Esta vez le toca a un lanzador zurdo, altísimo. Se supone, el autor no posee datos exactos, que este pitcher, lo más parecido a un poste, mida unos 190 cm. Su presencia en el montículo imponía, sobre todo cuando levantaba su pie para lanzar, era como un recuerdo del famoso “Vinagre” Mizell con los leones del Habana en la temporada de 1955-56, quien con su pie levantado parecía que quería golpear la nariz del bateador adversario. Le llaman el zurdo de ébano, el autor prefiere llamarle “Arma Letal”. Imagínense a este lanzador, que responde al nombre de Pablo Miguel Abreu Casañas, lanzando una enorme curva, de esas que le rompe la cintura al mejor bateador, y que a ese arsenal añada una recta que oscilaba, según mediciones, entre 95 y 96 MPH. Más letal no se puede realmente ser. Pablo Miguel casi siempre se presentaba con control y ponía la bola en las zonas que más daño hacen a cada bateador rival.
Pablo Miguel, como el resto de los curveadores antes mencionados, es igualmente de la ciudad Habana, donde nació el 23 de marzo de 1967. En el deporte se inició como portero en fútbol. Según él mismo reveló en una entrevista, estaba en el terreno cuando le cayó una pelota de béisbol a su lado, la devolvió con fuerza y eso bastó para que le vieran condiciones para jugar pelota. Algo que parece una fábula cuando después él mismo declaró que comenzó a tirar la curva desde niño, que era muy descontrolado con su recta, la que logró mejorar con el tiempo y el consejo de sus entrenadores. Así que es más apropiado quedarse con esta segunda versión, aunque puede ser que los “cazatalentos” cubanos no hayan sabido que ese niño era un lanzador potencial y le hayan llevado por su físico al fútbol.
Con la escasa edad de 15 años, Pablo Miguel hizo el equipo Cuba al Campeonato Mundial juvenil en Venezuela (1982). Para recordar que ese equipo estuvo integrado por otras figuras que más tarde fueran estrellas, entre ellas Omar Linares con solo 14 años y jugando la intermedia del conjunto, Armando Ferreiro como receptor, Antonio Pacheco como campo corto, Orestes Kindelán sea en la inicial, los jardines y como receptor también, Lázaro Vargas en la antesala, Javier Méndez y Jorge García Carrión en los jardines, así como los zurdos Faustino Corrales, Osvaldo Fernández Guerra, y los derechos Osvaldo Duvergel, René Arocha en el cuerpo de lanzadores.
Su debut en series nacionales no se hizo esperar, lo que sucedió con Metropolitanos en la XXIII Serie (1983-84), equipo en el que se mantuvo hasta la siguiente temporada.
Su debut en series nacionales no se hizo esperar, lo que sucedió con Metropolitanos en la XXIII Serie (1983-84), equipo en el que se mantuvo hasta la siguiente temporada.
En 1984 habría podido participar nuevamente en otro campeonato mundial juvenil, pero se lesionó. Así esperó hasta Albany, EE.UU. (1985) para nuevamente ser parte útil del juvenil Cuba, el cual fue también integrado por otros destacados peloteros como Eduardo Cárdenas, Germán Mesa, Víctor Bejerano, Eddy Rojas, Leonel Bueno, Oscar Machado, Raúl Ajete, y los lanzadores Heriberto Collazo, Iván González, Bárbaro Rogelio Amores entre otros. Fue en ese torneo que Pablo Miguel quedó como MVP.
Ya en 1986 Pablo Miguel era una pieza importante del cuerpo de pitcheo de los equipos habaneros, o sea Industriales en las series nacionales y Ciudad Habana en las selectivas. Fue por aquella época que Santiago de Cuba de series nacionales como el nuevo equipo Serranos en selectivas lograron conformar un equipo de figuras jóvenes y con calidad, capaz de destrozar al pitcheo adversario en un santiamén. El one-two era de temer, Antonio Pacheco y Orestes Kindelán, además de Jorge García Carrión, Evenecer Godínez, Fausto Álvarez, el debutante Gabriel Pierre entre otros. El habanero se amarró varias veces en duelo contra estos equipos, contra el cual podía salir con la sonrisa de la victoria como cabizbajo con una derrota. Pablo Miguel era el lanzador indicado, su curva hacía estragos en la ofensiva oriental, se puede decir que los volvía locos. Entre tantos duelos, hubo uno muy en particular que recuerdo como si fuera ahora. Los simpatizantes capitalinos vieron a un Pablo Miguel en forma y avasallando a la ofensiva de los orientales, todos reían con cada ponche que propinaba. Sin embargo, Ud. puede ser lanzador, lograr hasta 27 outs y eso no ser suficiente, pues lo que vale es la anotación, y eso fue lo que le sucedió al estelar Arma Letal, 17 ponches pero salió derrotado del juego.
“Arma Letal” Abreu con control era imbateable, tenía una curva pronunciada, la que hacía un daño enorme. No en balde, fue líder en ponches propinados, con 97 en la XXV Serie Nacional (1985-86), y en la XIII Selectiva (1987), con 114. Su dominio era impresionante, por lo que igualmente logró destacarse dentro de las filas del equipo Cuba.
Su primera aparición en equipos Cuba de mayores fue en los Juegos Centroamericanos en Santiago de los Caballeros (1986), donde ganó un juego y logró PCL de 2.16. En ese mismo año integró el equipo Cuba al campeonato mundial en Holanda, donde nuevamente ganó un juego, repartió la increíble cifra de 35 ponches y tuvo PCL de 1.55, a la vez que integró el todos estrellas de ese torneo como mejor lanzador zurdo.
Al año siguiente volvió a lanzar en el equipo nacional, esta vez en los Juegos Panamericanos en Indianápolis (1987). Según Abreu, él estuvo a punto de no hacer este conjunto, ya que Kindelán le bateó una línea que le partió la muñeca de su brazo derecho. Las cosas son como son, si Jim Abbott lanzaba y fildeaba con su mano zurda, Pablo Miguel tendría que hacer algo parecido. Le retiraron el yeso, les lanzó a los boricuas a los que dejó en un hit, ayudado también por una tremenda atrapada de Víctor Mesa en el jardín central, que preservó la victoria. Luego vino un juego muy disputado contra los estadounidenses, el que todos recordamos cuando el segunda base Ty Griffith largó jonrón para dejar al Cuba al campo. Su siguiente juego fue contra Nicaragua, al que maniató al propinarles 18 ponches. Como se sabe, el equipo Cuba logró milagrosamente la victoria en ese evento, la historia no es para contarla ahora, pero se puede decir que Pablo Miguel lanzó buena pelota en el mismo.
Poco después tuvo lugar la Copa Intercontinental en la Habana, fue cuando el habanero propinó el primer juego de cero hit cero carreras en Copas Intercontinentales. Los bateadores “agraciados” fueron los del equipo México. En ese torneo Pablo “Arma Letal” ganó 3 juegos y fue factor importante de la victoria del conjunto cubano.
Las lesiones son mortales en la carrera de cualquier deportista y si éstas ocurren en las extremidades más todavía. “Arma Letal” sufrió una caída jugando, según sus palabras, en un partido de cuatro esquinas en la Habana. Lo enyesaron incorrectamente y el resto es historia. El yeso debilita mucho y si éste se pone mal, pues el asunto se agrava. El habanero luchó contra esta adversidad, pero no es que haya podido recuperarse del todo. Eso sucedió antes de la Copa Intercontinental de Puerto Rico (1989), conjunto nacional que fuera el último que él hiciera. Los dolores en el hombro desde entonces le persiguieron. Así y todo regresó con los Metropolitanos en 1990, y en la XXXI serie nacional (1991-92) con dolores y todas esas afectaciones, “Arma Letal” fue líder en juegos iniciados (13) en la serie, algo que indica que tanto manager como auxiliares y equipo médico no estuvieran muy cuidadosos con la salud del hombro del lanzador. Era una temporada de 48 juegos y el zurdo abrió 13 equivalente a un 27% de los juegos de su equipo. Con los Metros se mantuvo hasta 1994, otro receso nuevamente y regresó con los Industriales para jugar en la serie XXXV (1995-96), su última en serie nacional. Después de eso vino el retiro obligado. Sí, el pelotero no se retira, es la federación la que los obliga a retirarse, inaudito, pero cierto.
En 12 Series Nacionales, Abreu ganó 72 y perdió 48 en 169 juegos lanzados, con PCL de 3.62, promedio de .244 de los bates adversarios, 822 ponches, 531 boletos en 964.2 entradas lanzadas. Entre sus victorias están 11 lechadas.
Las pocas veces que bateó, lo hizo bien. Conectó 8 hits en 32 veces al bate (promedio de .250) incluido un doble y un jonrón. Pablo Miguel jugó los jardines y la inicial en varias oportunidades en los conjuntos capitalinos.
Pablo Miguel en Italia
Pablo Miguel fue un buen estudiante y por eso luego ha sido un buen entrenador, funciones que realizó y realiza en varios países incluida su tierra natal. Inicialmente sirvió de auxiliar de los Industriales en el período de 1997-2001, casi al mismo tiempo estuvo en Guatemala de 1998 a 2001, todo un lujo para un país, donde no hay realmente tradición beisbolera. Luego se fue a Italia y allí entrenó a varios equipos de la Liga Italiana, entre ellos los tradicionales Nettuno, Parma, Caserta, además de Reggio Emilia, Colorno, Alguero, Olmedo y Collecchio. Igualmente ha prestado sus servicios en Rusia, en la preparación del equipo nacional para el campeonato europeo de 2014. Igualmente ha prestado sus servicios en México y en Miami, en este último conjuntamente con el estelar Orlando “Duque” Hernández.
Pablo Miguel como entrenador del equipo Rusia
En una entrevista que él le concedió a Rafael Rofes, Pablo Miguel “Arma Letal” Abreu pedía algo muy sencillo: “aunque sea el último de la cola, pero que se acuerden de mí entre los mejores zurdos de Cuba”. Este autor se permite responder, que él no es ni remotamente el último de la cola, al contrario, entre los mejores cinco zurdos que haya dado la pelota cubana de series nacionales, muy destacado, con triunfos nacional e internacionalmente.
Con información tomada de deportescineyotros
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