¿Cuánto podrán aportar Abreu y Céspedes como testigos en caso de tráfico de humanos?

Se acusa a Bartolo Hernández de conseguir alrededor de 15 millones de dólares en fraudulentas y oscuras negociaciones, donde estuvieron Abreu y Céspedes, entre más de una decena de cubanos

Por Juan Páez / @jmanupz

En el caso en el que se acusa a los agentes Bartolo Hernández y Julio Estrada de tráfico humano y conspiración, entraron dos nuevos nombres: José Abreu y Yoenis Céspedes. El primera base y el jardinero grandeligas, sin ser acusados de mal proceder, serán testigos del caso para tratar de ajusticiar a los dos personajes citados anteriormente.

Hernández y Estrada se han encargado de sacar de Cuba a varios peloteros para firmar contratos millonarios con los equipos de las Mayores y terminar recibiendo una buena parte de dinero de la suma total por la que estas jóvenes figuras acuerden, como ocurrió con Leonys Martín y otros tantos.

A Martín, uno de los peores casos, lo sacaron de la isla con destino final a Estados Unidos en 2010. Se dice que Hernández y sus socios mantuvieron a Martín secuestrado mientras se concretaba el pacto multimillonario con los Rangers de Texas, algo de lo que el representante obtuvo un vasto porcentaje. Por eso, se espera que su condena esté en algún punto entre tres y 20 años de cárcel.

Todo eso es una muestra notable de qué tan corrupto es el sistema para sacar a los peloteros de la menor de las Antillas. 

El proceso está lleno de grandes pagos a criminales y de situaciones peligrosas como la de Martín, la de José Fernández cuando falló y fue preso en varias ocasiones o la de Yasiel Puig al mantenerse prácticamente en cautiverio con un grupo de gente (conformado por él, un boxeador, una mujer y un cura santero que bendijo la expedición con ron y sangre de pollo) en un motel en Isla Mujeres, en México, antes de ir a Estados Unidos, esperando que alguien que estaba en el país norteamericano comprara su libertad.

Sobre la exitosa salida del jugador de los Dodgers de Los Ángeles, antes de intentarlo en numerosas oportunidades y ser capturado por las autoridades cubanas o los guardacostas de Estados Unidos, el pugilista Yunior Despaigne —quien era uno de los acompañantes de Puig— contó a la publicación LA Magazine que si los hombres que estaban a cargo de ellos no recibían el dinero que habían acordado, decían que “en algún momento le podrían dar un machetazo o cortarle un brazo, un dedo o lo que fuera para que no jugara béisbol más nunca”.

En el caso de Hernández, este es presunto culpable del traslado de 17 peloteros cubanos, entre los que, por supuesto, están Abreu, Céspedes y Martín. Se acusa al agente de conseguir alrededor de 15 millones de dólares en estas fraudulentas y oscuras negociaciones, en las que debe brindarles a los jugadores documentos trucados, identidades falsas y viajes en bote a México, Haití y República Dominicana. Esos son usualmente los países a donde hacen escala antes de, eventualmente, llegar a tierra norteamericana y ser libres después de pasar días y hasta meses de penumbra. Se preguntarán por qué es necesario, ¿no? Es obligatorio establecerse en un tercer país para que un pelotero cubano pueda pactar con un club de Grandes Ligas para un contrato millonario.

Una vez que llegó a México y ya era aparentemente “libre”, Puig y sus captores debían esperar por la respuesta de un hombre llamado Raúl Pacheco, quien estaba en EEUU. Él prometió pagarles a los hombres que escondían a Puig 250 mil dólares, luego de que Pacheco obtuviera 20 por ciento de las ganancias del acuerdo del outfielder con los Dodgers de Los Ángeles.

Junto con Abreu y Céspedes, también varios ejecutivos de la Major League Baseball estarán como testigos en la corte.

En lo correspondiente a Hernández y Estrada, estos irían a la corte en Miami a principios de enero del próximo año, cuando se les juzgue por todos estos delitos cometidos y frente a todos los testigos, nada más y nada menos los hombres que fueron víctimas de estos dos hombres.