Al comienzo de la temporada, o incluso antes de la primera voz de “play ball!” el panorama de Raisel Iglesias y Aroldis Chapman era totalmente distinto. Foto tomada de Zimbio |
Por Juan Páez / @jmanupz
Al comienzo de la temporada, o incluso antes de la primera voz de “play ball!” el panorama de Aroldis Chapman y Raisel Iglesias era totalmente distinto. Chapman, ya famoso por su eficiente labor a la hora de cerrar juegos, tenía el puesto asegurado con los Yankees de Nueva York luego de firmar un jugoso contrato, caso distinto al de su compatriota.
Iglesias, después de un entrenamiento primaveral, era una de las apuestas del mánager Bryan Price para concretar victorias, pues su decisión era tener un comité de apagafuegos. Con el pasar de los días, el cubano fue sorprendiendo a todos hasta quedarse fijo con el cargo de taponero y conformar, junto con Aroldis, la pareja de cerradores antillanos en la Gran Carpa.
Lo que siguió fue bastante inesperado. El novel Raisel, con apenas 55 juegos en dos campañas antes de 2017 y solo seis salvados en ese lapso, se ganó el respeto de los bateadores de la Liga Nacional y se mostró notablemente superior a su coterráneo, quien logró un pacto de cinco años y la fruslería de 86 millones de dólares para quedarse bajo los grandes y deslumbrantes focos del Yankee Stadium.
Todo empezó mal
Aunque Chapman tuvo un sólido abril, en el que parecía estar tan dominante como siempre, se lesionó a mediados de mayo. Problemas en el hombro izquierdo lo mantuvieron fuera de acción hasta el 18 de junio, cuando volvió al noveno inning de los Yankees. Superó algunos altibajos en julio y la debacle total comenzó este mes hasta perder el rol de cerrador, pese a que días antes de la decisión, el mánager Joe Girardi lo respaldó más de una vez.
Agosto ha sido una treintena de espanto para el “Misil”, cuya recta aún sigue viva entre 100 y 103 millas por hora. Permitió al menos una carrera en sus seis presentaciones hasta ahora en el octavo mes del año. Durante este periodo suma una derrota, un blown save, seis hits en contra, siete anotaciones merecidas, seis bases por bolas y dos ponches en 6.2 entradas, con 9.45 de efectividad.
Gracias a esta pesadilla, su promedio de rayitas limpias pasó de 2.97 con el que terminó julio al 4.14 luego de su actuación de este domingo ante los Medias Rojas de Boston. Si la ronda regular terminara hoy, ese sería el número más alto en la trayectoria del zurdo, quien ya permitió los mismos hits que en 2016 (32) y siete vueltas al cuadro más que el año pasado (10 contra 17).
Año
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Edad
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Equipo
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G
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P
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ERA
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G
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SV
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IP
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H
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R
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ER
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HR
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BB
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IBB
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SO
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2017
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29
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4
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2
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4.29
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38
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16
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35.2
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32
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19
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17
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2
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17
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2
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50
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Imparable… y más seguro
Iglesias ha sido todo lo contrario: ha dominado a placer a sus rivales del viejo circuito en un club mucho menos mediático que los Yankees, como los Rojos de Cincinnati, e incluso sin merecer la atención que merece. Muestra de ello es que no fue al Juego de Estrellas pese a tener 16 salvados y 1.69 en 42.2 capítulos de trabajo.
El nativo de Isla de la Juventud, ganando $3.5 millones en el presente curso, suma 23 rescates en 51 compromisos y 61.1 entradas. Acumula 79 ponches y 23 pasaportes, con solo 42 imparables permitidos y 13 rayitas merecidas. Es uno de los cerradores más baratos y más eficientes del béisbol en el presente curso.
Año
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Edad
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Equipo
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G
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P
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ERA
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G
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SV
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IP
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H
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R
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ER
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HR
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BB
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IBB
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SO
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2017
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27
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2
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2
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1.91
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51
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23
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61.1
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42
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14
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13
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4
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23
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1
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79
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Este joven derecho, de 27 años, estuvo realmente intocable desde el arranque de la zafra hasta un buen tramo de la temporada. En el lapso entre el 3 de abril y el 8 de junio, registró PCL de 0.57 en 31.1 tramos, con 12 salvados.
A la hora de mencionar las bondades de Iglesias, no se puede dejar por fuera lo que muchos apagafuegos ya no tienen: la capacidad de lanzar largo. Este año es el que más rescates de 2.0+ innings tiene. El segundo en esa lista es uno que ni siquiera es cerrador: Mike Montgomery, con tres por los Cachorros de Chicago.
Lo que espera todo el mundo es que Chapman termine de reencontrarse con el ritmo que todos conocemos y que pueda volver a estar a la par de Iglesias, quien empieza a mostrar que está para grandes cosas en las Mayores.
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