Por Luis Alvaro Fernández
La actual temporada de Grandes Ligas comienza hoy, así que analizamos a José Abreu y Yoenis Céspedes, los ocupantes de las dos primeras posiciones del ranking de 23 peloteros cubanos nacidos en la Isla elaborado por DIARIO DE CUBA.
2. Yoenis Céspedes, jardinero, Mets de Nueva York
Hay solo dos posibilidades que podrían convertir a Yoenis Céspedes en un jugador inconsistente en el futuro cercano; las lesiones o una repentina e inesperada pérdida de potencia en su juego. Incluso en este último caso, es difícil que el jardinero neoyorquino se convierta en un pelotero más del montón. Céspedes destaca en todas las facetas, aunque en las Grandes Ligas no haya puesto nunca del todo en marcha su velocidad a la hora de robar bases. Con sus habilidades y su gran categoría, lo único que necesita es mantenerse sano, algo que piden a gritos sus Mets.
Perspectivas inmediatas: No hay antídoto para evitar las continuas lesiones, pero Céspedes deberá seguir trabajando en su flexibilidad. Una lesión sería algo especialmente frustrante y podría repercutir en su estado de ánimo. En 2018, Céspedes deberá cobrar unos $29 millones, algo que lo someterá a presión, tanto a él como a los Mets.
¿Cómo escalar a un nivel superior?: Será difícil, pero hay solo dos vías. Activando sus piernas y consiguiendo más robos de bases, o golpear de nuevo para un 30-100 (jonrones y empujadas). De las dos, la segunda opción parece menos distante. Desde su debut con 16 robos en 2012, Céspedes no ha vuelto a pasar de 10, aun teniendo habilidades para hacerlo. El argumento aquí es que ha solido batear en el centro de las alineaciones de sus equipos, y que esos equipos le han pedido más power que velocidad. Históricamente, la gran mayoría de los jugadores capaces de batear 30 jonrones por año han sacrificado el robo de almohadillas. Ha sido una tendencia general, en esta, la llamada "era de los jonrones y los ponches".
Céspedes es hábil bateando y aunque no ha logrado ninguna temporada de .300 de promedio, se ha acercado en varias ocasiones. El .274 de por vida así lo demuestra. Su defensiva es aún de élite, aunque el plato fuerte ya no sea su desplazamiento, sino su brazo. Si Céspedes logra jugar al menos 125 partidos, es posible que estemos ante otra de sus dos temporadas de al menos 30 jonrones y 100 remolcadas.
El tiempo dictará sentencia, y valdrá la pena ver si a sus 32 años, Céspedes todavía puede alcanzar la categoría de All-Star que logró a los 28 y 30 años.
1. José Abreu, primera base, Medias Blancas
Mencionar a Abreu es hablar del bateador más grande que ha representado a Cuba en muchísimos años en las Mayores. No sabremos si en el futuro el inicialista llegará al Salón de la Fama, pero algo sí es y será imborrable: estadísticamente, sus tres primeros años son solo comparables a los de Joe DiMaggio y Albert Pujols. Abreu ha bateado al menos 25 jonrones y registrado 100 o más remolcadas en sus primeras cuatro temporadas. DiMaggio lo consiguió de 1936 a 1941, con un segundo año de 46 jonrones y 167 empujadas con los Yankees. Por su parte, Pujols registró el actual récord con su brillante desempeño entre 2001 y 2010, sumando seis campañas de al menos 40 cuadrangulares. ¡Ver a "Pito" Abreu en ese nivel es emocionante!
Perspectivas inmediatas: ¿Qué sería del cienfueguero con un intenso abril? Para Abreu, dicho mes es ofensivamente el peor de su carrera, a pesar de que batea .266/.331/.503, con un .834 OPS. Su .290 BABIP supera en 25 puntos al de la liga, y la relación de 20 jonrones y 71 remolcadas no es su peor registro mensual. Entonces, ¿qué ha evitado ese relativamente pobre .266 de promedio? Sobre todo, que Abreu no haya alcanzado a batear .300 en dos temporadas (.290 en 2015 y .293 en 2016) y no haya tenido al menos un año de 200 hits.
¿Cómo escalar a un nivel superior?: Sería ideal reducir la cantidad de ponches. Abreu siempre ha conseguido al menos 32 dobles y 25 jonrones, lo que le ha llevado también a poncharse un promedio de 136 veces por temporada. Su OBP es de .359 en 2.660 apariciones al plato, algo que no está nada mal. Analizando esto, no es descabellado pensar que el salto de Abreu (llegar a los 40 jonrones y los .300 de promedio en 2018) estaría en disminuir aún más esa tasa de 17.6 K% de 2017, la más baja de su carrera.
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