Algún día podría estar brillando en verde y oro, y su apodo arderá en las mentes de los fanáticos del Área de la Bahía.
Pero ahora las jornadas se hacen largas para Lázaro Armenteros, y no son nada glamorosas.
El jardinero cubano de 17 años, conocido simplemente como “Lazarito”, se despierta a las 5 de la mañana todos los días para llegar a las instalaciones de ligas menores de los Atléticos de Oakland. No regresa a casa hasta bien entrada la noche, después de sus clases de inglés que se desarrollan de lunes a viernes.
La mayoría de los prospectos de la franquicia solo están preocupados por dejar una buena impresión en el terreno. Armenteros, el jugador más joven del campamento, está aprendiendo además como se vive en nuevo país, su cultura, un nuevo lenguaje y una nueva forma de ver el juego.
En su primera entrevista desde que llegó a los entrenamientos primaverales, el joven dijo que está abordando la tarea con entusiasmo.
“Estoy muy emocionado. Siempre ha sido un sueño venir a los Estados Unidos y jugar”, declaró en exclusiva a CSNCalifornia.com a través del intérprete Juan Dorado. “Gracias a Dios finalmente tengo la oportunidad de vivir ese sueño plenamente aquí en los Estados Unidos”.
Armenteros fue uno de los jugadores más buscados durante el período de firmas internacionales el verano pasado. Los Atléticos se hicieron de sus servicios con un bono de 3 millones, el más alto para un jugador internacional desde 2008, cuando invirtieron la cifra récord de 4.25 en el lanzador Michael Ynoa. Las comparaciones han pasado desde Yoenis Céspedes a Bo Jackson hasta Willie Mays.
Lazarito salió de Cuba en 2015, pasando por Haiti y finalmente se estableció en la República Dominicana antes de firmar con Oakland.
Debido al difícil camino transitado por el cubano, el equipo pensó que era mejor que estuviera bien temprano en los campos de entrenamientos previo a la venidera temporada. Un grupo de cuatro entrenadores forman un equipo de apoyo fuera del campo – Ruben Escalera, Gabriel Ozuna y Gabriel Ortiz están en el cuerpo técnico del equipo de la liga de novatos. Juan Dilone es el entrenador de bateo de Low Single-A Beloit.
“Son mentores y tienen que disciplinar también”, dijo Keith Lieppman, director de desarrollo de jugadores de los Atléticos. “Intentamos ayudarles a entender la importancia de estar a tiempo y de todas las cosas que tienes que hacer para ser un jugador de béisbol”.
Agregó Armenteros: “Me han dado la oportunidad de aprender de ellos, fuera y dentro del juego. Cuando me dicen algo durante el juego, escucho y me recupero porque saben lo que es estar en el béisbol profesional”.
Su padre comenzó a llamarlo “Lazarito” cuando era más joven, y se quedó. Con la ayuda de uno de sus primeros representantes, incluso adquirió los derechos de marca de un logotipo de “Lazarito”.
Preguntado cómo le gusta la comida en los Estados Unidos, Armenteros sonrió.
“Voy al supermercado y hago mi propia comida”, dijo. “Me gusta hacer unos huevos, un poco de arroz, y luego cocinar un poco de cerdo. O simplemente pollo y arroz. Y espaguetis.
En el momento de la firma de Armenteros, el asistente del gerente general, Dan Feinstein -que encabeza el escaneo internacional del equipo- llamó al cubano “el jugador más joven físicamente imponente que hemos visto en mucho tiempo”, con gran velocidad de bate y potencia bruta. Los Atléticos lo proyectan como un jardinero de esquina.
Según sus primeras consideraciones, Lieppman ha quedado impresionado con el enfoque de Armenteros en el cajón de bateo. “Ha coincidido completamente con nuestra filosofía sobre la disciplina en el plato sin tener nosotros que enseñarle nada.”
Pasará mucho tiempo para que Armenteros debute con el equipo grande, pues el plan de la franquicia es no apurarlo. El cubano se quedará en Arizona durante los entrenamientos de primavera extendidos y luego regresará a la República Dominicana para jugar en la Liga Dominicana de Verano. Si se le va bien, regresaría y se uniría al equipo de liga novato de Arizona.
No es extraño, que cuando se le preguntó sobre su jugador favorito halla mencionado al estelar jardinero cubano Yoenís Céspedes, quien también debutaría con los Atléticos años atrás. “Lo hace todo”, dijo el joven.
En cuanto a sus propias habilidades, el adolescente proyecta confianza y no se retrae en su autoevaluación.
“Creo que soy un jugador de cinco herramientas”, dijo. “Pienso en mí (como tener) velocidad, poder, guante, brazo… todas las herramientas que necesitas para tener éxito en este juego”.
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