Jerry Weinstein evoca enfrentar al Cuba en Indianapolis y Parma

Los choques entre Cuba y Estados Unidos a finales de la década del 80 estuvieron llenos de mucha rivalidad y excelentes peloteros.
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Por Reynaldo Cruz Díaz


Miembro de tres Salones de la Fama (el del Atlético de Sacramento City College, el de California Community College, y el de la American Baseball Coaches Association), Jerry Weinstein comenzó su carrera como entrenador en 1966. En el año 2017, este veterano entrenador dirigió al equipo de Israel que paso invicto en la primera ronda y venció a Cuba en la segunda antes de ser eliminado. Anteriormente, en enero de 2017, había firmado un contrato para dirigir a los Hartford Yard Goats, equipo de Doble-A perteneciente a los Colorado Rockies.





Sencillo, sonriente y paciente, Weinstein observaba la lluvia que caía sobre la grama del Dunkin’ Donuts Park, con la esperanza de que esa noche se jugaría. En ese tiempo, Universo Béisbol aprovechó para hacerle algunas preguntas.

Universo Béisbol: Háblenos de las visitas hechas a Cuba a finales de los 80 y principios de los 90 como parte del equipo de Estados Unidos.

Jerry Weinstein: Mi primera vez fue en realidad en 1987 antes de los panamericanos, jugamos en La Habana y teníamos a Jim Abbot, además de Ed Sprague, Scott Livingstone, Tino Martínez, Joe Slusarski, o sea unos 12 jugadores que terminaron en las mayores. Y por supuesto, la presencia de Jim Abbot en ese equipo…

UB: Jim Abbot fue un punto atractivo, sobre todo por lo de jugar con un solo brazo.

JW: La primera jugada del juego es una rolata por el box, y Jim Abbot soltó el guante, detuvo la pelota con su pie y sacó al bateador out en primera. Y Fidel Castro, que estaba presente, bajó al terreno después de uno de los juegos… y estrechó la mano con las de los entrenadores y los jugadores. Y tuve una pelota firmada por Fidel Castro.





UB: Háblenos de sus experiencias en Cuba, y la de Holguín.

JW: En el año 1992 regresamos, y jugamos en Holguín. Recuerdo que había muchos aficionados en Holguín… y que eran muy ruidosos (risas). Recuerdo que la primera vez que fui a La Habana, la policía nos escoltó hasta el estadio. Comenzó la práctica de bateo y había 50 mil personas en las gradas. Y en ese equipo estaba Frank Thomas, y esa noche yo estaba lanzando en la práctica de bateo, y no había jaula de bateo en forma de herradura, y estoy lanzando en el área descubierta, y Frank Thomas debe haber botado 30 personas de 35 swings que hizo. Y recuerdo que los fans devolvieron todas las pelotas. Después de eso no podíamos ni movernos, porque fue abordado por todos los aficionados al béisbol. Fue una muy buena experiencia. Si eres un hombre de béisbol, y vas a un país de béisbol, y tanto los fans como el pueblo en general tienen tanta pasión por el deporte. Debo decir que me impresionó mucho.

UB: Imagino lo que deben estar pensando aquellas personas, ahora que Frank Thomas está en el Salón de la Fama.

JW: Tenía solamente 18 años en aquella época y estaba jugando fútbol americano y béisbol en la Universidad de Auburn, y tenía que salir de gira justo después de que volviéramos de Cuba. Ese fue el año de explosión de unos cuantos buenos y jóvenes jugadores en Cuba, porque los Juegos Panamericanos fueron en Estados Unidos, y Euclides Rojas estaba en ese equipo, junto con Orestes Kindelán, Víctor Mesa, Antonio Pacheco. Omar Linares era aún muy joven, pero se podía decir que era un jugador con talento. Kindelán jugaba la primera base y tenían a un muchacho pequeño, que bateaba ambidextro jugando el campo corto y que se llamaba Luis Ulacia. Pacheco era sin dudas un jugador especial.





UB: En esos Juegos Panamericanos Cuba perdió su último partido antes de iniciar una cadena de 10 años seguidos sin caer en juegos oficiales… por un jonrón de Ty Griffin.

JW: Entonces remontaron… estábamos delante, pero llegó una tormenta eléctrica, que provocó que se fuera la electricidad, y cuando se repuso, remontaron. Gregg Olson estaba lanzando y tuvimos que sacarlo porque la demora por lluvia fue por demasiado tiempo. Y remontaron y nos vencieron.

UB: Lo que sucedió en Indianápolis y Parma fueron dos momentos que quedaron en la memoria de los cubanos por lo que estaba sucediendo en ese tiempo entre Cuba y Estados Unidos en el plano político, la Guerra Fría, etcétera. ¿Cree usted que esto transpiró al terreno también?

JW: Para nada se pasó eso al terreno. Teníamos mucho respeto por los cubanos. De hecho, hubo una reyerta en esos Juegos Panamericanos, pero no fue entre nosotros, sino entre Cuba y Puerto Rico, corriendo por el terreno persiguiéndose los unos a los otros. Pero el Team USA tenía un gran respeto hacia los peloteros cubanos, hacia los entrenadores por el trabajo que hacían con el equipo, y hacia la maestría de esos peloteros.

UB: Háblenos de la experiencia dirigiendo a los Yard Goats, en este terreno, y del hecho de que no pueda quedarse con los buenos jugadores.

JW: Cuando se está en el béisbol profesional, uno debe hacer el trabajo. Y el trabajo en este caso es mover a los jugadores, formarlos y desarrollarlos, y no ganar los juegos. Eso lo entendemos perfectamente. Hartford es una ciudad excelente, con una sede (el Dunkin’ Donuts Park), y los fans al béisbol son increíbles.




UB: Volvamos a otra experiencia cubana, un poco más reciente. Llega el Clásico Mundial de Béisbol, y el equipo de Israel vence a Cuba. ¿Qué pasó?

JW: Me da por pensar que probablemente en Cuba, en Israel y en Estados Unidos resultó algo inesperado, pero me parece que la gente nos subestimó. Y en un día cualquiera, uno no tiene que ganar nueve juegos, sino ganar el juego que importa. Y eran peloteros profesionales, no es que lleváramos un equipo malo, teníamos un equipo bueno. Y sí recuerdo que en la conferencia de prensa luego del juego, un reportero cubano de Granma preguntó: “¿No era este un segundo equipo de Estados Unidos?”. Y respondí que no: ninguno de nuestros peloteros estaba en los rosters de 40 de las mayores, por lo que ninguno de ellos tenía oportunidad alguna de ser parte del equipo de Estados Unidos. Tuvimos un buen día, estuvimos a la altura, cambiamos a los lanzadores con prontitud, y tuvimos la suerte de ganar. Los mantuvimos fuera de balance que diferentes ángulos. Tuvimos un día lo suficientemente bueno como para ganar.

UB: Muchas gracias y buena suerte.

JW: Gracias.




Tomado de: Universo Beisbol (2017). Jerry Weinstein: “El Team USA tenía un gran respeto hacia los peloteros cubanos”. Hartford, Connecticut. 
Disponible en: https://universobeisbol.mlblogs.com/jerry-weinstein-el-team-usa-ten%C3%ADa-un-gran-respeto-hacia-los-peloteros-cubanos-4c9f600949fb

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