30 JONRONES para Yasmany Tomás: ¿Utopía o realidad?

Por Luis Álvaro Fernández.

Esta es una de las incógnitas más grandes que nos ha dejado la primavera: ¿Podrá Yasmany Tomás volver a pegar 30 o más jonrones en la temporada que empieza?

He aquí un análisis de sus proyecciones para 2017:

¿Qué tan importante es la pre-temporada?: Las estadísticas de la pre-temporada no son las más interesantes. Sin embargo, en muchos casos, quienes comienzan mal la campaña vienen de un arranque lento en primavera.

Esta es la horrible pretemporada del cubano Eddy Rodríguez, de los Mellizos de Minnesota: 1 de 17 y 10 ponches. Tomás bateó apenas tres hits en 26 comparecencias, pero se ponchó solo seis veces. En sí, el promedio no es el medidor perfecto para saber si un jugador está bien o arrancará lento. En definitiva, lo que cuenta será cada turno desde el venidero 2 de abril.

Más jonrones en menos tiempo: Esta estadística es muy reveladora: en apenas dos campañas, Yasmany Tomás ha tenido una de las mejores frecuencias de bambinazos (24.725) para bateadores de los Diamondbacks de Arizona. Dividiendo los numeritos por épocas en espacio de tres años, comenzando por el 2008-2010, 2011-2013, 2014-2016, solo Mark Reynolds de 2008-2010 (104 HR/1871 apariciones, frecuencia 17.99) y el toletero del momento en Phoenix, el inicialista Paul Goldschmidt, que ha pegado 76 jonrones desde 2014, superan a Tomás por pocas milésimas en su frecuencia: 24.723 por 24.725.

El gran mérito del cubano es que consiguió sus 40 bombazos en solo dos temporadas, repartidas en 9 y 31. Su salto de 2015 a 2016 justificó su jugoso contrato de 68.5 millones, aunque habría que ver si el habanero alcanza a tener este año su campaña de consagración.

Elevar la pelota, punto clave: Ya se conoce que el punto dulce de un buen slugger es elevar la pelota, siendo el principal logro sacarla más allá de los límites. Tomás logró encender sus numeritos de elevados en 2015, con 31.4% sobre 23.2%. Ese ascenso le permitió batear cuadrangulares en un 41.0% de las veces que elevó la bola, mucho mejor que sus anteriores guarismos, 31.6%.

Para 2017, Tomás tiene proyecciones interesantes: .269 / .309 / .476, pero se pronostica que golpee menos jonrones, 26, y baje en las empujadas, 81 por 83 en 2016.

¿Qué razones indican la caída en el número de vuelacercas?: Hay una métrica que delata la ligera caída que debe afectar los numeritos de Tomás. Y es esta: a pesar de que en la última campaña conectó 22 jonrones más que en 2015, fue mucho más goloso en el plato:

-Su ambición por ir tras bolas fuera de la zona aumentó de 79% a un 80.3%.

-Su contacto a bolas fuera de la zona decreció, de 60.2% a 57.6%, aunque el poder estuvo muy presente.

-Su contacto en la zona de strike perdió un poco de lucidez, de un 83.3% a 82.4%.

-Su swing tras la pelota ahora tiene un hoyo de 16.3% por 15.1% en 2015.

Estas tendencias explican que en la temporada 2017 Tomás deberá estudiar más sus propios videos de bateo, y controlar su ansiedad en el plato si quiere mantener su frecuencia de contacto.

¡La slider!: La slider es el lanzamiento que más difícil se le hace a los peloteros cubanos en MLB –a excepción de José Abreu—, a pesar de que, en Cuba, es un pitcheo bastante común. Esto se explica porque pocos sliders en la pelota cubana de la última década se asemejan a las del desaparecido José Fernández, a las de Sergio Romo o Madison Bumgarner.

En toda su carrera, Yasmany exhibe contra la slider un promedio de .249 —es cierto, se la lanzan demasiado—, y ha bateado 13 vuelacercas, pero es contra ese lanzamiento cuando menos choca su swing (24.18%).

La tarea para 2017 no será nada fácil, aunque Tomás tiene en sus muñecas lo que muchos quieren poseer: dinamita.

¿Alcanzará de nuevo los 30 vuelacercas?

Su fuerza indica que sí.

Con información tomada del Diario de Cuba