El villaclareño quiere impregnarle su escuela al equipo Cuba Sub-23 que va camino al Panamericano en Panamá Foto: Arelys María Echevarría |
Por René Javier Domínguez.
Se forjó con aquella generación dorada del béisbol villaclareño que conquistó tres títulos consecutivos en la primera mitad de los años noventa y creció a la sombra de un receptor de la categoría de Ángel López. Ya en 1994 mostró de qué estaba hecho, cuando conectó un memorable doblete frente a Industriales en el séptimo juego de la final, y en sus piernas se consumó el campeonato naranja.
A mi juicio, es el cátcher más completo en la historia de las Series Nacionales. La selección nacional lo recibió como titular en 1999, y con ella alcanzó todos los trofeos posibles. En 2006 acaparó los cintillos de la gran prensa durante el Primer Clásico Mundial y la admiración de ese monstruo de la posición que fue el boricua Iván «Pudge» Rodríguez (Salón de la Fama-Selección 2017).
Luego de su controversial exclusión —por parte del mánager Víctor Mesa— al Tercer Clásico, en 2013, expresó que dejaría el deporte activo al término de esa campaña, pero lo que pocos podían imaginar era el contexto de su despedida: sexto inning, bases llenas, quinto juego de la final ante los Cocodrilos de Víctor, en un endemoniado estadio Sandino. Empuña y desaparece la pelota, para devolver a la ciudad un título ausente por 18 años. En el epílogo todo parecía tocado por algo divino, y otra vez la vida abofeteaba a la injusticia.
En este 2017 debuta al frente del Villa Clara en el torneo doméstico sub-23, y posteriormente es designado para dirigir la principal selección cubana al Panamericano de la categoría clasificatorio al Mundial 2018, que se celebrará entre el 24 de noviembre y el 3 de diciembre próximo, en varias ciudades de Panamá.
¿Cómo asumes esta responsabilidad?
«Soy un peón más en este engranaje del béisbol. Únicamente he venido aquí a trabajar con mucha seriedad, disciplina y compromiso».
¿Cuál es la principal meta del plantel?
«El objetivo es ganar el torneo y alcanzar el boleto al Mundial, no nos queda otra. Provengo de una generación que siempre salió a ganar y, en la mayoría de los casos, lográbamos el objetivo».
Háblame de los prospectos que más destacan en el grupo
«El santiaguero Oscar Luis Colás tiene muchas condiciones como bateador, posee un gran físico y le pega con potencia a la bola. En los jardines, Yoelkys Céspedes ya es más que una realidad; el capitalino Yolbert Sánchez destaca por su magnífica defensa en las paradas cortas. También sobresalen Norel González, Lionard Kindelán, el receptor Ariel Martínez y los lanzadores Yousimar Cousín, Yosbel Zulueta, Javier Mirabal, Carlos Pérez y Yariel Rodríguez».
El matancero Ariel Martínez luce como la figura más promisoria de la receptoría cubana, ¿cómo valoras su talento?
«Es un muchacho con las herramientas adecuadas para la receptoría. Tiene muy buen físico y destaca tanto con el madero como a la defensa, pero es joven aún. Esta es la posición que más demora un jugador en formarse. Por supuesto que debe aprender muchas cosas, y nuestra función aquí es conducirlo para convertirlo en un receptor de primer nivel».
¿Qué opinas sobre la posible inclusión de los lanzadores Liván Moinelo y Raidel Martínez, quienes vienen de una temporada extensa en tierras niponas y no tienen nada que demostrar en un torneo como este?
«La inclusión de Moinelo y Raidel aún se está valorando. No puedo decirte exactamente si van a estar o no en el equipo…»
En los entrenamientos he podido apreciar que muchos jugadores tienen deficiencias en su mecánica de bateo. ¿Qué estrategias se han planteado para corregir esto?
«Lamentablemente, esos son defectos que arrastran desde las categorías menores y prosiguen con ellos en sus equipos provinciales. Creo que se debe trabajar más de conjunto con las provincias y la Dirección Nacional de Béisbol, en aras de unificar criterios y buscar patrones de entrenamiento más homogéneos en todos los sentidos».
Me ha cautivado tu estilo de dirección, donde prevalece una buena química con los jugadores y —a menudo— se te ve sonriendo cuando corriges algún defecto técnico en específico. ¿Piensas adoptar esa manera de dirigir?
«Esa es mi forma de ser. No critico otros estilos y formas de manejar un equipo, pero mantendré esa postura con mis jugadores y en mi carrera como mánager».
En los últimos tiempos, nuestro béisbol se ha caracterizado mucho más por la división de sus miembros que por la unión; sin embargo, en esta ocasión se han implicado leyendas como Luis Ulacia, Omar Linares, José Manuel Cortina y Orestes Kindelán dentro del colectivo técnico…
«Necesitamos sumar y no restar. Pienso que todo el que tenga ganas de trabajar y aportar sus conocimientos es bienvenido. A fin de cuentas, este es nuestro deporte nacional y todos estamos llamados a salvarlo».
Mi última pregunta tiene que ver con Villa Clara. Este año quedaron fuera de la segunda ronda y muchos abogan por un cambio de dirección. ¿Estarías en disposición de dirigir a los Naranjas para la próxima temporada?
«Esa decisión no está en mis manos, pero sí puedo decir que estoy disponible para la tarea que se me encomiende…»
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