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| Nadie nos daba como favoritos, pero todo nos ha salido a las mil maravillas, expresó Blanco, el mejor lanzador de la temporada, amparado en sus 16 victorias y efectividad de 1.92 carreras limpias -entre etapa regular y playoffs |
PL
La escuadra de Granma domina la final del béisbol cubano por 2-0 ante Ciego de Ávila y Lázaro Blanco, el líder del staff de los Alazanes, pretende rematar hoy la faena en el tercer partido de la serie por el trono.
Nadie nos daba como favoritos, pero todo nos ha salido a las mil maravillas, expresó Blanco, el mejor lanzador de la temporada, amparado en sus 16 victorias y efectividad de 1.92 carreras limpias -entre etapa regular y playoffs-, en exclusiva con Prensa Latina.
El derecho de casi dos metros de estatura y 29 años abrirá el partido de este sábado, desde las 16:00 hora local, en el estadio Mártires de Bárbados de esta ciudad. Su oponente será el también diestro Dachel Duquesne.
Blanco advirtió que 'el partido tres de la serie será muy importante, si ganamos nadie nos detendrá hasta conseguir el título'.
Ante la sorpresa de propios y extraños, Granma se impuso en los dos primeros duelos de la finalísima, con el valor agregado de haber conseguido la proeza en calidad de visitante, siempre por diferencia mínima, 4-3 y 3-2.
Esos triunfos colocaron al equipo oriental como fuerte candidato al cetro nacional, una sorpresa de marca mayor de acuerdo con los vaticinios, mucho más si recordamos que jamás había siquiera clasificado a un match por la corona.
Tras eliminar a Matanzas en las semifinales, crecimos como equipo y nuestra confianza aumentó. En ese momento nos dimos cuenta que podíamos ganar, aunque sabemos que Ciego de Ávila es el campeón y juega muy buena pelota, sentenció Blanco.
Añadió que 'el equipo está muy unido para lograr el objetivo y lo vamos a dar todo en el terreno para llevarnos el título. Siempre había tenido la ilusión de defender la camiseta de Granma en una final'.
Ganar el campeonato sería lo más importante que nos pudiera pasar en nuestra carrera deportiva, estamos a las puertas de algo único, enfatizó el derecho, considerado por los expertos como uno de los cinco mejores abridores del país en la actualidad.
Blanco siempre fue un lanzador con grandes potencialidades. Su recta por encima de las 90 millas, sus envíos laterales, la slider cortante, el cambio de velocidad y un sinker rápido son sus principales armas.
Sin embargo, esta temporada 'explotó' como un pitcher de élite, capaz de maniatar a sus adversarios y postularse como fuerte candidato a integrar el equipo Cuba al IV Clásico Mundial, en marzo venidero.
'La mejoría de Lázaro Blanco -explicó- está en el trabajo diario y en escuchar mucho a los entrenadores', entre los cuales mencionó al pinareño José Manuel Cortina, una eminencia en Cuba en el área del pitcheo.
Esta temporada mejoré mucho el control y logré estar siempre arriba de los bateadores (en el conteo), eso me ayudó mucho a perfeccionar mis resultados y a convertirme en mejor serpentinero, indicó.
Para explicar su crecimiento como pitcher, también destacó la figura de Carlos Martí, manager de los Alazanes, uno de los pilares de la impresionante actuación de los granmenses junto al slugger Alfredo Despaigne, el segunda base Carlos Benítez y los lanzadores Noelvis Entenza y Miguel Lahera.
Ahora mismo, Granma tiene grandes opciones de destronar a Ciego de Ávila y levantar el trofeo de campeón por primera vez en la historia. Los avileños están obligados a ganar cuatro de los siguientes cinco partidos de la final para revalidar la corona.
Acerca del Clásico Mundial, Blanco remarcó que 'existen grandes expectativas. El equipo Cuba no tiene los grandes peloteros de antaño, pero con mucho esfuerzo y la dedicación de todos los atletas brindaremos un buen espectáculo'.
Más adelante recordó que en 2006 la selección nacional asistió al I Clásico Mundial y obtuvo el segundo lugar, aunque al comienzo del certamen nadie la consideraba entre las favoritas.
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