Kendry: "Todos dicen que aquí camina la bola...como quiera hay que darle"

Uno de los aspectos impresionantes de la trayectoria de Morales, otrora baluarte de las selecciones cubanas, es que ha recuperado el tope de su juego
Uno de los aspectos impresionantes de la trayectoria de Morales, otrora baluarte de las selecciones cubanas, es que ha recuperado el tope de su juego
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Por Manolo Hernández Douen.

Kendrys Morales ya ha jugado con equipos de las tres Divisiones de la Liga Americana y la constante de la trayectoria del poderoso cubano de los Azulejos de Toronto es que ha pegado palos y producido carreras bien importantes en dos de ellas, con aspiraciones de hacerlo ahora en el Este del Joven Circuito.


Capaz de impulsar más de 100 carreras por temporada para dos equipos que disputaron la Serie de Campeonato de la Liga Americana, empezando en Anaheim en el 2009 e incluyendo la corona absoluta de la pelota con los Reales de Kansas City en el 2015, el firmado como agente libre por los Azulejos el 18 de noviembre del 2016 ha encontrado un nuevo hogar más allá de las frontera de los Estados Unidos, donde se le aprecia como si hubiera jugado allí toda su vida.

"Me encanta este pelotero, hemos quedado totalmente impresionados, teníamos buenas referencias al hablar sobre él con los Reales y nos hemos dado cuenta de que es un profesional en todo el sentido de la palabra", elogió el dirigente de los Azulejos, John Gibbons, al referirse al nativo de Fomento, Cuba, que va a cumplir 34 años de edad el venidero 20 de junio.

Los Azulejos sufrieron lesiones a manos llenas a comienzos de la temporada, como la enorme baja del tercera base Josh Donaldson y de brazos clave en su rotación, pero el rendimiento de Morales desde la aurora de la campaña -su segundo hit con Toronto fue un cuadrangular con las bases llenas- es una de las razones del porqué no dan su brazo a torcer en la dura División Este de la Liga Americana, donde pareciera no existir ningún enemigo pequeño.

"Kendrys tiene una fabulosa disposición y sale al diamante a competir cada día", expresó Gibbons. "Ha disparado palos grandiosos para nosotros. Le encanta jugar pelota y es un enamorado de la vida. Estar alrededor de tipos así te hace sentir bien. Las rachas duras pueden desgastar a un pelotero, pero eso no pasa en el caso suyo. Eso es muy bueno para un equipo".


Uno de los aspectos impresionantes de la trayectoria de Morales, otrora baluarte de las selecciones cubanas, es que ha recuperado el tope de su juego, pese a una lesión de bastante seriedad al sufrir fractura de una pierna cuando saltó en el plato para celebrar un Grand Slam decisivo en el mes de mayo del 2010, la campaña siguiente a la cual bateó 34 jonrones e impulsó 108 carreras para establecerse como uno de los artilleros más impactantes de la pelota. De hecho, ese percance tan serio le impidió jugar en el 2011.

"Cuando uno tiene su tiempecito aquí arriba se acostumbra bastante rápido", simplificó el ganador del Premio Edgar Martínez como el mejor Bateador Designado del 2015, en torno a los ajustes que ha hecho para tener éxito frente a serpentineros de varias divisiones. "Cada equipo tiene su sistema. Se parecen en varias cosas. Nada más hay que hacer ajustes pequeños que no le dan problemas al jugador".

Debutante en las Grandes Ligas en el 2006, Morales, que ha impulsado 17 carreras en sus 32 juegos en la postemporada, ha pasado de la División Oeste a la Central y ahora milita con un equipo del Este. Muchos lanzadores de calidad han sido víctimas de la productividad de sus batazos.

"Estoy ahora en una zona diferente y he visto poco de los pitchers que están aquí", comparó Morales, quinto en la votación para el Jugador Más Valioso de la Liga Americana en el 2009. "Más o menos uno sabe como le van a lanzar a uno. Ya es una rutina que uno tiene. Es muy dificil mantenerse aquí arriba. Hay que trabajar bastante fuerte todos los años".


En el 2016, Morales disparó 30 batazos de vuelta entera, pese a jugar la mayoría de sus partidos en el Kauffman Stadium de Kansas City, conceptuado como un paraíso para los lanzadores, por lo que alguien pudiera imaginarse que sus numeritos a la ofensiva aumentarán en Toronto, donde ocurre todo lo contrario a la casa de los Reales.

"Todo el mundo dice que [el Rogers Centre] es favorable a los bateadores, que camina más la bola, que es más pequeño, pero como quiera hay que darle", razonó Morales, cuya productividad se refleja en el hecho de que en el 2016 bateó para un jugoso .311 con hombres en posición anotadora.

Firmado originalmente por los Angelinos para la pelota profesional norteamericana en el 2004, el ambidextro antillano ya ha disfrutado de la interesante experiencia de ganarse un anillo como campeón de la Serie Mundial con los Reales en el 2015, pero todavía está hambriento de triunfos.


"Fue muy difícil llegar hasta la Serie Mundial, pasamos mucho trabajo, pero al final lo pudimos lograr", recordó Morales de su esfuerzo en el apasionante mundo del diamante para llegar a la cúspide de la pelota en el Clásico de Octubre ganado por los Reales, en su primera temporada con esa organización.

Ahora le toca formar parte de unos Azulejos a los que ayudó a derrotar con cuatro carreras impulsadas en la Serie de Campeonato de la Liga Americana en el 2015. Los conceptúa como una novena que tiene demasiado talento como para ser descartada, pese a su comienzo discreto en el 2017.

"Tenemos buen equipo, estamos bien conformados y desde hace como tres semanas hemos jugado mejor", analizó Morales. "No nos fue bien al principio por las lesiones, pero no hemos bajado la guardia. Tenemos chance todavía, queda mucha pelota por jugar. Estamos todavía pegados a los primeros puestos".



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