El viaje de Nolan Arenado a Cuba cambió su vida

El estelar antesalista de los Rockies, de padre cubano, hasta jugó béisbol en las calles de Cuba
El estelar antesalista de los Rockies, de padre cubano, hasta jugó béisbol en las calles de Cuba
Fotos tomadas del reportaje de The Denver Post, cortesía de la familia Arenado
Por Redacción CaféFuerte

El pelotero Nolan Arenado, una de las estrellas más codiciadas en las Grandes Ligas, visitó Cuba para cumplir un viejo deseo de conocer la tierra de su familia paterna.


“Siempre había querido ir, ¿sabes? “Fue más de lo que jamás imaginé”, confesó Arenado en un amplio reportaje que le dedica el diario The Denver Post.

Arenado, que vestirá la franela de Estados Unidos en el venidero Clásico Mundial de Béisbol 2017, viajó junto a 24 miembros de su familia y permaneció por 10 días en la isla. Su visita coincidió con la muerte de Fidel Castro el pasado 25 de noviembre.

“Fue una experiencia que cambió mi vida”, dijo el estelar jugador, tercera base titular de los Rockies de Colorado.


Camino a Guantánamo

El padre de Arenado, Fernando nació en Guantánamo y emigró a España en los años 60. Luego vino a Estados Unidos y se radicó en California, donde vivía una tía. Millie, la madre, es una puertorriqueña nacida en Nueva York.

Gerardo Arenado, el abuelo y patriarca de la familia, tenía en Guantánamo un salón para fiestas y bodas que le fue confiscado al triunfo de la revolución de Fidel Castro, y cumplió tres años de prisión por motivos políticos. Falleció en 1994 sin regresar a Cuba.

La abuela materna de Arenado, Marta, de 83 años, quería retornar para ver su ciudad natal y reencontrarse con parte de la familia que dejó en Cuba.

La comitiva familiar se trasladó desde La Habana a Guantánamo en tres furgonetas alquiladas, transitando las 643 millas de distancia en tres días, sorteando los escollos de carreteras estrechas y en mal estado. Para prevenir problemas en el trayecto, el grupo solo condujo en las horas diurnas y permanecieron las noches en pueblos que encontraron en el camino.


En plena calle

Arenado regaló gorras, camisetas y otros souvenirs de los Rockies entre la gente. Recuerda especialmente que le dio un balón de fútbol a un niño que estalló en lágrimas de alegría por el obsequio. En otros momentos jugó pelota en plena calle.

Las personas que lo identificaron se referían a él como un “monstruo del béisbol”.

También contó que se sintió impresionado por el deterioro de las edificaciones y la falta de oportunidades de la gente.

“Estoy muy orgulloso de ser estadounidense, pero usted ve lo que están pasando en Cuba y es bastante triste… Quiero decir, puedo hacer lo que quiera en este país, pero esas personas están atrapadas”, relató el pelotero, de 25 años.



Un pueblo genial

Tuvo también palabras para las personas que conoció en su estancia cubana.

“Aquí [en Estados Unidos] nos desesperamos cuando nuestros iPhones no funcionan o nos obsesionamos por los últimos zapatos deportivos. Pero esas personas no tienen nada en comparación con nosotros. Estados Unidos es el país más grande del mundo, pero el pueblo cubano es genial… Son personas hermosas y cálidas. Poniéndolo todo en perspectiva, sé que debo agradecer a Dios por lo que tengo”, manifestó Arenado, quien acaba de firmar con los Rockies un contrato de $29,5 millones por dos años.

Justamente las negociaciones con los Rockies estaban sucediendo en el momento del viaje a Cuba..


El diario de Denver señala que la peregrinación familiar a Cuba, sin embargo, despertó recuerdos desgarradores.

El lugar donde estaba el próspero negocio del abuelo, es hoy un espacio en ruinas.

“Volvimos a ver el club que mi papá administró”, dijo Fernando Arenado, el padre. “Las paredes están todavía en pie, pero está en ruinas, parecía que una bomba la golpeó, fue muy triste, cuando mi mamá lo vio, empezó a llorar”.

Promesa de volver

Fernando Arenado guarda en su memoria los relatos de los años que pasó en la Prisión de Boniato, en Santiago de Cuba.

Su hijo Nolan Arenado está haciendo planes para regresar y llevar pelotas, guantes, bates, zapatillas y uniformes con el propósito de estimular el amor por el béisbol entre los niños cubanos.

“Es algo que quiero hacer, me encantaría jugar algún día allí, Cuba es parte de lo que soy, es la patria de mi familia”, expresó el pelotero.


En cuatro temporadas en Grandes Ligas (2013-2016), Arenado exhibe cifras impresionantes al bate, además de ser un jugador defensivo de condiciones excepcionales. Promedia para 285, con 613 hits conectados, 141 dobles y 111 jonrones, con 376 carreras impulsadas. Sus dos últimas temporadas han sido verdaderamente descollantes , con más de 40 jonrones y 130 carreras impulsadas en cada una, seleccionado en ambas para el Juego de Estrellas.

En el 2015 implantó un récord como el primer tercera base de la historia de Grandes Ligas que conecta 89 extrabases en una temporada.

Arenado viajará a Miami esta semana para incorporarse al equipo de Estados Unidos, que jugará la etapa clasificatoria en el Marlins Park de La Pequeña Habana en un grupo en el que estarán además República Dominicana, Canadá y Colombia.


Comentarios

  1. Una de las grandes estrellas jóvenes del juego. Un honor que se considere, aunque sea en parte, cubano.

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