Por Jorge Ebro.
Todo lo que puede ir mal ha ido mal para los Marlins. El equipo no solo cayó por paliza por segunda noche consecutiva en Milwaukee, sino que perdió al cubano Odrisamer Despaigne debido a una lesión en el antebrazo derecho.
De hecho, tan miserable ha sido esta gira que los peces han debido decirle adiós a dos relevistas en la lista de inhabilitados, porque el jueves le sucedió algo similar a Chris O' Grady con molestias en el hombro.
Y como si fuera poco, los Cerveceros se soltaron a batear este viernes ante Trevor Richards para vencer a Miami 8-0 y acentuar un preocupante momento en el cual las derrotas duplican a las aisladas victorias.
Para reemplazar a Despaigne, los Marlins llamaron de Triple A Nick Wittgren, quien no formó parte del roster del Día Inaugural, porque aún se recuperaba de una operación para removerle astillas de hueso en el codo derecho.
Evidentemente, algo no estaba bien con Despaigne, quien en sus últimas 3.2 entradas de trabajo había permitido cinco carreras con una efectividad de 6.14 en este inicio de temporada.
Evidentemente, las cosas no están bien en la novena de Miami, que fue vapuleada el martes en Nueva York y estos dos días en Milwaukee contra unos Cerveceros que volvieron a sacar su artillería pesada en los bates de Ryan Braun y Travis Shaw.
Richards llegó con su historia bonita de haber trabajado en la principal cervecería de la ciudad mientras buscaba un puesto en algún equipo de Grandes Ligas, pero los Cerveceros, C mayúscula, le recordaron cuán difícil es establecerse en el mejor béisbol del mundo.
Al marcharse luego de 3.2 episodios de faena, sumaba en su cuenta cinco imparables -incluidos los dos cuadrangulares- y seis carreras que colocaron su promedio de carreras limpias en 6.16.
Del otro lado, Jhoulys Chacín amarraba corto a los de Miami al permitirles solo tres imparables en cinco entradas y recordarles, una vez más, que esta va a ser una temporada larga, extremadamente larga.
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