¿Qué opinas?: Roel Santos dice por que salió a robar

El absurdo intento de estafa le puede haber costado a Cuba llegar a la final de la Serie del Caribe
El absurdo intento de estafa le puede haber costado a Cuba llegar a la final de la Serie del Caribe
Por Dilbert Reyes Rodríguez 

Como mismo le pasó en Santiago de Cuba a Alfredo Despaigne, a Roel Santos también lo rechazaron por «muy pequeño» en la escuela deportiva de su provincia, a pesar de que alineó con destaque en el estreno en el team escolar.


Fuera del «problema» del tamaño, todo sorprendía en el juego de aquel muchacho que un año atrás, con nueve de edad, fue llevado de la mano del activista Juan Luis Yuri al área especial del barrio de Miramar.

Tantas ganas tenía de jugar, que lo hizo aunque no hubiera en toda la zona un guante para zurdo. Salomónico, arrastrado por su pasión, usó uno para derecho. Fildeaba, se lo quitaba y lanzaba con la propia mano izquierda más rápido que sus compañeros diestros.

«Si ahora tengo esta energía, imagínate siendo un muchacho. No me iba a cansar por más que me dijeran que no», espeta Roel.

No dejó de jugar ni en la primaria, ni en secundaria ni mientras estudiaba el técnico en termoenergética, quizá el perfil más afín a esa argamasa de explosividad y temperatura que es su persona.



Ya graduado jugó cuatro torneos provinciales, y al fin fue captado por la Academia, integra la Liga de Desarrollo paralela a la 48 Serie Nacional, y en el último tercio de la campaña, luego del segundo Clásico Mundial, estrena la camiseta grande de Granma.

Un nuevo escollo lo sacude al año siguiente: «No me convocaron a la preselección y, en lugar de amilanarme, tomé más fuerza. Dediqué todo el tiempo al béisbol, y en el siguiente campeonato provincial fui líder de bateo, jonrones, impulsadas y anotadas. Convencí, entré al equipo en la Serie Nacional 50 y no salí más».

Roel Santos no ha dejado de llamar la atención como primer bate idóneo, veloz, buscando poner la pelota en juego, incluso con un toque, unido a un temerario corrido de bases y a una cobertura del jardín central que borra las fronteras con sus flancos.

En siete años ha crecido y sus vitrinas de trofeos, que ya acumulan tres títulos nacionales –uno como refuerzo pinareño y los dos últimos con Granma–, un Centroamericano y una Serie del Caribe con los Vegueros de Urquiola en el 2015, hablan de su solidez.



Al regreso de la reciente lid caribeña, Roel comentó a Granma algunas de las claves que argumentan el Santos que aplaudimos.

«Es un Roel que intenta superarse, saca una enseñanza de cada oportunidad, pero es el mismo de siempre, enfocado en llegar a primera, tener al lanzador preocupado, ser una bujía en la tanda, batear, correr y fildear como si fuera el artista de un show que disfruto mucho», afirma.

«Solo he perfeccionado habilidades para embasarme, ganar una almohada más, anotar a toda costa, y pulo las experiencias provechosas que he tenido en Cuba, Canadá y Japón. He estado más preciso en el robo de las bases. En la Serie 54 robé 30; cuando volví de Canadá lo hice mejor, y al regreso de Japón me sentí todavía más maduro. Allí se respira ese béisbol de velocidad, de toque de bola, y con la práctica diaria lo perfeccionas. En Canadá aprendí mucho, pues me ayudaron atletas que integraron equipos Triple a de Grandes Ligas, como Jonathan Malo, de los Mets, y el holandés Kalian Sams. Ese año robé 24 bases en la Can-Am, y al regresar a Cuba otras 24 en 45 juegos».

–¿El último intento de robo en Jalisco?


No me arrepiento. La reacción en el equipo fue más de sorpresa que de reproche, porque no significaba nada, ni empate ni ventaja. Me molestaba la espinita de llevar dos juegos sin anotar. No quería que roletearan para doble play, salí y fue out. Había entrado cuatro veces en bases. Cuando no anoto no me siento bien, porque robar y pasar por home es mi trabajo como primer bate.



–¿Has pensado en estafar el plato?

–He querido y he tenido la oportunidad, pero me ha faltado la decisión.

–¿Complacido con la actuación de Granma?

–Este año fue la alegría inmensa de demostrar que no ganamos en el 2017 por casualidad, sino porque lo luchamos y merecimos. Este último y el del campeonato con Pinar del Río han sido mis dos mejores play off, pero el primer título con Granma lo disfruté más, por haber sido el salto al sueño que tuve por mucho tiempo y que logré por fin.

–¿Perspectiva internacional?

–En Jalisco se me acercaron tres clubes mexicanos interesados en mí, pero de Japón aún no ha llegado oferta, aunque la aspiración mía es volver allá, para destacarme otra vez en ese juego rápido y chiquito que tanto tiene que ver con mi estilo. Si no puede ser, no importa, seguiré jugando, porque yo vivo gracias al béisbol. Lo llevo en la sangre, nunca me rindo ni me canso.


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