadio de Chicago con "Murphy", su cabra mascota, pero no le dejan pasar.

-¡Dejen entrar a Billy pero no a la cabra!, gritó P.K. Wrigley, dueño de los Cachorros.

-¿Por qué no a la cabra?, preguntó William Sianis.

-Porque la cabra apesta, respondió P.K.

-¡Entonces los Cubs no volverán a ganar. Nunca más ganarán una Serie Mundial hasta que no se le permita la entrada a la cabra al Wrigley Field!, lanzó su maldición el tabernero.

Como no podía ser de otra manera, los Cachorros perdieron el partido, y días más tarde, la Serie Mundial.

Los Cachorros habían ganado dos Series Mundiales (1907 y 1908). Ningún equipo lleva tanto tiempo sin conseguir el título en las ligas profesionales estadounidenses.
Para erradicar el conjuro, los aficionados han hecho de todo.

En 1973, el sobrino del viejo William, Sam Sianis, compró una nueva chiva como mascota del bar y la bautizó Sócrates, recuerda AFP.

Luego de un primer intento fallido para ingresar al estadio, los Cachorros cayeron vencidos en esa postemporada.

En 1984 por fin dejaron entrar a Sócrates no sólo al estadio, sino también al terreno de juego, pero aunque terminaron en primer lugar en su división, perdieron la Serie de Campeonato de la Liga Nacional ante los Padres de San Diego.


Los aficionados llegaron incluso a ejecutar a una pelota de béisbol en un ceremonia que se transmitió por una cadena de televisión a todos el país, el 27 de febrero de 2004.

La pelota en cuestión, fue la que tocó el aficionado Steve Bartman.

En el octavo inning del sexto juego de la Serie por el Campeonato de la Liga Nacional, los Cachorros iban ganando 3x0 a los Marlns de la Florida.

Estaban a cinco outs de avanzar por primera vez a una Serie Mundial, cuando Bartman desvió una pelota de foul que podía haber sido capturada por el jardinero de los Cachorros Moisés Alou.

Chicago perdió el partido y también el séptimo juego, y con ello sus esperanzas de ir a una Serie Mundial.

Bartman tuvo que ser escoltado por la policía al salir del estadio, y más tarde se mudó de Chicago...a Florida. "Let the goat In", siguen diciendo los fanáticos de los Cachorros.

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