El capitalino ha crecido hasta convertirse en uno de los mejores cátchers del país, miembro del equipo Cuba, campeón nacional con los Leones (2009) y líder indiscutible de la receptoría en La Habana |
Por Aliet Arzola / aliet@granma.cu
Hace no tantos años, Frank Camilo Morejón (25 de enero de 1986) era el segundo o tercer receptor de Industriales, joven y sin carretera.
Pero el tiempo ha pasado y el capitalino —de padre cienfueguero y madre holguinera— ha crecido hasta convertirse en uno de los mejores cátchers del país, miembro del equipo Cuba, campeón nacional con los Leones (2009) y líder indiscutible de la receptoría en La Habana, donde acusaron su ausencia cuando estuvo contratado en la Intercounty League de Canadá con las Panteras de Kitchener.
Inteligente en la conducción de los lanzadores, notable a la hora de enmarcar pitcheos, poderoso y certero brazo, y motivador perenne, son algunas de las cualidades que distinguen a Frank Camilo.
A sus 30 años, nunca había vestido en Series Nacionales otra franela que no fuera la azul de Industriales, pero en la presente temporada, tras la eliminación de la novena de Javier Méndez, el mentor granmense Carlos Martí demandó los servicios del máscara para consolidar todavía más la mejor defensa del campeonato.
«En la Serie del Caribe jugué con Pinar y Ciego, pero en los torneos nacionales siempre he defendido la capital. No obstante, ser refuerzo es una bonita experiencia. Conoces la dinámica y las interioridades de otros conjuntos, subes el nivel y te nutres de otras formas de ver el béisbol. Si el trabajo sale bien la satisfacción es mayor, pues estás ayudando a un colectivo que te pidió porque confiaba en tus cualidades», precisa el máscara en diálogo con Granma.
Hasta el momento no ha afrontado contratiempos en su integración a la disciplina de los Alazanes, y ha encajado en un estilo de juego dependiente de la ofensiva, aunque el alza defensiva y de los lanzadores ha sido notable en la actual campaña, un punto de giro respecto a los males neurálgicos de contiendas anteriores.
«Es cierto que Granma se ha caracterizado por su gran bateo, pero han tenido también buenos lanzadores. Recuerdo que cuando comencé aquí estaban Ciro Silvino, Guevara Ramos, Misael López, la “Pistola” Vega, hombres que llegaron a distintas selecciones nacionales. El problema, según siempre escuché de mis mentores y pude constatar luego, ha estado en el pensamiento táctico, la manera de ejecutar diversas jugadas, porque se anticipaban o dejaban de hacer cosas en el terreno», añade el habanero.
EL VALOR DE LA UTILIDAD
Frank Camilo Morejón no ha sido un toletero sobrenatural, aunque mostró clase al bate en los juveniles. Sin embargo, ese poderío ya no se notó durante su transición al nivel superior, en el que ha tenido que explotar otras armas hasta ser valorado como un pelotero útil y funcional en el plato.
«Con Industriales yo no he sido un gran bateador. En esa alineación, como en la de Granma, hay muchos hombres de prestigio cuyo gasto ofensivo se ve muy por encima de lo que yo pueda hacer, pero mis números no son malos a la hora de ayudar al equipo con una impulsada o un toque de sacrificio», asegura el receptor, quien arrancó muy lento en la etapa regular.
«Cuando regresé de Canadá no tuve el descanso requerido para volver a jugar, pero tampoco entrené lo suficiente antes de incorporarme. No rendí, me estaba matando un poco la ansiedad.
«Me dediqué entonces a trabajar fuerte con las pesas y las carreras. La preparación física fue muy intensa y eso me ayudó a lograr buenos contactos, además de la paciencia en el home que me aconsejó Carlos Martí, quien habló mucho conmigo sobre una mejor selección de los lanzamientos», afirma el capitalino.
De nuevo involucrado en la dinámica del torneo doméstico, Frank Camilo ha sido crucial con los arreos para Granma, y también ha estado intratable con el madero en los play off (seis jits en 18 turnos, par de dobles y un jonrón), prueba de su utilidad y entrega.
«Estoy jugando como en los Industriales, peleando, tratando de transmitirles ambición, y también de mostrarles el juego dinámico e inteligente que caracteriza al pelotero capitalino. Salvo el caso de Despaigne, que ha sido campeón y carga los galones de estrella en Cuba o donde se pare, el resto de los muchachos en Granma no tiene ese tipo de vivencias.
Pero creo que con la experiencia de Carlos Martí y mentalidad de campeón, seremos muy difíciles de frenar».
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