A los Azules les urge que Frank Camilo Morejón se incorpore sano de su lesión Web Screen Shot |
Por Aliet Arzola / aliet@granma.cu
Industriales ha perdido nueve subseries –de diez– y 20 partidos –de 29– en la segunda ronda de la 57 Serie Nacional de Béisbol. Los Leones, líderes indiscutibles de la primera fase, no han ganado más de tres choques seguidos en mes y medio, y su gran ventaja se ha esfumado hasta caer al tercer escaño de la lid.
Sin dudas, este tipo de rendimiento nos conduciría a pensar que ya los Azules de Víctor Mesa no tienen posibilidades de cerrar el próximo mes de enero con un trofeo apuntando al cielo, pero no hay deporte en el mundo más impredecible que el béisbol, cuyo panorama cambia de la noche a la mañana, muchas veces en beneficio de conjuntos que parecían virtualmente enterrados y resurgen de la nada.
Y literalmente del suelo tienen que levantarse los Leones si quieren ganar el campeonato, pues luego de 74 duelos en la etapa regular, hay síntomas ineludibles de regresión.
Por ejemplo, sus números colectivos de la segunda ronda frisan el desastre, con efectividad superior a 5,80, más boletos (133) que ponches (130) otorgados por los serpentineros y la segunda mayor cantidad de conexiones para doble play (37).
Si vamos un poco más allá, Industriales anotó carreras en el 36,9 % de las 377 entradas ofensivas que consumió en la primera ronda, y ese indicador ha descendido hasta el 24,2 % durante la fase élite, en la cual han recibido 187 escones en 247 capítulos.
Para sus lanzadores, la situación es inversa, pues en la etapa inicial colgaron ceros en el 76,1 % de los innings y ahora esa estadística ha descendido hasta el 62,8 %.
A todo esto, debemos sumar que la estabilidad no ha sido un rasgo distintivo en las filas azules. En el campeonato, al menos 12 tiradores suman una apertura, y la mitad de ellos también ha laborado en funciones de apagafuegos, cambio de rol que no tiene un efecto positivo en todos los hombres.
El hecho de no afianzar una rotación ha conducido al caos, que afecta tanto a los abridores como a los relevistas. Los primeros, al no tener una rutina marcada de trabajo, explotan con frecuencia y eso provoca que el bullpen entre en escena antes de lo previsto.
Con la tanda ofensiva sucede algo similar. Alexander Malleta, Jorge Luis Barcelán, Yohandry Urgellés, Jorge Tartabull o Stayler Hernández han ocupado entre cinco y seis turnos diferentes en las alineaciones, es decir, se enfrentan a muchas fluctuaciones y cuesta adaptarse a una función, porque hoy eres el limpiabases y en la fecha siguiente bajas al octavo puesto, o pasas 43 partidos sin abrir como titular y regresas de tercer madero.
Pese a todos esos males, ineludibles, Industriales conserva una oportunidad legítima de coronarse. En primer orden, ellos respiran con bastante comodidad en el tercer puesto de la tabla, y deben mantenerse entre los cuatro pasajeros de postemporada si solo alternan algunas victorias en medio de su racha perdedora.
Ahora, necesitan aprovechar el mes de diciembre y corregir sobre la marcha todas las grietas de la nave, en aras de llegar a enero con las pilas cargadas y las piezas ubicadas en el lugar indicado. Además, el tino en su selección de refuerzos de play off será crucial, porque tienen demandas en varios frentes y solo tres opciones de escoger.
Por otra parte, les urge que Frank Camilo Morejón se incorpore sano de su lesión, pues ninguno de los receptores disponibles, ni dentro del equipo o potenciales refuerzos, tienen el nivel con los arreos del mejor máscara defensivo del país.
Un viejo adagio deportivo reza que ningún equipo es tan malo como parece en racha adversa, ni tan bueno como luce en tramos ganadores, y ciertamente la nómina azul no es todo lo catastrófica que reflejan las estadísticas. Ellos cuentan con una nómina experimentada y hambrienta que, si entra en una dinámica triunfal en el momento indicado, puede ser un dolor de cabeza para cualquier rival.
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