El expelotero guantanamero es el único deportista cubano cuyo uniforme se encuentra en el salón de la fama del museo de Barcelona 92, en España. |
Sobre la discriminación que sufrió por haber sido amigo de El Duque, Díaz Loren precisa que él fue uno de los últimos deportistas ―de los que fueron medallistas en Barcelona 92― que recibió un auto como estímulo en Cuba.
Añade, además, que se lo dieron a instancias de varias personas que llamaron la atención sobre la injusticia de que él no lo hubiera recibido cuando a otros deportistas incluso hasta se les había cambiado ya el carro.
Este reportaje de Palenque Visión para Martí Noticias repara en la singularidad de que Díaz Loren ―quien actualmente es entrenador y además trabaja en el campo y tiene animales― es el único deportista cubano cuyo uniforme se encuentra en el salón de la fama del museo de Barcelona 92, en España.
El expelotero guantanamero recibe un estipendio de 300 CUC mensuales por ser campeón olímpico, pero él asegura que tiene seis hijos, una casa que mantener y que el dinero no le alcanza.
Recuerda también las malas condiciones a las que tuvo que sobreponerse en sus años como pelotero: albergues en malas condiciones, traslados en guaguas incómodas y mala alimentación. George Díaz Loren afirma que le hubiera gustado jugar en Grandes Ligas.
Con información tomada de CIBERCUBA
Con información tomada de CIBERCUBA
Gana 10 veces más que el salario medio de Cuba y que no le alcanza, porque no se hizo una vasectomia si era tan caliente, ahora el país tiene que criarle a sus 6 hijos, que no joda, es muy cara de palo, mi madre trabajo 34 años y no llega ni a 10 cuc
ResponderBorrar¿Y piensas que es justo que tu madre y él tengan que vivir con esas migajas?
BorrarQue pena, gana mas q un cirujano y aun no le satisface?
ResponderBorrar¿Y crees que es justo que un cirujano gane ese salario de miseria, cuando en el mundo los trabajadores que mejor viven son los médicos?
BorrarYa es demasiado tarde, cuando pudiste haberte ido no lo hiciste. Ahora tienes que lidiar con el precio de una indecisión.
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