El manager avileño lleva 24 años, de sus 43, vinculado a su querido equipo Foto: Alejandro García |
Por Mario Martín Martín
Algunos me pudieran reprochar no haber intentado antes esta entrevista. Sus razones tendrán, pero me aferré a la mía: no soy partidario de hurgar heridas recientes ni buscar respuestas si estas corren el riesgo de estar preñadas por el estado de ánimo que provoca una adversidad.
Fue por eso que el 22 de enero, a los pocos minutos de caer el último out en el estadio Mártires de Barbados de Bayamo, preferí no torturar a Roger Machado con una entrevista de los porqué.
Solo atiné a ponerle una mano en el hombro y decirle la perogrullada de “no siempre se gana”. Ni yo estaba preparado para el diálogo, ni el entrevistado me daría las mejores respuestas. Pero, además, hablaríamos de una forma u otra de un tema al que lleva vinculado más de la mitad de su vida. En su querido equipo comenzó a militar en 1993. Son ya 24 años de sus 43. Y eso también merece respeto. Fue difícil asumir aquella cuarta derrota...
“Mira, pueden pensar de mí lo que crean más correcto, pero nunca aprenderé a auto-consolarme después de un fracaso. Pienso que si me paso la mano con eso de 'hay que llevar dos jabitas', entonces aprendería muy rápido a perder. Y no me gusta eso ni de 'mentiritas'. No veo otra forma de prepararse para vencer, que tenerle un odio máximo al fracaso. Si no saber perder es una falta ya me la pueden ir anotando. Podría ahora mismo decirte decenas de detalles en los que no estuvimos a gran altura y también recordar todo lo bien que lo hizo el rival, pero ya llevo 10 años en estos trajines de dirigir y lo primero que aprendí es que no puedes sacar conclusiones de traspiés o de éxitos valiéndote de “si en tal inning fulano hubiese dado una línea o si el árbitro no hubiese cantado aquella bola.”
—Pero las derrotas deben dejar enseñanzas...
—Sí, eso es muy cierto, mas te diría que las victorias también deben servir para aprender. Y sabes, lo que llama la atención en esta profesión de dirigir, es que casi nadie te dice los errores que cometes cuando ganas, pero cuando pierdes es como si se sumaran todos. Por suerte, tú lo sabes bien, yo no dirijo pensando en el qué dirán.
—Digamos que volvieran a repetirse esos cuatro juegos ante Granma. ¿Cuántas decisiones diferentes adoptarías?
—Ahí está el error si de evaluar decisiones tácticas se trata. En este caso hubiese ordenado lo mismo, recuerda que ningún juego se parece al otro y donde decidí tocar la bola, ahora podría no hacerlo, pues es otro el pitcher u otro momento anímico del bateador. Quiero aclararte, para que no se me malinterprete, todo lo que hice no fue lo perfecto, pero en todas las ocasiones actué con convicción. Le puedes preguntar a los que están a mi lado en la dirección, si alguna vez me han visto algo timorato para una decisión.
—A propósito de los play off, algunos no entendieron tu afirmación cuando dijiste que Matanzas no sabía jugar estas miniseries finales...
—Después supe de todos los comentarios que originó. Cuando lo expresé no estaba ofendiendo a los peloteros matanceros. Los avileños, por ejemplo, nos pasamos años escuchando eso mismo cuando tampoco sabíamos jugar play off. De atleta, ni después de director, me ofendí por eso. Era una gran verdad. En su debido tiempo, como lo hicimos nosotros, ellos también se quitarán ese Sambenito de arriba.
—Dicen que si Los Tigres se hubiesen coronado ahora tú serías el manager de Cuba en el Clásico...
—A juzgar por los hechos, eso parece ser cierto. Carlos Martí en buena lid se lo merece. Es una persona que da gusto tratar y que tiene un amplio historial. Ahora yo no tuve suficientes méritos para serlo. Ojalá pueda reunirlos en los próximos años.
—¿Y con qué “pólvora” cuenta Ciego de Ávila para el venidero campeonato?
—He dicho más de una vez que habrá Tigres para rato, y si soy categórico en eso es porque sé del tremendo trabajo que se hace en las categorías de abajo. Ahora mismo vienen saliendo varios peloteros que pronto darán qué hablar, solo que no debemos apurarlos. El equipo que presentaremos este año será muy parecido al de la contienda que acaba de terminar. Muchachos como Eliécer Griñán, Roy Echemendía y Lázaro Linares, por ejemplo, estarán un poco más adaptados. Desde ahora advierto: nada que no sea el cuarto título nos complacerá.
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