Por Aliet Arzola / aliet@granma.cu
En la larga historia de 55 años de los clásicos beisboleros cubanos, solo dos equipos han reeditado la corona en la siguiente campaña tras ganarla por primera vez, prueba de que sostenerse en la cima es casi tan complicado como alcanzarla.
En 1963, el año de su estreno, Industriales lograba la primera de sus 12 coronas, y después repitieron con otros tres cetros que conforman la seguidilla triunfal más larga en series nacionales. Pero luego tuvieron que pasar más de 30 años para que un debutante en el trono mantuviera la gloria en la campaña siguiente.
Ni elencos de excelso linaje como Azucareros, Vegueros, Santiago de Cuba o Villa Clara consiguieron aferrarse a la cúspide tras disfrutar por primera vez las mieles del éxito, algo que consiguió Pinar del Río, doble titular en 1997 y 1998. Con ese nombre, los vueltabajeros debutaron en 1967, pero durante sus primeros años siempre estuvieron bajo la sombra de Vegueros e, incluso, desaparecieron como equipo hasta 1993, cuando ya incursionaron con nuevos bríos.
Granma, monarca vigente, tiene ante sí el reto mayúsculo de sostener su paso triunfal en la 57 Serie Nacional y entrar en la historia como el tercer equipo que revalida la corona tras ganarla por primera vez, pero, de entrada, enfrentará la ronda inicial del campeonato sin varios efectivos que fueron cruciales en la consecución del título en la anterior campaña.
Lázaro Blanco, su as indiscutible y mejor lanzador cubano del momento, no llegará hasta finales de septiembre, teniendo en cuenta que su equipo en la Liga Canam, los Capitales de Quebec, deben avanzar a la postemporada. El derecho dio clases magistrales de pitcheo en la Serie 56 y los Alazanes extrañarán su aporte.
César García, Leandro Martínez, Yaniel González y compañía deben erigirse en líderes del staff oriental, mientras el mentor Carlos Martí necesita encontrar la fórmula para que sus serpentineros de segunda línea logren, al menos, acercarse a la producción total de Blanco. Además, madero en ristre los granmenses esperan otro año en alza para Carlos Benítez, Yoelkis
Céspedes, Lázaro Cedeño, Osvaldo Abreu y Guillermo Avilés, quienes cargarán con el peso ofensivo, a la espera de que crezcan Alexquemer Sánchez o Agustín Arias.
Para muchos representa también un dolor de cabeza la ausencia de Roel Santos y Alfredo Despaigne, contratados en Japón, pero lo cierto es que ninguno de los dos tuvo incidencia en la clasificación a la segunda ronda el pasado año. El veloz patrullero zurdo llegó terminando la primera fase y su impacto se notó en la segunda, mientras el slugger del Fukuoka Softbank fue determinante cuando se incorporó de lleno en la postemporada.
A pesar de las ausencias, los Alazanes tienen plantel para soñar. Conservan la base de su carrera triunfal, con la que perfectamente pueden caminar la primera ronda, y después buscar refuerzos oportunos que se integren de la misma forma que lo hicieron Frank Camilo, Lahera, Laza y compañía. El objetivo del campeonato parece distante todavía en el calendario y la historia no los favorece, pero ellos nadarán contra la corriente por repetir el cetro.
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