Javier Sotomayor es un héroe nacional, dueño de una de las marcas más antiguas del atletismo al saltar por encima de los 2.45 metros de altura al aire libre y 2.43 metros en pista cubierta |
Por Boris Luis Cabrera
Javier era solo un niño cuando vio un cronómetro encima de la mesa del comedor y lo examinó con curiosidad, nadie sabe con qué objetivo su tío se lo había regalado a sus padres, pero los caminos del destino se enmascaran detrás de las cosas simples de la vida.
Poder medir el tiempo despertó el gen competitivo del muchacho y corrió a hacer mandados, tratando de superar sus propias marcas. Los vecinos de Limonar veían al niño Javier Sotomayor atravesar los caminos pedregosos a toda velocidad, sin embargo, en el espejo de sus sueños, él se creía Alberto Juantorena e imaginaba medallas y campeonatos mundiales.
Jugaba béisbol y baloncesto y le daban vértigo las alturas, pero la vida es irónica y cuando Javier comenzó a saltar, su progresión impresionante lo fue haciendo hombre y poco a poco su apellido se hizo ilustre y eterno.
Javier Sotomayor ahora es un héroe nacional, dueño de una de las marcas más antiguas del atletismo al saltar por encima de los 2.45 metros de altura al aire libre y 2.43 metros en pista cubierta. Ahora lo llaman ¨El príncipe de las alturas¨ y se eleva hasta dimensiones inimaginables, por su sencillez y por su cubanía, por su honestidad y por lo que representa para cada uno de nosotros.
Está frente a mí, y aunque no lleva ya el cronómetro que le regaló su tío en sus manos, siento que continúa midiendo el tiempo, apremiado por compromisos particulares y de trabajo, sin embargo, le concedió a la revista Play Off Magazine esta entrevista, envuelto en la humildad que lo caracteriza.
El premio Príncipe de Asturias es el mayor galardón que has obtenido en tu carrera, el de mayor honor. ¿Qué representa para ti este premio?
De los premios que uno se gana fuera del terreno, de aquellos que no dependen en su totalidad de mi esfuerzo físico, de los que dependen de la opinión y la concepción que tenga de uno varias personas, es el más importante. Me sentí muy contento y honrado con ese galardón, no solo por lo que representa, sino por los contrarios que tenía en aquel entonces que estaban optando también por él.
Ahí estaban Mónica Seles, Carl Lewis, Michael Jordan, etc. Cuando yo vi la calidad de esos nominados, nunca pensé que finalmente yo iba a ser el ganador. Fueron acortando la lista, eliminando poco a poco hasta quedar cinco y nunca lo pensé, la verdad. Pero ese premio me ha mantenido desde el año 1993 hasta la fecha con mucho orgullo…
¿Y ese premio representa para ti una tranquilidad económica también?
No, mucha gente piensa que por obtener ese premio y por ser aun el recordista del mundo en el salto de altura me dan una mensualidad o algún dinero anual. Esos premios se pagan una única vez en el momento de obtenerlo, si yo estuviera recibiendo dinero por esos premios no tuviera jamás ningún problema económico. Todo el mundo piensa lo contrario, pero eso no es cierto.
Los cubanos que tienen raíces españolas solicitan la ciudadanía porque esto les permite, sobre todo, poder viajar al extranjero sin restricciones. ¿Por qué motivo Javier Sotomayor se hizo ciudadano español?
Bueno, me ayudó mucho para eso el premio Príncipe de Asturias. Muchos cubanos tienen ascendencia española, en mi caso no es así, me hice ciudadano español por carta de naturaleza. Ese premio me dio esa posibilidad, con ese aval la casa real y la otra parte jurídica, estuvieron de acuerdo en dármela.
Si, tener ese pasaporte me da mucha facilidad a la hora de viajar al exterior al igual que a mis hijos, nos facilita mucho los trámites de visado, eso me ayuda mucho.
Cuando fuiste acusado de dopaje, el comandante en jefe Fidel Castro salió en tu defensa ante el mundo, ¿crees que él hizo una investigación previa o se basó en la confianza que te tenía y en tus valores como persona? ¿Habló en esos días contigo?
Yo creo que ambas cosas, de una forma o de otra, él siempre nos apoyó a todos los atletas. La mayoría de las veces en que hacía falta su presencia o su voz, él estaba presente. No fue una sorpresa cuando él se involucró en mi caso. Me imagino que el habrá indagado, preguntado, para poder hacer una batalla y no perderla. Nosotros hablamos en esos días sobre el tema y el buscó los mejores abogados disponibles en Cuba, los mejores toxicólogos, a todas aquellas personas que podían aportar algo para poder demostrar mi inocencia.
Entre todos, por supuesto, se hizo un buen equipo, y eso ayudó mucho a mi abogado a la hora de defender el caso en Mónaco, a la recopilación de datos, a tener la mayor cantidad de argumentos posibles para realizar una mejor defensa.
Hay muchas cosas que yo le he agradecido al Comandante en mi vida, una de ellas es que se haya involucrado en mi caso.
¿Al final se demostró tu inocencia?
Mi inocencia nunca se demostró, pero en parte sí, porque me dieron la oportunidad de competir en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000 y eso es muy difícil que suceda en estos casos. Nosotros presentamos muchos argumentos, demostramos que hubo violaciones en la cadena de custodia de la prueba y en otras cosas. Por ejemplo, las bebidas que se toman allí son al azar, a mí me las estaban dando dirigidas.
También cuando llenamos el formulario, la hoja que va al laboratorio debe ir en blanco y la mía llegó ya marcada, no decía mi nombre, pero decía ¨salto de altura masculino¨ y eso es una violación.
La noticia salió al mundo sin yo tener conocimiento, se filtró la información y ahí se están viendo las malas intenciones. El procedimiento es informar al atleta y si no está de acuerdo, se le hace una prueba B, si esta vuelve a dar positivo, entonces se informa a los medios.
Nuestros toxicólogos demostraron que la cantidad que salió en la prueba que me hicieron de la sustancia prohibida, era imposible de consumir porque era mortal, y mucho menos se podía saltar con semejante dosis, porque esa sustancia no aumenta el rendimiento, todo lo contrario.
Cuando se hizo la prueba B, dio negativa y el fallo de nosotros fue aceptar una prueba C. En aquella época no teníamos la experiencia que tenemos hoy en día en el tema del antidopaje, ahora tenemos un laboratorio de prestigio y muchos doctores capaces, en aquel entonces éramos pioneros, no teníamos conocimiento de esas cosas. Se aceptó una prueba C, la cual no era necesaria. Actuamos de buena fé y pecamos de ingenuos. Después de hacer la prueba C, solicitaron cuatro horas para el almuerzo. En ese tiempo la muestra se quedó ahí, sin sellar, y vaya usted a saber que pasó, que manipulación se hizo. Cuando regresaron, por supuesto, arrojó el resultado que ellos querían que arrojara.
Aunque volviste a competir y ganaste medalla olímpica, siendo esto una prueba irrefutable de tu inocencia, ¿crees que todo ese proceso ha afectado tu imagen?
Siempre afecta, está el que no me conoció y hoy va y lee en internet y no sabe esta historia que te estoy contando. Las nuevas generaciones se pueden quedar con la duda, eso es una cosa que te marca para siempre, aunque yo soy consciente y muchos son conscientes de mi inocencia, pero al final me afectó o me afecta en la actualidad.
¿Qué crees de los planes de la Federación Europea de Atletismo (EAA, por sus siglas en Ingles) de invalidar todos los récords anteriores al año 2005 por ¨sospechas¨ de dopaje?
Ahora mismo yo soy el secretario de la Federación Cubana de Atletismo y estuve en el último congreso que se hizo en Londres, previo al Campeonato Mundial. Supuestamente eso se iba a discutir allí, pero nadie secundó esa propuesta. Invalidar eso es borrar la historia del atletismo de más de 100 años, sería borrar no solo los récords mundiales, sino los récords del área, regionales, etc.
Es posible que alguien se haya dopado en esos tiempos para hacer algún récord, pero no pueden pagar todos por eso. En este congreso varios de los directivos presentes fueron recordistas del mundo, presidente, vicepresidentes, etc. Al menos allí no se habló del tema, parece que esa idea no va a prosperar.
¿Qué pasa con el atletismo cubano de hoy? ¿Por qué crees que no se está llegando a las competencias en plenitud de forma y no se hacen allí las mejores marcas individuales?
Hoy en día el atletismo cubano está pasando una situación un poco difícil, pero tenemos la suerte de tener atletas muy jóvenes, por debajo de los 25 años de edad, que si siguen por un buen camino. Creo que para el próximo mundial vamos a tener resultados superiores.
Tener las mejores marcas en la competencia es algo imposible, siempre lo digo, pero sí hay que tener un rango, si yo salto 2.40 no me puedo aparecer en la competencia saltando 2.30. Si el objetivo es ganar y yo gano la medalla de oro con 2.38, la valoración mía no puede ser mala.
El problema en los mundiales y en las olimpiadas es que hay que hacer cuartos de finales, semifinales y finales y muchas veces el atleta se desgasta, a veces en un cuarto de final se tiene que emplear a fondo, tiene que exigirse mucho y queda después por debajo de las expectativas.
Tu record de 2.45 metros de altura ya cumplió 24 años, el equipo de béisbol de tu querida Matanzas nunca ha ganado con ese nombre ningún campeonato y hace 26 años que se titularon con el nombre de Henequeneros. ¿Qué es más difícil, saltar esa altura o que Matanzas sea campeón en la pelota?
Recuerdo aquellos dos campeonatos que ganaron los Henequeneros al mando de ¨Sile¨ Junco, muy querido y muy amigo de mi familia. El patio del INDER de Limonar colindaba con el patio de mi casa, así que la amistad era muy estrecha.
Yo disfruté muchísimo aquellos éxitos, al igual que los que tuvieron los Citricultores, también matanceros.
Hoy en día, más en estos últimos años, he vuelto a disfrutar los triunfos con el nombre de Matanzas en la temporada regular y siempre me queda aquella penita al final porque no podemos lograr la victoria en el juego bueno y ser campeones. Espero que este año podamos serlo por fin. Yo hubiera querido que fuera con Víctor Mesa, él hizo un gran trabajo allí y por lo menos se merecía un campeonato.
Creo que Matanzas será campeón antes de que alguien me rompa mi récord mundial.
¿Cuándo ves las competencias de salto de altura, cruzas los dedos para que nadie rompa tu récord? ¿Qué pierde Sotomayor si su récord es quebrado?
Me gustaría que mi récord se mantenga, pero no perdería nada si lo rompen algún día. El honor y el orgullo de haberlo sido recordista por tanto tiempo es algo que nada ni nadie me va a quitar. Después de muerto, mi récord quedará para la historia. Me levanto todos los días orgulloso de ser recordista mundial, si alguien me lo rompe, dejaré de pensar de esa forma, pero seguiré siendo el mismo Sotomayor de siempre, muy contento por haber obtenido todos esos logros en mi carrera deportiva. Pero no perderé nada más que eso.
Soto, ¿Crees que llegó la hora de aceptar en nuestras selecciones nacionales a cualquier cubano que esté dispuesto a defender el nombre de nuestro país sin condiciones o eres de la opinión que son necesarias ciertas restricciones para tener ese privilegio?
Es una pregunta muy difícil, más que todo por el momento en que todavía vivimos. Yo nunca pensé abandonar mi país, y quiero que eso todo el mundo me lo respete, nunca pensé en tomar otro camino que no fuera pertenecer a la selección cubana de atletismo. Otros han tomado caminos diferentes y yo respeto mucho la decisión de cada cual siempre y cuando se respete la mía.
Hoy en día el INDER está tomando otras determinaciones con respecto al pago de los contratos, a la estimulación y a las ganancias que tienen que ver con los diferentes premios. Nosotros fuimos de un extremo a otro, de no coger casi nada a cogerlo todo, eso es positivo para que los atletas se motiven y de una forma u otra sean menos los que abandonen nuestras selecciones nacionales o sus delegaciones en las competencias internacionales.
Yo considero que el atleta que va representando a su equipo y en medio de la contienda la abandona, está actuando mal. Si después de la competencia decide tomar esa decisión, aunque no se la aplaudo, se la respeto.
Pero creo que el INDER debe aceptar a todos esos cubanos que están en condiciones y tienen los deseos de representar a Cuba. Tendríamos buenos equipos de voleibol, béisbol, balonmano, del mismo boxeo. Habrá que llegar a un acuerdo entre todos, a un consenso, como lo hacen otros países. En definitiva, todos representan a Cuba donde quiera que estén, la gran mayoría de ellos tienen un buen resultado y sacan la bandera cubana, así que de alguna forma nos están representando y los necesitamos para volver a estar dentro de la élite mundial en el deporte. No estoy en su mente, pero estoy seguro que la gran mayoría de ellos estará de acuerdo en hacerlo.
¿Crees que en nuestro país se pierde una buena oportunidad al no convocar a deportistas de clase mundial como tú a la televisión para comentar y analizar competencias internacionales y aprovechar la experiencia, el conocimiento técnico y la voz autorizada que se han ganado en el terreno?
Uno de los pocos países donde el deporte ha tenido un alto nivel y no se hacen esas cosas, es en Cuba. Aquí hay más de 200 medallistas olímpicos y mundiales y no se aprovechan en ese sentido. Nosotros no pretendemos ser locutores ni narradores, ni tan siquiera comentaristas, pero en el mundo entero siempre se tiene al lado a alguien especialista en la disciplina que pueda argumentar, ayudar, y apoyar una transmisión televisiva. Tenemos el dominio técnico y podemos ilustrar mejor, explicar ciertas cosas que están ocurriendo en el terreno que el narrador o comentarista por muchos conocimientos que tenga no puede hacerlo.
Ahora, en las últimas olimpiadas estuve haciendo pequeños comentarios para dos cadenas internacionales, sin ánimo de suplir a ningún comentarista, pero ayudando mucho porque la opinión de nosotros cuenta y aporta mucha credibilidad ante el televidente. En eso estamos atrás con los otros países.
Eres un símbolo del deporte cubano y muy querido por la gente, ¿cómo llevas esa fama? ¿Puedes tener una vida normal con todas esas demostraciones de cariño o es algo que se te hace difícil?
Para nada es difícil, por mi propio carácter. Soy una persona normal: ni superior, ni inferior a nadie. Si me he dado a querer es porque soy natural, saludo a todos, converso con todo el que se me acerca y nunca tengo ninguna mala acción con nadie. Hoy en día los niños, que son los que más me enorgullecen —porque nunca me vieron saltar— saben de mi historia y me saludan. En la calle, en un pequeño tramo, me saludan más de diez personas y me siento muy feliz, no me molesta para nada, aunque en algún momento específico quiera pasar desapercibido como cualquiera, pero nunca me siento mal por esas cosas y mucho menos entre nosotros los cubanos.
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