El exjardinero Azul cedió excelente entrevista donde cubrió casi todos los temas del beisbol cubano Foto: José Raúl Concepción |
Por José Raúl Concepción.
Carlos Alberto Tabares Padilla tiene una relación cuasi-obsesiva con el número 56. Su retiro en la pasada Serie Nacional fue intencionado porque era la 56. Lamenta no haber podido llegar a los dos mil hits, pero dice con orgullo: “me quedé en 1956” y casi que se queja por la cantidad de carreras anotadas: “1059, me pasé por tres”. En esta entrevista nos contó la historia de por qué eligió ese dorsal.
A Tabares le encanta conversar, le mencionas un tema y no para hasta estar seguro que la explicación es redonda. Se define a sí mismo como “muy sociable” y le gusta leer para “ampliar el lenguaje”. La mayor parte del tiempo está bromeando, incluso cuando dirige los entrenamientos de Industriales. La disciplina que se autoimpuso durante su carrera le permitió jugar 25 Series Nacionales.
El primer deporte que practicó fue la gimnasia, pero un día se cayó de una barra fija y decidió dejarlo. Se podría decir que fue un golpe de suerte.
Su padre jugaba “una pelota caliente” en Marianao y él iba a verlo, a admirarlo. Ahí supo que el béisbol era lo suyo y con sacrificio pudo ascender del cuatro esquinas a los terrenos de verdad. Nunca destacó por sus condiciones físicas por lo que desde temprano se acostumbró a entrenar el doble y fortaleció sus piernas para cubrir una inmensidad de terreno en la pradera central.
En la pelota cubana dejó fildeos memorables, como aquel de Atenas-2004, batazos oportunos, como el jonrón que no fue contra Ciego de Ávila en la final del 2012. Y dejó, por supuesto, la piel en el terreno. Y la alegría con la que autentificó una manera única de interpretar el béisbol.
Ahora tiene el reto de ser el segundo al mando en los Industriales de Víctor Mesa. Dice que aprenderá todo lo posible para en un futuro realizar su sueño de ser el director técnico de los leones azules. Mañana cumple 43 años y está emocionado por su nueva función como coach de tercera: “me va a gustar este trabajo”.
¿Cuándo decidiste que querías ser pelotero?
Todo comenzó en la calle. Mi papá era jugador de béisbol y a mí me gustaba mucho la pelota. Jugaba al cuatro esquinas y quería ser pelotero. Un día pasa un profesor y me dice: “¿quieres jugar de verdad?” Le contesté que por supuesto y fui para el Central Toledo. Vieron que corría y que fildeaba, todavía no era bateador ni pensaba serlo.
Los profesores que me hicieron pruebas y vieron que podía ser pelotero fueron Venancio Perdigón, ya fallecido, Domingo Perdomo, que aún vive, y Mario Díaz. Fui llevado a la pre-EIDE (Escuela de Iniciación Deportiva Escolar) de Ciudad Libertad donde cursé todos mis estudios hasta octavo grado.
¿Qué influencia tuvo tu familia en el éxito deportivo que alcanzaste?
Mi primer deporte fue la gimnasia, al igual que mi hermano y mi hermana, pero con 6 años me caí de una barra fija, le cogí un poco de miedo y me alejé. Gracias a la influencia de mi padre, Alfredo Tabares Verdura, cambié para el béisbol. Mi papá jugaba en la ruta 28, en Marianao, donde se jugaba a la pelota caliente. Todo eso me ayudó.
Además, cuando yo nací mi mamá estuvo muy malita, casi a punto de muerte y mi hermana fue como mi otra madre. Se encargaba de todo. Mi hermano, también fue como un padre, porque mi papá trabajaba mucho.
Siempre voy a estar orgulloso de mi carrera y de las personas que me ayudaron: mi esposa, mis hijas y el hijo de mi esposa que es como si fuera mío.
Cuando estás bien con tu familia y eres profesional con tu trabajo, las cosas funcionan.
¿Cómo es Tabares fuera de los terrenos de pelota?
Soy muy sociable. Me encanta jugar dominó. Me gusta leer porque quiero aprender algo todos los días y ampliar mi lenguaje, gracias a eso tengo mucha facilidad de palabra. Me fascina atender a mis niñas, con mi familia soy incondicional.
Tus mejores amigos en Industriales…
Rudy fue durante 14 años consecutivos mi compañero de cuarto, él y Malleta son los dos más cercanos.
¿Por qué elegiste el número 56?
Cuando era niño iba con mi viejo a los terrenos de la CUJAE con un trajecito que era de mi padre y mi mamá lo redujo para que me sirviera. Mi pelotero siempre ha sido Javier Méndez y mi inspiración Víctor Mesa por la agresividad en el terreno, pero mi pelotero íntegro siempre ha sido Javier y por pura coincidencia ese primer uniforme tenía el número 17.
Cuando fui creciendo cogí varios números, sobre todo el 1 y el 16. Hasta que estaba en una preselección juvenil de la que fui injustamente eliminado y me regalaron una camisa del equipo Cuba de lo más bonita, azul Prusia, con el número 56. Pero estaba desconsolado en llanto y solo tenía 16 años. Cuando llegué a la casa dije que no quería jugar más pelota. Pero una semana después, mis padres hablan conmigo y me dicen “tú empiezas una carrera deportiva ahora, verás que vendrán cosas buenas” y le contesté “voy a hacer grande el número 56 de la camisa que me dieron”. De ahí surge mi número, que llevé desde 1992 hasta el 2017. Es una historia muy bonita que muchos no conocen.
¿Cómo fue tu debut con Industriales?
En 1991, en la Liga de Desarrollo estoy teniendo un buen resultado, ya con mi número 56, y el 28 de diciembre de ese año me llaman a la casa sobre la 6 de la tarde y me dicen: “prepárate que te vas para Cienfuegos, estás con Industriales”.
Apenas un mes antes había ido al Latino a ver un juego y le había dicho a mi papá: “ojalá un día yo pudiera tirar pelotas con Lázaro Vargas, Juan Padilla, Javier Méndez…” y casualmente muy poco después estaba con Industriales.
Abrí el año 1992 ya con el equipo. Esa fue mi primera Serie, en la que fui 27 turnos al bate, pero Industriales no clasificó para los play off. La próxima temporada con el director Jorge Trigoura discutimos la final con Villa Clara y perdimos en siete juegos. Después de ese año nunca más fui llevado a la reserva. Así fue el despegue de mi carrera, en aquella post-temporada comenzó a escucharse el nombre de Carlos Tabares por mi entrega al béisbol.
Tus primeros pasos con el equipo Cuba…
Mi primer viaje fue en 1996 en un equipo Cuba B para un torneo en Holanda y quedé champion bate. En el 97 fui a Nicaragua a un tope. En el 98 fui a Holanda y otra vez fui líder de los bateadores. Después vino el Mundial de Italia ese mismo año.
¿Cómo fue la experiencia de jugar en el primer Clásico Mundial de Béisbol?
Justo antes del torneo surge la famosa frase de “vamos a dejar la piel en el terreno”, fue en una conversación normal, como esta que estamos teniendo ahora.
Cuando llegamos a Puerto Rico fue una gran impresión y una experiencia única poder estar al lado de jugadores como David “Big Papi” Ortiz, Albert Pujols, Alfonso Soriano, Bernie Villiams, Carlos Delgado, Odalys Pérez, Adrián Beltré, Bartolo Colón, Miguel Tejeda, Carlos Beltrán, Edgardo Alfondo o Miguel Cabrera. Cuando Cabrera vino a Cuba hablamos por teléfono porque tenemos un amigo en común.
Ese Clásico me trajo muchas vivencias. Primero, vimos cómo jugaban en el béisbol profesional. Segundo, logramos trabajar como equipo. Ellos no eran como nosotros que jugábamos muy compactados. Yo siempre hago cuentos de esa experiencia, nunca me canso.
Y los Juegos Olímpicos de Atenas-2004…
Fue un torneo muy lindo, conocí a grandes deportistas de varias disciplinas. Pero, por supuesto, lo que más recuerdo es el fildeo contra Australia en la final. Aquella jugada polémica que el árbitro decreta out y el manager de Australia era el único que decía: “pero dio en la cerca”. Mis piernas lograron darle el triunfo a Cuba, gracias a la carrera hacia atrás pude hacer ese gran engarce.
¿El mejor momento de tu carrera deportiva?
Esos dos torneos, el Clásico y la Olimpiada de Atenas-2004 son los mejores momentos de mi carrera deportiva.
También debo decir que el año 2003 tuvo una connotación especial porque muere mi padre, gano en el campeonato nacional y regreso después de cuatro años al equipo Cuba. Fue el año más triste y feliz en mi vida.
¿La experiencia más amarga?
En 1998 tuve un buen Campeonato Mundial y un gran Centroamericano. Pero injustamente fui bajado de la selección nacional. El problema fue que en el cierre de los Juegos Centroamericanos, Oscar de León dio un concierto en Maracaibo y me subí a la tarima a bailar con él. Se malinterpretó eso, se dijo que yo era un posible desertor y no viajé más hasta el 2003. Fueron cuatro años que perdí en el equipo nacional, pese a estar en buena forma. Ese ha sido el momento más triste de mi carrera.
No obstante, nunca bajé la guardia. En el 2003 regresé al equipo Cuba y hasta el 2007 fui a varios eventos y ganamos en todos, menos en un Preolímpico en el Latino. Así demostré que no era cierto lo que habían dicho sobre mí.
También lamenté dos lesiones: una anterior a los Juegos Olímpicos de Beijing-2008, cuando Norge Luis Vera me partió el dedo y otra en 2009, cuando estaba en perfectas condiciones para el segundo Clásico Mundial, pero me salieron dos hernias discales.
¿Alguna vez te botaron de un terreno de pelota?
Solo me botaron dos veces de un partido, una vez por un gesto que hice y otra por que me tiraron un pelotazo y tiré el bate molesto. Ahora como coach no te puedo decir (risas).
¿Qué significa el estadio Latinoamericano para ti?
Jugué aquí 25 años, es mi segunda casa. Una gran parte de mi vida la he vivido aquí. Aunque tengo que reconocer a otras aficiones del país que me han aplaudido como las de Santiago, Pinar del Río, Villa Clara o Cienfuegos, a pesar de ser equipos rivales, ahí me querían mucho. Pero el Latino siempre será mi segunda casa, donde mucha gente me gritó, pero la mayoría me aplaudió.
Una vez retirado, ¿pensaste jugar en alguna liga fuera de Cuba?
Sí, pero no se dio. Casi estuve a punto de ir a la Liga de Colombia. Hubo contactos también en México, Panamá e Italia, pero no se concretaron. Aunque como yo estoy, todavía puedo jugar hasta los 45 años. Si se da, voy y juego, de lo contrario me preparo bien para ser un buen coach, entrenador y preparador físico, que es algo que me gusta mucho.
¿Qué se siente asumir el papel de coach justo después de retirarte?
Cuando no jugaba me ponía a mirar al coach para ver los gestos que hacía y en qué momento tomaba las decisiones. Por ejemplo, dar las señas es lo más fácil y las puedes cambiar tú mismo. Lo difícil es mover a los corredores. Sé que me puedo equivocar, pero me va a gustar este trabajo.
¿Cómo es ahora la relación con tus excompañeros en tu nuevo roll?
Siempre fui capitán y mis compañeros ya me respetaban. Ahora como directivo lo hacen todavía más. Estoy muy contento porque han sabido diferenciar la amistad del trabajo. No creo que vaya a tener problemas con eso. De hecho ahora estoy al frente de los entrenamientos y todo se ha cumplido.
¿Te gustaría dirigir a los Industriales?
Sí, sin dudas, desde ahora me estoy preparando. En cuanto haya un curso de dirección me apunto. Siempre he sido organizado en mi preparación y creo que eso me ayudará.
Hoy soy coach gracias a Víctor Mesa que me llamó para trabajar con él. Cuando jugábamos como contrarios siempre nos buscábamos a ver quien bateaba más y hacía más cosas. Después como profesor lo admiré por la disciplina que lleva al terreno. Te ayuda, te enseña a jugar béisbol. Hoy que estoy al lado de él voy a aprender bastante para en el futuro poder ser el director de Industriales que es una aspiración que tengo.
El último campeonato conquistado por Industriales fue hace ya siete años, bajo el mando de Germán Mesa y con momentos muy emocionantes y polémicos…
Fuimos campeones porque en un momento crítico, Carlos Tabares, Alexander Malleta, Rudy Reyes y Yoandri Urgellés convocamos una reunión con el equipo sin la presencia de los directores. Eso no le gustó al manager y ahí comenzaron las desavenencias con nosotros. Luego ocurrió la lamentable pelea en Sancti Spíritus y volvimos a reunir al equipo sin los directivos.
Eso no gustó, pero logramos ganar. Al otro año hubo una separación entre la dirección y los jugadores. Es una lástima, pero no nos entendimos.
Víctor Mesa dirigirá a Industriales por primera vez y le quedará poco tiempo para estar al frente de la pretemporada del equipo porque ha estado con el Cuba en la Liga Can-Am y el tope contra Estados Unidos ¿Crees que esto pueda afectar la comunicación del equipo con él, el entendimiento entre el director técnico y los jugadores?
El tiempo que Víctor ha estado cumpliendo su tarea con el equipo Cuba en la Liga Can-Am no ha afectado en nada los entrenamientos de Industriales. Antes de salir me dejó al frente del grupo, me dijo cuál era el plan de trabajo y el estilo que a él le gusta en el terreno y es lo que yo he mantenido. La ausencia de Víctor no se ha notado porque sus maneras de trabajar han estado vigentes y los jugadores las han asimilado. Creo que cuando Víctor venga se va a sentir muy orgulloso de cómo el equipo ha trabajado en su ausencia. Y la comunicación no se ha perdido, pese a que él ha estado fuera.
¿Cómo crees que reaccionará la afición ante la presencia de Víctor Mesa como director del equipo?
La gente tal vez está preocupada por la forma de Víctor Mesa, pero lo que él hace es constructivo. Quizás lo ves gritando y gesticulando y piensas que está agrediendo al atleta, pero a lo mejor lo que está diciendo es: “dale, que tú eres el hombre”. Le digo a la afición que no malinterprete y que se sume para que el equipo esté más motivado a la hora de entrar al terreno.
¿Y cómo asumieron los jugadores la noticia de que Víctor sería su director?
Están muy contentos, conocíamos a Víctor, que estuvo en Matanzas, en Villa Clara. Allí se ocupó del atleta y cuando llegó a la capital cambió mucho la atención a los peloteros. Cuando dijeron que era Víctor todos pensaron: “vamos a ver ahora qué pasa” y la atención al atleta mejoró mucho. No estoy diciendo que los directores anteriores no se ocuparan, pero la firmeza que tiene Víctor para decir las cosas le hacía falta al equipo.
¿Pesará la rivalidad que ha tenido Industriales con los equipos dirigidos por Víctor?
Lo único que voy a decir es que siempre quiso jugar con Industriales y vive en La Habana… entonces es azul (risas) te lo digo yo que es azul. Sin embargo, como rival era durísimo. Pero en el fondo tenía algo azul y lo sacó ahora. Se va a proyectar en el terreno como un verdadero industralista.
¿Te resultó incómodo el proceso de selección del manager de Industriales, mientras se manejaban las opciones de Guillermo Carmona y Víctor Mesa?
Sí, me sentí entre dos aguas porque me llevo bien con Carmona, si él me hubiera llamado también hubiera trabajado con él. Pero no te puedo hablar de la decisión, porque no fui parte de ella. Carmona también hubiera sido una buena elección, pero finalmente fue Víctor y creo que acertaron.
¿Qué cambios se han introducido en el equipo para la próxima temporada?
Estamos logrando bastante exigencia en la disciplina, que los atletas sean más profesionales. Ellos solos van a sus áreas de trabajo, cumplimentan todo el entrenamiento. Esta Serie vas a ver a otro equipo, uno más dinámico, uno que corra siempre para las bases.
Falta poco para que comience la Serie Nacional ¿Cómo ves al equipo? ¿Cuáles son sus principales virtudes y deficiencias?
Para esta 57 Serie veo un equipo muy cohesionado. Hemos logrado una gran unidad. Conjuntamente con el profe Víctor, tenemos un colectivo de dirección muy capacitado y enérgico.
La ventaja que le veo con respecto a otros años es que hay mucha experiencia y una unión de explosión con agresividad.
Entre las deficiencias que tenemos está la concentración al bate con corredores en posición anotadora y el pitcheo. Porque a la defensa estamos trabajando muy bien.
¿Clasificará Industriales para la segunda fase de la Serie Nacional?
Ese es el primer objetivo y lo podemos lograr, porque de esta preselección va a salir un buen equipo. Tenemos que trabajar siempre en familia. El pitcheo está un poco flojo, pero sucede de manera similar en todas las provincias, excepto en Pinar del Río. Tenemos la entrada de Alexander Rodríguez como cerrador. Sin embargo, nuestra ofensiva es muy buena y con la llegada de Yordanis Samón mejora.
Precisamente, los jugadores de otras provincias que pueden sumarse al equipo de Industriales es un tema que ha generado debate entre la afición ¿Hay algún caso confirmado?
El único caso confirmado es Yordanis Samón, que puede ser designado, primera o jugar un field (además de Víctor Víctor Mesa).
Los demás son peloteros de La Habana que estuvieron en otras provincias como los lanzadores Adrián Sosa, Del Pino, Dayron Durán, el receptor Roberto Loredo y el campocorto Joel Mestre, quienes jugaron por Matanzas, pero son capitalinos. Además el guantanamero Alexander Rodríguez que lanzó por los Cocodrilos, pero que ya estuvo en el equipo de Industriales. Otros habaneros que regresan son Jorge Luis Barcelán desde Mayabeque y Jorge Tartabull desde la Isla de la Juventud.
Y está el caso del short stop, Jorge Alomá, que se fue para Artemisa por una decisión personal.
Hacer el equipo de Industriales está bien difícil, después de las figuras relevantes todo el mundo está parejo. Tendremos que sentarnos a pensar bien duro y con calma, pues tomaremos decisiones muy difíciles.
¿Pueden llegar otros nombres, se ha hablado de los pitchers Yosvany Pérez y Richard Aguilera?
Hasta ahora no se ha confirmado ningún otro nombre. En un momento se comentó sobre Yosvany Pérez, el pitcher de Villa Clara, y al lanzador de Mayabeque, Richard Aguilera, le hicimos pruebas aquí en el Latino, pero no ha venido más. Esos son los caso más llamativos.
¿Crees que Víctor Mesa ganará su primer campeonato como director en Series Nacionales con Industriales?
Te digo que sí, porque es un equipo acostumbrado a jugar finales. Jugar una final con Industriales es diferente, el contrario se preocupa más. Nosotros tenemos que hacer lo que siempre hemos hecho en los play off y tener mucha concentración. El deseo de ganar no nos puede llevar a hacer las cosas mal.
Tenemos experiencia, calidad, deseo, forma física y disciplina ¿Qué más hace falta para ganar un campeonato? Cada cual tiene que estar concentrado en su función y salir a hacer lo que le toca. Cuando juegas así, entonces es más fácil.
Además de los jugadores estrellas de Industriales, hay algún joven talento u otro pelotero no tan conocido que este año pueda destacar dentro del equipo…
Sí, está Andrés Hernández, (tercera y jardines), Jorge Luis Barcelán (tercera), Javier Camero (primera y jardines), Jorge Tartabull (jardines), Joasán Guillén (jardines), Yorbert Sánchez (campocorto), que está demostrando ser un gran jugador, Joel Mestre, que ha mejorado enormemente su defensa en el short stop y Osmel Cordero (tercera, primera, jardines).
En la receptoría tenemos dos o tres muchachos que van a tener que trabajar duro porque está Frank Camilo Morejón, que es el cátcher del equipo Cuba, y Lázaro Ponce que es el otro más consagrado. Tenemos a Roberto Loredo, Hasiel Hernández, Randy Montenegro, Ernesto Vázquez… Hay varios que deberán trabajar duro para hacer el equipo.
Tenemos una nómina a la que podemos sacarle provecho. Donde están las mayores dificultades es en el pitcheo, aunque hay figuras jóvenes que vienen con deseo y tienen talento como Raymond Hernández, Randy Rodríguez, Ortega, Pavel Hernández, Yandy Molina, Yoel David de Paula.
Toda esa juventud, unida a los atletas de experiencia como Alexander Malleta, Yoandry Urgellés, Rudy Reyes, Stayler Hernández, Frank Camilo… creo que vamos a desempeñar una buena labor.
¿Qué opinas de la Serie Nacional? ¿Crees que se deba cambiar la estructura?
Con 45 partidos quizás no sea suficiente porque tal vez el equipo no arranca bien, pero es parejo para todos y hay que cambiar el plan de entrenamientos. Lo que sí me gustaría es seguir con los mismos peloteros, el sistema de refuerzo no es que sea malo, pero a veces los atletas no se adaptan.
Ahora, me encanta la idea de una Serie Nacional con ocho equipos. Creo que podría aumentar la calidad y se puede preparar otro campeonato que se celebre a la vez con peloteros más jóvenes y que no hayan logrado hacer los equipos principales.
La actuación de La Habana en la Serie Sub-23…
Dejó mucho que desear. Eso viene desde la preparación de la base. No se puede ir a un campeonato a jugar por jugar. Yo estuve en parte del entrenamiento y sé que se hizo bien. No sé lo que pasó después, quizás los atletas se desmotivaron durante la competencia. Hay que buscar las causas porque algunos de esos jugadores están ahora en la preselección con nosotros y tienen mucho talento.
Cuba tuvo un desempeño muy negativo en la Liga Can-Cam con apenas cinco triunfos en 21 partidos. Quisiera saber su opinión sobre el nivel del béisbol cubano actualmente y el rendimiento del equipo Cuba en los últimos torneos.
Creo que la actuación en la Can-Am hay que analizarla para ver qué faltó. También tenemos que darnos cuenta que el béisbol en el mundo ha evolucionado, hay más información.
Se debe revisar la adaptación a esos juegos. Son 21 choques seguidos que eso en Cuba nunca se ha hecho y los peloteros no están adaptados. Creo que el equipo debió preparase según las características del torneo. Hay que revisar el entrenamiento en dependencia de cómo sea la estructura del campeonato.
No creo que haya que echarle la culpa a los peloteros, ni decir que no hay talentos en el béisbol cubano. Se debe revisar la estructura del entrenamiento y ver por qué ha fallado. Tenemos que ir más a lo técnico e informar a los aficionados todo lo que no se cumplió para que la gente sepa el porqué del resultado.
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