Gritaron 'Víctor pitchea tú' en su regreso a Matanzas y Mesa no salió del banco ni una vez

Contrario a otras ocasiones, cuando se le ha visto retar al público, Víctor permaneció sentado y el encargado de realizar las visitas al box fue Elosegui, quien llamó a ocho lanzadores azules durante el partido
Contrario a otras ocasiones, cuando se le ha visto retar al público, Víctor permaneció sentado y el encargado de realizar las visitas al box fue Elosegui, quien llamó a 8 lanzadores azules durante el partido
Foto: Ricardo López
Por Aliet Arzola / aliet@granma.cu

Víctor Mesa, sin el más mínimo rastro del color rojo en su vestimenta, regresó al Victoria de Girón con su elegante indumentaria azul. Muy a su pesar, de allí salió otra vez golpeado por los cuatro costados, justo como en aquel último y tortuoso episodio en la Atenas de Cuba.


Si la despedida del cuartel general de los matanceros en la pasada campaña fue dolorosa, noqueado por Alazanes de Granma en el pleito por el pase a la final, el recibimiento en la presente campaña tampoco le dejará buenos recuerdos al 32, a quien, pese a la paliza, se le vio más tranquilo de lo habitual en su primera visita al Girón como manager de Industriales.

Por el terreno casi ni se portó, salvo en la discusión de las reglas al inicio del pleito entre Leones y Cocodrilos, cuando cruzó un apretón de manos con Víctor Figueroa, su preparador físico y hombre de confianza en el pasado, hasta que salió del conjunto yumurino a principios de la anterior temporada, de forma brusca y sin explicación.

Parado en home, VM32 no fue muy expresivo, pero sí sintió la intensa y corta ovación de los fanáticos que repletaron el Girón de esquina a esquina, solo con pequeños y delimitados claros en las gradas por el cruento sol.


«Me siento bien, con mucha tranquilidad. Han venido algunos muchachos a saludarme y seguro vendrán más. Estoy contento por el trabajo que están haciendo y sería tremendo orgullo que entrarán entre los cuatro grandes», dijo Víctor Mesa sobre sus rivales matanceros minutos antes de comenzar el partido.

El estratega, no obstante, destacó que no se sentiría parte de un título de los Cocodrilos, porque ya no es el director del equipo. «Yo no he hecho nada del otro mundo, solo estuve seis años clasificando y llenando el estadio. No quiero que el trabajo de nadie me lo adjudiquen a mí, ni tampoco me mencionaré como parte del éxito de Matanzas, eso le toca a la prensa y a la afición reconocerlo», precisó.

En el duelo de marras, la calma no le debe haber durado demasiado al 32, porque los Cocodrilos fueron implacables y al término del primer tercio ya ganaban 5-0, marcador que después se amplió hasta un 8-0 lapidario, que deja a los Leones con apenas dos triunfos y ocho derrotas en la segunda ronda de la 57 Serie Nacional de Béisbol.


De entrada, no hubo rechifla ni abucheo desde las tribunas, pero a medida que avanzó el encuentro los fanáticos se calentaron y no se cortaron al dedicarle un sonoro «Víctor pitchea tú». Contrario a otras ocasiones, cuando se le ha visto retar al público, Víctor permaneció sentado y el encargado de realizar las visitas al box fue José Elosegui, quien llamó a ocho lanzadores azules desde el bullpen.

Con semejante despliegue de los Cocodrilos, la afición disfrutó plenamente del show ofensivo. «Mira como se ha llenado esto, parece una final», me dijo Pablo Cárdenas, quien animó a los suyos desde el bosque derecho con una escandalosa corneta.

A su lado, Gabriel Rosa, señor de unos 70 años, anotó en una libreta con las hojas sueltas todas las incidencias del partido, y nos aseguró que el parque no había recibido a tanta gente justo desde aquel último encuentro de VM32 al frente de los yumurinos. «Yo me siento siempre aquí atrás y por lo general estoy solo, pero hoy casi ni nos podemos mover. No hay duda, Industriales arrastra gente y Víctor también».


Además del experimentado mentor, desfilaron igualmente por la grama del Girón otros peloteros que, en su momento, vistieron la franela de los Cocodrilos, algunos como refuerzo y otros atraídos por el proyecto del 32 en la ciudad de los puentes.

Juan Carlos Torriente, Adrián Sosa, Dairon Durán y Yordanis Samón jugaron, aunque sin demasiada suerte frente a sus antiguos fieles. De todos ellos, solo Sosa sintió los chiflidos tras explotar en el tercer episodio, cuando recibió un fuerte castigo de la artillería matancera, mientras también se escucharon algunas críticas a Wilfredo Sánchez, un inmortal de la provincia y ahora ayudante del cuerpo de dirección capitalino.

«Él jugó toda la vida con los equipos matanceros y su familia también. Verlo ahora con la camiseta de Industriales es un golpe muy fuerte para todo el que sigue el béisbol aquí», puntualizó Pablo Cárdenas en un breve impasse de su concierto con la corneta, que siguió más tarde fuera del estadio, celebrando el triunfo de los Cocodrilos.


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