¿La MLB en la televisión cubana?...El último eslabón de la cadena

Un pelotero cubano que juega en las grandes ligas de béisbol es una especie de ¨virus contagioso¨, de ¨palabra obscena¨ o ¨ente desestabilizador¨ si se menciona su nombre en la televisión nacional de Cuba.
Un pelotero cubano que juega en Grandes Ligas es una especie de ¨virus contagioso¨, de ¨palabra obscena¨ o ¨ente desestabilizador¨ si se menciona su nombre en la televisión nacional de Cuba.
Por Boris Cabrera.

Un pelotero cubano que juega en las grandes ligas de béisbol es una especie de ¨virus contagioso¨, de ¨palabra obscena¨ o ¨ente desestabilizador¨ si se menciona su nombre en la televisión nacional de Cuba. Rancio rezago de guerras frías y de pensamientos frisados en la eternidad, es pecado mortal aplaudirlos, magnificarlos o simplemente nombrarlos.


Los aficionados sienten en el rostro el polvillo que está soltando el techo donde descansa nuestro pasatiempo nacional, si es que aún lo es, se preocupan y lanzan al viento sus dudas y sus incomprensiones. Todos saben que los cubanos que viven del otro lado del traicionero mar caribe, llevan en sus muñecas y en sus piernas, la esperanza y el antídoto que necesita la ulcera que ataca nuestra pasión más genuina, sin embargo, el silencio se mantiene, se tatúa como una verdad infinita en los medios televisivos.

La política ha sido parte imprescindible del deporte, desde el 1ro de enero de 1959, fue un escudo y un sable desde los primeros días del triunfo revolucionario, el beisbol fue un arma potente que pretendía demostrar superioridades sociales, se convirtió en un escenario metafórico donde era posible vencer a las grandes potencias y rendirlos a nuestros pies, tribuna donde el lenguaje de los jonrones y los ponches agitaba a las masas, las enaltecía y las hacia vibrar, pan y circo que siempre agradecen las multitudes eufóricas.

Los tiempos cambiaron, los discursos políticos se han ido desprendiendo de esferas opuestas, el oxígeno del aire los ha separado, la naturaleza es sabia y en estos días cientos de ¨crucificados políticamente¨, regresan o se pasean por nuestra pantalla de TV como un sueño de dimensiones Kafkianas. El futbol internacional desborda los espacios deportivos, el ídolo de multitudes, Leonel Messi, se declara públicamente contrario a la ¨dictadura de los Castro¨ y Neymar es miembro de un partido de derecha, por solo citar dos ejemplos, a ninguno de ellos les importa un comino los cubanos y su suerte, sin embargo monopolizan el tiempo de las trasmisiones televisivas, son ídolos de multitudes y conocemos hasta sus gustos más personales. 


Los ejemplos sobran, en el ámbito de la cultura, de la música e incluso del mismo entorno deportivo. Entonces, ¿Qué pasa con los cubanos que juegan en las grandes ligas? ¿Qué pasa con esos que quieren representarnos a toda costa, que llevan nuestra sangre y muestran con orgullo nuestras tradiciones, nuestras costumbres y nuestra bandera? ¿Por qué silenciar a los que pueden salvar nuestro deporte nacional, a los que rescatan nuestro abolengo y nuestra pasión más pura?

Los peloteros cubanos que juegan en las grandes ligas de beisbol, son el último eslabón de la cadena, he indagado, buscado en muchos lugares y nadie tiene una respuesta al silencio estéril, a la omisión absurda. Los periodistas oficialistas son víctimas de pirámides prohibitivas y los más osados corren el riesgo de sanciones irreversibles.

En nuestra cruzada sin misericordias para rescatar nuestro deporte nacional, es esta una piedra importante en el camino, no podemos callar ante lo injusto, ante el pensamiento incoherente, ante las ideas necias y ante la opinión de la inmensa mayoría de nuestros ciudadanos.

Si criticamos el muro de Trump, ¿Cómo vamos a construir muros mentales para separarnos a nosotros mismos? ¿Con que moral lo hacemos? Unámonos todos los aficionados para reventar este último eslabón, dejemos que nuestros mismos compatriotas ayuden a este beisbol que agoniza, que sus nombres y sus hazañas se griten a los cuatro vientos, eso no traerá más que orgullo, más que patriotismo, más que libertades individuales, más que pasión por nuestro deporte nacional. 

Saludos amigos


Comentarios

  1. Excelente comentario,muy valiente

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  2. Buen artículo, efectivamente, la afición beisbolera cubana tiene que manifestar su rechazo a esta politización del beisbol, a la discriminación del beisbol de Grandes Ligas, y los peloteros cubanos que allí juegan, por motivos políticos.

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  3. pedazo de articulo este,de donde sacaron a este amigo q se hace llamar periodista " escenario metafórico " dice el ,q lindo tu escribes el mio ,eso si hay q darle el Pulitzer en recursos literario y lenguaje rebuscado ,el mio para el otro pedazo de articulo q saques si vas a decir q pedro o mas cual dijo " no se q cosa " deja el enlace como debe hacerse ,es muy facil decir q messi dijo esto o aquello o q neimar es da alla o de aca .se ve q te esforzaste tardaste como tres horas y lo que te salio fue esto seguro pa la otra te sale

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