El Gambao Escobar aportaría un bate y una defensa superiores a la media en la División Este de la Liga Americana |
Por Luis Alvaro Fernández
El renovado imperio del poder, los Yankees de Nueva York, aún necesitan a un antesalista para completar su infield con vistas a la temporada 2018. La salida de Starlin Castro y Todd Frazier fueron movimientos necesarios para los neoyorquinos, pero todavía el mercado está abierto. Esta semana los del Bombarderos dieron a conocer cierto interés en el cubano Yunel Escobar, quien sería una ganga para la tercera base.
Aunque lo ideal para los del Bronx sería obtener al antesalista Manny Machado, de los Orioles de Baltimore, o a Mike Moustakas, de Kansas City, apostar por Escobar no es una opción despreciable. Obtener a Moustakas o Machado constituiría una "oferta calificada", por lo que traerían el costo para los neoyorquinos de tener que ceder un lugar en el draft, a diferencia de invertir tiempo con Escobar, quien acaba de salir de una reciente lesión en 2017.
Según las proyecciones de ZiPS en FanGraphs, Machado parece ser el jugador ideal para que los Yankees rompan la alcancía, pero la condición de zurdo de Moustakas podría aumentar esas estimaciones.
Los 29 jonrones que proyecta ZiPS para Moustakas fácilmente podrían aumentar hasta 35 o más teniendo en cuenta la ventaja de los zurdos en el Yankee Stadium. Pero adicionar a uno de estos antesalistas de alto rango (sobre todo Machado y Moustakas) obviamente costará su precio. Así pues, llegó el momento de hacer lo que la oficina central de los Yankees: echar un vistazo a lo que propone el cubano Yunel Escobar, quien, estando sano, aportaría un bate y una defensa superiores a la media en la División Este de la Liga Americana.
Estatus de Yunel Escobar
Proyecciones para 2018:.284/.344/.400, .744 OPS, 21 dobles, un triple, ocho jonrones y 39 RBIs en 447 PAs, según Baseball-Reference.
El bateo histórico de Yunel Escobar en 11 temporadas (.282/.350/.386) puede ayudar a cualquier alineación, pero ya no es la categoría lo que lo ayudará exactamente a mantenerse en MLB. La realidad es que, a los 35 años, Escobar necesitará que se unan dos condiciones bastante difíciles: la consistencia y permanecer lejos de las lesiones. Como mismo se proyecta que su bate siga encendido —al menos al nivel de su mejor producción en 2017—, su velocidad hace que cada año dependa más de su éxito al golpear la pelota.
En Anaheim, Escobar demostró que puede encabezar de manera sólida una alineación de Grandes Ligas. En manos de Aaron Boone, el piloto neoyorquino, Escobar no sería ni por asomo de los primeros siete nombres en la tarjeta de alineación. Allí existe ya una combinación de poder y velocidad integrado por varios potenciales All-Star para 2018, que incluye a Aaron Judge, Giancarlo Stanton, Gary Sánchez, Didi Gregorius y Gregory Bird, quienes promedian un 4.7 WAR (mínimo) para la temporada. Sin embargo, estar ubicado en la parte baja del line up ayudaría increíblemente a Escobar. Tendría menos turnos al bate —al menos uno por debajo de los primeros cinco bateadores por cada juego—, algo que refrescaría su swing y podría ayudarlo a mantener el enfoque.
Los riesgos
A pesar de la experiencia de Escobar y su categoría de bateador relativamente estable, sus resultados históricos son bastante flojos contra gran parte de los lanzadores de más rango actualmente en la Liga Americana. Contando a todos los ases de los equipos en la División Este, donde jugaría de ser adquirido por los Yankees, a solo dos lanzadores —con al menos 20 enfrentamientos— les batea el habanero a sus anchas: A Ubaldo Jiménez (.393/.500/.571, 1.071 OPS en 34 PAs) y a Tommy Hunter (.296/.345/.630, cinco extra bases y dos jonrones en 31 PAs).
En todos los contratos está latente el riesgo de que, al final, el resultado sea un fracaso para ambas partes. Pero también existe la gran satisfacción de que la inversión (ya sea a corto o largo plazo) rinda los frutos esperados. Los Yankees buscan un antesalista para reforzar su infield y, sin dudas, si Yunel Escobar está sano, podría ser un buen momento para echar a andar de nuevo su swing y ganar un poco de valor para lo que va siendo el ocaso de su carrera en la Gran Carpa.
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