Meteoro de 1987: De aquellas liguitas donde el Equipo Cuba abusaba y arrasaba

¿INVENCIBLES? El Cuba hizo 88 carreras en 5 juegos y Antonio Muñoz bateó 714 de average
¿INVENCIBLES? El Cuba hizo 88 carreras en 5 juegos
y Antonio Muñoz bateó 714 de average
Por Rafael Pérez Valdés.

Me ocurrió algo impresionante con un viejo block periodístico. Bueno, es tan viejo como para guardar apuntes de hace 30 años. Estaba en el librero de mi pasillo, en el fondo de un bloque compacto. Él sabía muy bien que lo había olvidado un poco, que no recordaba dónde estaba. Y cuando pasé por ahí levantó la mano para pedirme la palabra. ¿Te acuerdas?, me preguntó.


Claro que me acuerdo. Y me entusiasmé con su aparición, con la posibilidad de dejarlo que empezara a teclear ante la computadora. No solo se dispararon los apuntes. Vinieron también recuerdos no contenidos en los apuntes (o garabatos). Una confesión antes de seguir: ¡Cómo me ha cambiado la letra!

Ese fue el block que llevé, en 1987, al II Torneo de Béisbol Meteoro de la Confraternidad, que por entonces se efectuaba cada dos años en Santo Domingo, la capital de República Dominicana. Quiere decir que la primera edición había sido en 1985, sellada también con el triunfo de un equipo de Cuba.

Quizás por los lectores más jóvenes, o incluso por los que no lo son, pero necesitan se les recuerde, debamos escribir que a tono con el estilo utilizado entonces con nuestra pelota se mandó un equipazo. Y… ¡el torneo no era nada del otro mundo! Al final nuestro conjunto ganó con facilidad todos los desafíos. Vamos a decir más: ¡cuatro nocaos en cinco juegos!



UNA PREGUNTA

Nada más llegamos a Santo Domingo se volvía frecuente una pregunta: ¿Por qué no trajeron a Juan Luis Baró? Los aficionados recordaban un jonronazo dado por el zurdo matancero ahí cuando se efectuó la primera edición. No podían imaginar, pese al conocimiento que tenían de la calidad de nuestra pelota, que se pudiera confeccionar un equipo sin Baró.

Pero, como decía Gabriel García Márquez, la realidad siempre supera a la ficción. La elección en primera base había sido la de llamar al muy laureado veterano Antonio Muñoz. Ah… cuando lo llamaron llevaba tres meses sin entrenar. No importa: terminó como líder de los bateadores, inicialista del Todos Estrellas y jugador más valioso. Su average fue descomunal: ¡714!

Bueno… ¿y no me quedó pendiente escribir cuál fue el equipo al que no se le pudo dar nocao? Nicaragua, que se vio ayudada durante poco más de medio juego por los lanzamientos del zurdo José Salazar (un zurdo siempre nos ha sido incómodo), de 23 años de edad. No hubo nocao, pero si un marcador amplio: 10 carreras por 4. Esas cuatro carreras fueron anotadas casi en un abrir y cerrar de ojos. Nicaragua quedó subcampeón.

¿Y las medallas de bronce? La obtuvo el equipo Meteoro. Era un conjunto formado, en buena medida, por exjugadores de Grandes Ligas, que ya habían visto pasar sus mejores días sobre los diamantes.



EL BLOCK SIGUE

Los cinco marcadores logrados por Cuba, y así de paso mencionamos a los tres equipos restantes, fueron los siguientes:

-12 a 1 a Taipéi de China.

-25 a 0 a Taipéi de China.

-25 a 4 a la Universidad Paicers (de Estados Unidos).

-16 a 3 a Meteoro.

-10 a 4, como ya señalamos, a Nicaragua.

¿Cuántos fueron los cubanos en el Todos Estrellas? Cinco. Además de Muñoz, lo merecieron Omar Linares (colocado como torpedero), Lázaro Vargas (tercera base), Orestes Kindelán (bateador designado) y Omar Ajete (lanzador zurdo).

Y, por supuesto, es muy justo mencionar a los otros del Todos Estrellas. Hubo cuatro dominicanos (¿peso mucho ser locales?): Berto Medina (receptor), Manuel Batista (jardinero izquierdo), Heriberto Doñé (jardinero central) y Gabriel Salazar (lanzador derecho). Un nicaragüense: Julio Medina (segunda base). Y un estadounidense: Dite Novak (jardinero derecho).

¿Se fijo? Una curiosidad: ninguno de los tres jardineros fue cubano.



Vamos a resumirlo: en aquel Meteoro el equipo cubano en realidad se pareció a... ¡un Huracán!

“No lo he escrito todo”, me dice inconforme el block cuando le recordé que este trabajo se empieza a alargar ya más de lo debido.

Es verdad. No se lo prometo a ese block tan oportuno como caprichoso. Pero quizás vuelva a encenderle la computadora Sí, para que escriba lo que falte sobre el Meteoro. Es cierto que hay todavía otros apuntes interesantes. Y también recuerdos…


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