Rancés Barthelemy ganó apretadísimo y se acerca a hazaña histórica

Barthelemy ganó con lo justo, justísimo, y ahora mira con calma su próxima cita con la historia para lograr lo que ningún otro guerrero de su tierra ha podido.
Barthelemy ganó con lo justo, justísimo, y ahora mira con calma su próxima cita con la historia para lograr lo que ningún otro guerrero de su tierra ha podido.
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Por Jorge Ebro / jebro@elnuevoherald.com

Cuando la voz del boxeo Jimmy Lennon Jr. leyó el veredicto oficial, Rancés Barthelemy (26-0, 13 KO) elevó una mirada al techo de la arena en Maryland, quizá porque entendía que esa decisión unánime en su favor valía mucho más que esos centenares de puntos en las boletas.


Con un complicado triunfo el sábado en la noche sobre Kiryl Relikh (21-2, 19 KO) en una cartelera de SHOWTIME, Barthelemy se convirtió en retador obligatorio para el campeón de las 140 libras, vía Asociación Mundial (AMB), el namibio Julius Indongo.

De esta manera, Barthelemy se acerca notablemente a su objetivo de convertirse en el primer cubano que conquista tres fajas profesionales, tras adjudicarse coronas en las 130 y 135 libras.

Pero una vez que pase la celebración, Barthelemy deberá observar detenidamente la acción de este combate, que debiera dejarle algunas enseñanzas para cuando le llegue el turno de enfrentar al campeón.

Trabada al máximo, con momentos válidos para uno y otro lado, Barthelemy se llevó votaciones de 114-112, 116-110 y 117-109 que realmente no lo dijeron todo sobre lo sucedido en esta pelea.


Superior en técnica y alcance, Barthelemy comenzó el combate de la mejor manera posible y aunque el bielorruso intentaba presionar, golpeaba de manera más efectiva y utilizaba una defensa impecable.

Hasta que llegó el quinto asalto, cuando una izquierda del eslavo puso en malas condiciones a Barthelemy, quien recibió el segundo conteo de su carrera y sobrevivió como pudo para llegar a su esquina.

A partir de ese momento, Barthelemy se vio obligado a boxear hacia atrás, campeando los temporales de un oponente que casi le superó con el doble de los golpes lanzados, que le cortaba el ring y le perseguía de manera incesante.


Quizá el gran momento que igualó las acciones se produjo en el octavo round, luego de que Barthelemy -quien fue advertido por dos golpes bajos- dobló de dolor a Relikh con un impacto al estómago.

Ese primer conteo para el de Bielorrusia en su carrera marcó un punto de inflexión en un combate que desde ese punto hasta el último asalto resultó como una marea: unas veces inclinado a Barthelemy y otras a Relikh.

Otro momento bueno para Barthelemy se produjo en el 11no, al conectar otro golpe al organismo de su oponente, quien no tuvo más remedio que retroceder, aunque al cubano le faltó el instinto para aprovechar la debilidad del rival.


De manera inteligente, Barthelemy se llevó el asalto 12 con combinaciones certeras y tal vez eso inclinó la balanza final, pero Barthelemy debe estar consciente de que se atascó más de la cuenta por no utilizar mejor sus armas.

A ratos le funcionó el cambio de guardia, en otras oportunidades no tanto; el jab debe usarlo más profusa e inteligentemente, su defensa resultó soberbia al principio y demasiado franca al final.

Ciertamente, la pelea se balanceó en la cuerda floja, pero al final creo que Barthelemy ganó con lo justo, justísimo, y ahora mira con calma su próxima cita con la historia para lograr lo que ningún otro guerrero de su tierra ha podido.


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