Danel Castro: 'El equipo unificado va a suceder, es el camino'

El pelotero tunero cuenta que le ofrecieron 24 millones, que hará tras el retiro, sus vicios, su rutina entre otras cosas
El pelotero tunero cuenta que le ofrecieron 24 millones,
que hará tras el retiro, sus vicios, su rutina entre otras cosas
Dejamos a su consideración la segunda parte de la entrevista con Danel Castro:

Danel Castro: “Que le digan la verdad al pueblo”
Posted by Glenda Boza

Esta conversación podría estar llena de mediaciones. En los play-off de la pasada Serie Nacional (la edición 57), Danel Castro le sacó las lágrimas a miles de tuneros —y tuneras—. Su actitud en el cajón de bateo hizo recuperar la fe perdida y soñar a todo un pueblo con el título nacional.


Danel Castro fue —y es— un héroe en Las Tunas. ¿Y qué mujer no quisiera un héroe para casarse? Avisado el lector.

Fijados el lugar y la hora Danel esperó paciente con una taza de café. “No me he dado un trago porque quiero estar claro en todo lo que te diga”. Buen comienzo, buen augurio.

Danel, en otros temas, ¿te ofrecieron alguna vez quedarte fuera del país?

Miles de veces. Me ofrecieron 24 millones, pero eran tiempos cuando había que ser digno, y me quede aquí, en Cuba. Así lo necesitaba y quería el Comandante en Jefe, y yo soy fidelista. Me hubiera gustado jugar en otras ligas, en las mejores del mundo, pero había que estar aquí, y sigo aquí.

¿Sigues a algún pelotero de la MLB?

No, porque para eso hay que ir al Hotel Las Tunas a ver los partidos. La MLB solo la veo cuando estamos hospedados ahí durante la serie nacional. De los cubanos he visto poco porque en la televisión cubana no ponen casi juegos con cubanos.



¿Y qué te parece un equipo unificado?

Va a suceder, es el camino. Se están abriendo puertas y llegará ese momento. No sé si pasará en 2 o 5 años, pero tendrá que pasar para seguir yendo al Clásico. Nuestra base de béisbol no está sólida. Los muchachos que están a punto de emerger ya se están yendo. No se van por un problema político sino económico, de motivación. El deportista cubano lo mínimo que puede tener es una casa, un carro y su entrada de dinero, si no tienes eso, ¿cómo se juega? Uno quiere ayudar a la familia, ir a una discoteca, el mundo es así.

Al final tiene que unificarse y yo estoy claro cómo piensan los peloteros. Muchos quieren que sus hijos jueguen fuera, en cualquier liga, no tiene que ser la de Estados Unidos, sino Japón, México, Panamá… que tienen mejor calidad que la cubana. Tristemente la base nuestra es muy mala y los que surgen se van y así no se puede ganar.

¿Y no sería injusto un equipo unificado con los que juegan en Cuba?

Eso en el mundo es así. Cuba no puede estar detrás del mundo. Aquí se lucha por un título y ganar en competiciones nos da un dinero que beneficia a los atletas y el béisbol cubano. Creo que es un dinero que se pierde si no ganamos.



Cuando te retires ¿qué quisieras hacer?

Coger vacaciones, descansar bastante y después empezar a entrenar niños, tratar de que sean mejores que yo.

¿Cuáles son los amigos de Danel en un equipo Cuba?

Los orientales. Soy regionalista. Me llevo bien con algunos de La Habana, con Pedro Luis Lazo, Michel Enriquez. Todo el mundo busca su zona casi siempre.

¿Y en el equipo Las Tunas?

Yo ando un poco solo. Mi generación se ha ido: Joan Carlos Pedroso, Osmani Urrutia, Michel Brito, Yordanis Scull… Me queda Andrés Quiala, pero él es más joven que yo.



¿Cuál es tu rutina un día normal?

Levantarme, ir para el entrenamiento, a veces caliento poco porque lo que hago es batear. Todo el entrenamiento que hice antes me ha dado fortaleza. Solo trabajo en la potencia. Mi rutina ha cambiado con los años. Hago menos que el resto porque concentro el trabajo duro en el bateo y las pesas. Es lo que necesito para rendir.

¿Tienes enemigos?

No sé.

¿Vicios?

El cigarro y la bebida. Una vez dejé de fumar y cuando me dieron dos ponches seguidos me fumaba un cigarro tras otro. El cigarro me calma, me hace pensar.



¿Si no fueras pelotero, qué hubieras sido?

Boxeador, me encanta el boxeo. Cuando era niño casi me captan porque me pusieron un par de guantes y con 9 años le di nocaut a uno de 13. Luego llegaron los de pelota y ahí me quedé.

¿Qué haces en tu tiempo libre?

Veo series, películas, salgo bastante, pero mi hobbie es jugar dominó doble, con la gente del barrio. Tenemos un club al lado de mi casa. Me paso 8 o 9 horas jugando.

Dijiste en una entrevista que entrenabas en un gimnasio particular…

Pago 50 pesos mensuales en un gimnasio particular. Es mejor que hacer pesas en el estadio donde las condiciones son muy malas.

¿Fuiste campeón como refuerzo de Villa Clara, qué te parece esa experiencia?

Es una ventaja porque fortalece al equipo y el nivel de la pelota. Es lo correcto y lo lógico, el mundo lo hace así. Pero uno tiene que defender su camiseta. La gente quiere a su provincia. Por eso deben mantenerse los 16 equipos, aunque la calidad es menor. No creo que deban disminuirse. Además, con menos equipos pierde la pelota, el espectáculo, y se pierden peloteros.

Lo que hay que hacer es trabajar en la base, en una estrategia para responder a los problemas de control del pitcheo y que cada cual haga su trabajo.



¿Cuáles crees que sean los principales problemas del béisbol cubano?

Hay que hacer más bases de entrenamiento. Si los mejores lanzadores están en Pinar del Río, lleven a todos para allá. A los bateadores con los mejores, ahí están Omar Linares, Orestes Kindelán… En la defensa, busquen a Germán Mesa. Creo que hay que asesorarse más de los deportistas. Ahí mismo están Pedro Medina, Antonio Muñoz, Alfonso Urquiola… Hay que asesorarse de gente grande, no de unos cuantos licenciados que lo que hacen es vivir del deporte.

Tampoco hace falta tanto espacio. Cuando se quiere se puede. Yo entrenaba solo. Jugaba contra un cuadrito en la pared y ponía a los niños a lanzarme. Al que me ponchara le daba una puyita (tipo de caramelo que se hace en Las Tunas).

Se ha perdido la esencia del béisbol cubano. Antes éramos más agresivos. Esa era nuestra idiosincrasia. No digo que haya que dar pelotazos, pero hay que hacer más lanzamientos pegados, para sacar a los jugadores del juego, hacer más jugadas arriesgadas, sorpresivas. Jugamos demasiado noble. Los de otros países ganan millones y se cuidan de un pelotazo para evitar lesiones, entonces tienes que aprovechar, para que se desconcentren. Ellos tienen más recursos que nosotros, entonces, ¿vamos a ir de jamón a que nos ganen? Hay que pelear duro, a mí me encanta esa pelota. ¿Cuál es el miedo? Si tienes miedo entonces no juegues pelota.

Que estimulen a los peloteros, que así la gente juega a la pelota. Incluso, que pongan multas. Para resolver los problemas del deporte cubano hay que ponerle dinero. Tienes que incentivar a la gente para que juegue a la pelota, que sientan que luchan y ganan algo.



¿Y has pensado en algún contrato fuera del país cuando te retires?

No va a poder ser porque si me voy a cualquier liga me quitan el estipendio. Algo que, creo, es un error fatal. Si al final es algo que yo me gané con mi esfuerzo, y con 41 me retiro porque no soy ya del interés de nadie en Cuba, ¿por qué tengo que renunciar a mi estímulo? Tú puedes ponerle condiciones a quienes son de tu interés en el equipo nacional, pero si me consigo un contrato por mi cuenta por 3 o 4 meses, ¿por qué me vas a quitar lo mío?

Por último, lo primero. ¿Cómo recuerdas Baltimore?

Bateé de 6-5 —de 1-1 en el primer partido, en La Habana, y de 5-4 en el segundo, en Baltimore—. Fue lo que me marcó en la vida para hacer varios equipos y después me dejaron fuera. Me marcó como bateador “oportuno”.



Aunque meditada, cada respuesta de Danel fue rápida, sin titubeos y oportuna como sus batazos.

Cada jit, cada carrera para el empate o la ventaja son, para Danel, como dar “galletas sin mano”. En el microuniverso del béisbol cubano, donde se mueven tantas bajas pasiones e intereses mezquinos, esa es, quizás, la mejor manera de luchar.

—Gracias Danel.

—Entonces, periodista, ¿ya puedo tomarme una cerveza?


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