Juan Carlos Moreno, el “Sopa”, y el sabor amargo de su destino

Juan Carlos Moreno bateó para 288, con 104 jonrones y 1417 hits en 17 temporadas en Cuba, además fildeó para 966, con 1091 dobleplays realizados
Por Alexis Rúa

El lanzamiento impactó en su anatomía con el juego ya decidido, aun así logró anotar la segunda carrera para su equipo y a ello se resumió su intervención en el Primer Clásico Mundial de Béisbol, sin imaginar que la vida le daría un golpe aún más fuerte.


Así comenzaron a pasar despacio, como para no acabar nunca, las paginas tristes en la vida de Juan Carlos Moreno Pérez, uno de los mejores torpederos cubanos de los últimos 30 años.

Natural de la Isla de la Juventud, dueño de unas manos prodigiosas y un estilo único capaz de encantar a la más exigente tribuna, Moreno fue víctima de una mala jugada que le privó de vivir ayer y contar hoy historias felices como las de Pito Abreu, Yasiel Puig, José Fernández o Yoenis Céspedes.

Dos años más tarde en abril de 2008 y junto al prometedor Félix Pérez, hoy outfielder de la organización de los Rojos de Cincinnati, Moreno miró un poco más al norte y enrumbó la nave tras el sueño de mostrar su calidad en el mejor béisbol del mundo.

Estuviste en Estados Unidos en el Clásico Mundial 2006 ¿Por qué no te quedaste allí?

“Todavía no estaba en mis planes, quería seguir jugando en Cuba. La decisión vino después”.



¿Qué te motivó entonces 3 años más tarde?

“Me cansé. Pasaba mucho trabajo para hacer el equipo nacional y en la Isla no me atendían bien, o al menos no como quería”.

¿De qué atenciones estamos hablando?

“Bueno, yo había pedido en reiteradas ocasiones un cambio de vivienda, dar mi apartamento por una casa, pues ya mi familia no estaba cómoda por razones de espacio. Lo solicité muchas veces y nunca hubo una respuesta. Además, como muchos jugadores, salí también por tener una vida mejor”.

Con promedio defensivo de 966 en más de 1300 partidos, Juan Carlos Moreno pertenece a la generación dorada del béisbol en la Isla, aquella que derribando pronósticos, en 1999 dejó fuera de la pelea por el título al Pinar del Río de Lazo, Contreras, Faustino y Linares, por solo citar algunos.

Ese propio año colocó en “terapia intensiva” al Industriales de Germán, Padilla, Vargas, Javier, Yasser y de avanzar a la final hubiera tenido una oportunidad única de proclamarse campeón eliminando a tres de los cuatro colosos de Cuba, esta vez ante la temible “aplanadora” de Santiago, propulsada por los Kindelán, Pacheco, Pierre, Fausto…

“Recuerdo aquel play off con mucha emoción. Hasta hace muy poco era lo mejor que había hecho la Isla en su historia y tuve la suerte de aportar a ello, también estoy muy feliz de lo alcanzado por estos nuevos muchachos, ojalá en lo adelante las cosas le salgan bien y la Isla pueda ser campeón.



¿Algo especial en tu memoria de ese play off?

“Sí, muchas cosas, entre ellas el privilegio de impulsar la primera carrera en el regreso del bate de madera a las series nacionales. Michel Enríquez conectó el primer hit, un triple por el jardín central y yo lo remolqué con imparable al rigth field”.

Regresemos al 2008, ¿qué sucedió contigo cuando saliste de Cuba?

“Estuve un mes en México. Fue estresante porque es una ciudad violenta y tienes que estar mucho tiempo encerrado. Son momentos difíciles, estás prácticamente solo y dependes de quienes se hacen cargo de ti.

“Al llegar a Replúbica Dominicana sentí un alivio muy grande, sobre todo cuando volví a ver un terreno de béisbol. Era lo que deseaba: prepararme y volver a jugar, esta vez en la mejor pelota del mundo, demostrar mi talento, jugar, hacerlo bien y ayudar económicamente a mi familia”.



Por aquellos días, exactamente el 16 de julio Listin Diario publicó:

En República Dominicana, aquí en Santiago, se encuentra uno de los más brillantes campocortistas del béisbol de Cuba de los últimos años y quien, según su apoderado, “no es segundo de nadie en el béisbol de las Grandes Ligas”.

Se trata del once veces ganador del mejor defensa como short en la pelota de Cuba, Juan Carlos Moreno y miembro de la selección de su país en once ocasiones, incluyendo el I Clásico Mundial.

Moreno, actualmente entrenando en la academia que lidera el ex jugador profesional Denio González, promedió 300 de average.

“Nadie saca más rápido que él la bola del guante y hoy en día, Omar Vizquel lo hace como él”, expuso su apoderado Manuel Azcona.

Lo que parecía un lance destinado a convertirse en out, se encontró con una piedra en el camino, y la MLB, su próximo objetivo, pasó a los jardines, lo cual dejó a Moreno, de 32 años, sin cumplir su principal aspiración en ese momento.

“Ha sido el momento más duro de mi vida. Siempre me había dedicado al béisbol y quería seguir haciéndolo, pero mi abogado incurrió en una falta grave al hacer mis papeles y allí se acabó todo para mí”.



¿Qué pasó?

Para ser declarado agente libre debes presentar una serie de documentos. Mi representante, sin contar conmigo, alteró mi edad, puso una menor para motivar a las franquicias a dar más dinero por mi contrato y así su tajada sería mayor. Al ser descubierto me negaron el “desbloqueo” y la sanción fue no entrar al sistema de la MLB. En buen cubano, por ganar más me embarcó.

¿Quién es ese representante?

Manuel Azcona, esa fue la persona que echó por tierra todas mis aspiraciones.

¿Sabes si representaba a alguien más?

No sé, corté todo vínculo con él. Ni sé, ni quiero saber más de ese hombre.



Entiendo. ¿Qué sucedió entonces?

“Imagínate, se me vino el mundo encima en ese momento. No estaba preparado para hacer otra cosa. Hubo dos personas a quienes les estaré eternamente agradecido: Rudy Disla, y Carlos Alfonso. Ellos trabajaban para Tampa Bay, uno de los equipos interesados en contratarme, y me ofrecieron colaborar como scout.

“Allí estuve algún tiempo, pero sin papeles y también tuve que abandonarlo. Actualmente me encuentro como entrenador de figuras jóvenes, muchos que aspiran a ser fichados por las organizaciones de grandes ligas y me siento bien de poder ayudarlos a llegar donde no pude”.

Salir de Cuba le condenó ante los medios, no llegar a la MLB, quedar en el camino, le ocultó ante esa afición ávida de encontrar a sus estrellas en la Gran Carpa.

Lamentablemente hoy, aquel blanquito con pinta de bigleaguer, al decir de muchos, con las mejores manos después del dios Germán Mesa, yace en los límites de un campo de entrenamientos, viéndose en los desplazamientos de algún talentoso campocorto, o en el más inusitado engarce del top-ten en Sporcenter.



A siete años de todo esto, ¿qué desea Juan Carlos Moreno?

“Bueno, voy a cumplir 40 y no estoy en condiciones de jugar, poder establecerme definitivamente con una organización y aportar mis conocimientos.

“Actualmente vivo con algunos muchachos de la academia donde trabajo, esperando resolver mis papeles para incorporarme a trabajar como scout.

“Ayudar económicamente a mi familia, apenas he podido hacerlo, tengo una hija en Estados Unidos y un varón en Cuba, en todo este tiempo no he podido abrazarlos.

“En 2016 tendré permiso para entrar a Cuba. Quiero ir, quiero volver a la Isla. Allí fui el Juan Carlos Moreno por el cual me estás entrevistando hoy, toda mi historia está allí. Espero que la afición se acuerde de mí como yo de ella”.

Tomado de Beisbol en Cuba


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