El récord de Granma en Serie del Caribe 2018 (+Cuba Unificado de prospectos)

Volver a la Serie del Caribe ha demostrado que, para el futuro del deporte de las bolas y los strikes en Cuba, jugar a este nivel no ha sido la solución, aunque ha constituido un buen paso.
Volver a la Serie del Caribe ha demostrado que, para el futuro del deporte de las bolas y los strikes en Cuba, jugar a este nivel no ha sido la solución, aunque ha constituido un buen paso.
Por Luis Álvaro Fernández.

Después de que los campeones cubanos fueron alejados de la Serie del Caribe de béisbol en su primera fase de 1949 a 1960, los Azucareros de Villa Clara recibieron una invitación a Isla Margarita-2014, para marcar el regreso de Cuba al torneo tras 54 años. Para ese entonces, la gran incógnita era ver si una muestra del decadente béisbol cubano —en picada por la partida de sus mayores estrellas y prospectos— podía imponerse ante el poderío caribeño.


Esa primera prueba fue decepcionante: Villa Clara abrió con 0-3, admitiendo 26 carreras, con sutiles improvisaciones y una ofensiva que apenas pudo producir 11 rayitas. Cuba fue el hazmerreírdel torneo, echando por tierra su historia reinante de siete títulos en las primeras 12 ediciones, cinco de ellos en forma consecutiva entre 1956 y 1960. Así pues, los dirigidos por Ramón Moré estaban a punto de despedirse con una penosa barrida, pero Vicyohandri Odelín subió al box y retrató a los puertorriqueños con soberana victoria por 2-1, haciendo un sobreesfuerzo de 132 lanzamientos para completar el juego.

Al año siguiente, en San Juan-2015, los Vegueros de Pinar del Río tuvieron un resultado parecido, pero volvieron a borrar la marca negativa contra Puerto Rico, gracias a un hit de oro de Roel Santos. En un abrir y cerrar de ojos, los cubanos se inspiraron —a pesar de contar con dos jugadores menos, el lanzador Vladimir Gutiérrez y el short stop Dainnier Moreira, quienes abandonaron el equipo en medio de la competencia— para vencer a Venezuela en semifinales y a México —dos de los amplios favoritos— por la discusión del título. Esa fue la salvación que ha mantenido a Cuba en el clásico caribeño, pues la eliminación en San Juan seguramente le habría costado la permanencia en el torneo en su carácter de invitado.


Desde entonces, los Tigres de Ciego de Ávila —aunque no fueron para nada brillantes en 2016— y los Alazanes de Granma han entrado a las semifinales, viendo a poderosos equipos como República Dominicana y Venezuela que no han podido ganar aún en estos años. Los quisqueyanos perdieron 11 desafíos en fila entre 2015 y 2017, hasta que un cubano, el zurdo Francisley Bueno, les ofreció un alivio al ganarle por 6-3 a Puerto Rico. Por su parte, la Vinotinto sigue sin obtener un cetro desde 2009.

Los cubanos participaron en Jalisco-2018 con cifra récord de nueve jugadores que se desempeñaron en ligas profesionales e independientes en 2017, encabezados por Alfredo Despaigne, Roel Santos y Raidel Martínez, quienes se midieron en el circuito de las Grandes Ligas japonesas. ¿Quiénes eran los mayores prospectos a seguir?: Martínez (cumplirá 22 años en noviembre), Guillermo Avilés (25 años), Yoelkis Céspedes (cumplirá 21 años en septiembre) e Ulfrido García (cumplirá 24 años en marzo) eran los más talentosos y únicos que sobresalían con menos de 25 años de edad. Venezuela y República Dominicana llevaron a seis prospectos menores de 25 años, y Puerto Rico a cinco, incluyendo al receptor de la finca de los Filis de Filadelfia, Jonathan Morales, quien bateó un jonronazo para evaporar la ventaja de los Caribes de Anzoátegui en la semifinal.


¿Qué tal habría sido el team Cuba con solo algunos de los prospectos de este grupo?

Yohan Moncada (22), firmado por los Medias Rojas de Boston; Luis Robert (20), de los Medias Blancas de Chicago; Adrián Morejón (18), de los Padres de San Diego; Lourdes Gurriel Jr. (24), de los Azulejos de Toronto; Johan Oviedo (19), de los Cardenales de San Luis; Jorge Luis Oña (20), de los Padres de San Diego; Lázaro Armenteros (18), de los Atléticos de Oakland; Yordan Álvarez (19), de los Dodgers de Los Ángeles; Vladimir Gutiérrez (21), de los Rojos de Cincinnati; Cionel Pérez (21), de los Astros de Houston; José Adolis García (25), de los Cardenales de San Luis, todos firmados por millones de dólares…

Cualquiera de estos prospectos habría suplido fácilmente el esfuerzo de jugadores treintañeros del plantel de los Alazanes, como el veterano Frederich Cepeda, quien aún a los 38 años se hace sentir con su madero en la caja de bateo. Así que Cuba, a diferencia de todos los clubes, está en desventaja por no disponer ahora mismo de sus jugadores más cotizados; sin contar, obviamente, a los que están más arraigados en MLB.


Los ejemplos son bien frescos, y se vieron una y otra vez en el estadio de los Charros de Jalisco: Ronnier Mustelier formó la parte medular del line up de México, Rusney Castillo y Dayron Varona ayudaron al título de Puerto Rico, y Francisley Bueno, Raúl Valdés y Yunesky Maya (el que menos rindió) encabezaron el pitcheo de República Dominicana. ¿Acaso eso es común en otros equipos de la Serie del Caribe? No, realmente. Todo es parte de lo que sucede con los beisbolistas cubanos que quieren (merecidamente) probarse a otros niveles y escapan de la isla por los grandes problemas económicos y políticos que existen.

Así que, sigue siendo un error criticar a esos Alazanes por su derrota, o decir que el béisbol cubano está muriendo. El pasatiempo nacional de la Isla está más vivo que nunca, y solo necesita que se rompan esas cadenas que lo han atrapado por casi 60 años. Eso sí, volver a la Serie del Caribe ha demostrado que, para el futuro del deporte de las bolas y los strikes, jugar a este nivel no ha sido la solución, aunque ha constituido un buen paso.


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