Yasmany Tomás: 31 jonrones contra las dudas

El slugger cubano Yasmany Tomás ha sido la gran noticia después de varios contratos fallidos de sus compatriotas
El slugger cubano Yasmany Tomás ha sido la gran noticia después de varios contratos fallidos de sus compatriotas
Foto tomada de Zimbio: Denis Poroy/Getty Images North America
Por Luis Álvaro Fernández.

Dicen que la segunda temporada para un pelotero es la más difícil, pero el caso del cubano Yasmany Tomás ha sido una de esas excepciones que tiene la regla.

Recuerdo a inicios de contienda, cuando los sistemas de proyecciones y muchos scouts dijeron que a Tomás se le había hecho un contrato inflado, y algunos entendidos desestimaron lo que en el presente, tras 140 juegos, el "Tanque Tomás" ha hecho saber.


Con 25 años y todo un futuro por delante, el jardinero de los Diamondbacks de Arizona solo ha comenzado a explotar dos cosas en la carrera que podría llevarlo a ser uno de los más grandes jonroneros cubanos en Grandes Ligas: La calidad y sus herramientas como jugador, y la capacidad de realizar ajustes todo el tiempo, teniendo en cuenta que poco a poco va ganando en experiencia y es un jugador que posee grandes habilidades.

Su talento y capacidad, bajo la lupa

Muchos ojos estaban encima de Tomás, desde los scouts hasta sus propios compatriotas, que lo vieron firmar en su momento uno de los contratos más lucrativos de la historia para jugadores de la Isla.

Algo fue clave desde el inicio de la temporada 2016: jugar en su posición natural, el jardín derecho. Tomás pasó por un experimento en tercera el pasado año, y luego en el jardín izquierdo.

La inestabilidad, los cambios en el line up y enfrentarse por primera vez a una campaña tan dura, de 162 partidos, fueron situaciones determinantes para que el habanero no consiguiera el impacto que todos esperaban tras su contrato de 68,5 millones de dólares por seis años.


¿Cuál ha sido el gran salto de Tomás en el plato?

Los grandes bateadores de poder y swing, como Tomás, esos que casi siempre buscan llevar la bola más lejos de 400 pies, suelen poncharse bastante.

Así que los coach trabajaron para curar ese swing agresivo de Tomás y guiarle para que fuese obteniendo conocimiento de la zona de strike, se adaptara a nuevos conceptos, buscando contacto y asimilación de nuevos pitcheos en su experiencia dentro de la caja de bateo.

Eso le costó sacrificar varios turnos al bate, pero en el presente ha podido ir recogiendo frutos. Esos 31 batazos y 83 remolcadas lo dicen todo.

Durante su primera campaña, Yasmany manejó un buen promedio —para sluggers— de .273 y un BABIP (average de bolas puestas en juego, por su siglas en inglés) de .354.

¿Qué le faltó por mostrar? Obvio: el poder. Nueve jonrones habían sido poquísimos en su primer torneo. Esta campaña, en cambio, Tomás registró mejor promedio de boletos recibidos (5.6% por 4.0%), menos ponches (24.3% por 25.11%), y un ISO (Poder Aislado: slugging menos average) de .234 por .128. Esas notas hablan claro sobre su ascenso.


¿Cómo ha podido triplicar los jonrones de un año a otro?

A veces un pequeño ajuste es capaz de eliminar un gran problema. Analizando sus estadísticas, el ajuste que hizo Tomás fue de recortar su swing, evitar abanicar lanzamientos fuera de la zona y aprovechar más cuando está por encima del lanzador en la cuenta.

El mejor antídoto ante pitcheos quebrados en Grandes Ligas es dejar de perseguirlos. Incluso aumentando el contacto, pegarle a un pitcheo fuera de la zona aumenta la posibilidad de que la conexión no se genere con todo el poder adecuado. Fíjense en esto:

Velocidad del contacto de Yasmany Tomás en 2016, según el sitio www.baseballsavant.com:

Menor promedio de impacto y lugar del pitcheo: lanzamiento alto y por la esquina de afuera 77.4 mph.

Mayor promedio de impacto y lugar del pitcheo: lanzamientos al centro y bajos 97.7 mph.

Pero contra zurdos los promedios se disparan de una manera impresionante: 105.9 mph en la esquina baja y afuera.


Ante pitcheos rompientes, Tomás no había tejido numeritos halagadores en 2015, pero en 2016, ha conseguido un giro bien interesante. Su average subió a .297 ante rectas de cuatro costuras, .233 versus sliders (con nueve jonrones y cuatro dobles) y .385 ante cambios de velocidad, resultados que ha obtenido con su nuevo enfoque.

Cuando un bateador que tiene poder en sus muñecas es capaz de detectar una recta promedio en MLB y tiene buena vista para definir un pitcheo en cambio, se hace difícil no obtener un rendimiento parecido al de Tomás y sus 31 vuelacercas. ¡Y dicen que el segundo año es el más difícil para un novato!

Tomado del Diario de Cuba


Comentarios

  1. Se limpió como buen Industrialista....

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  2. ¿Y ahora qué criticones?. Tengan! pafata por el pico!

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  3. El muchacho es un salvaje, lo mejor está por venir. Los scouts se equivocan con algunos, un pelotero no es una máquina que tú haces un cálculo y puedes saber con exactitud lo q va a rendir, pero no se equivocan todos los días a este le vieron un potencial y por eso le pagaron tanto. Ahí tienen el resultado y esperen pronto su gran explosión. Saludos

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  4. Lo siento pero hay algo q no cuadra,cuando Tomas jugo la primera parte de su primera temporada jugando todos los días bateo 325, después de la primera mitad lo mandaron al bsnquillo y no jugó regularmente y por ende cayó su promedio .Es vedad q no dio muchos jonrones pero recuerdo q era entonces y hablo de la prieta mitad El Segundo mejor cuarto palo de su liga después de Harper q sede año estaba encendido,así q eso de q no descifraba las jorobadas es una Falacia,pero para eso estamos acá los q entendemos ,para q no nos duerman

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  5. Tomás demostró en su primer año, a pesar de todas las dificultades y experimentos, que podía batear el pitcheo de Grandes Ligas, pero los 68 millones de dólares que le pagaron no fueron para batear cerca de los 300 de promedio, tal cantidad le pagaron para hacer lo que hizo en la recién finalizada temporada: disparar alrededor de 25 ó 30 "misiles" fuera de los límites de los terrenos de beisbol. Y hay que entender que no era un capricho de los Diamondbacks que Yasmani funcionara como slugger, pues su enorme poder al bate era más que conocido (y comprobado) por los scouts que lo recomendaron.
    Por supuesto, lo realmente importante es que Tomás sea un bateador consistente capaz de superar fácilmente los 20 cuadrangulares por temporada, lo que sumado a su capacidad para batear con promedio, similar a Céspedes y Pito Abreu, le garantiza trabajo en la Gran Carpa como mínimo durante una década, dado que este tipo de jugador que combina poder natural y promedio de bateo es muy escaso.

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