Desde que Euclides Rojas llegara a Pittsburgh en el 2011 su nombre es reverenciado entre los círculos donde se discute el trabajo de los entrenadores en la gran carpa Web Screen Shot |
Por Jorge Ebro.
Sin haber lanzado una bola en Grandes Ligas, lo que ha alcanzado Euclides Rojas en la mejor pelota del mundo es para levantarse y aplaudir. Luminaria de Industriales y los equipos Cuba, actualmente es el coach de bullpen de los Piratas.
Desde que Rojas llegara a Pittsburgh en el 2011 su nombre es reverenciado entre los círculos donde se discute el trabajo de los entrenadores en la gran carpa, porque esa inteligencia que le hizo brillar en los montículos de la isla la ha trasladado a su puesto de coach.
Llegado a este país en 1994 al escapar en una balsa, Rojas siempre ha sido un hombre que dice lo que piensa sin importar grupos ni agendas. En medio de su ajetreada rutina encontró tiempo para conversar con El Nuevo Herald sobre el béisbol, el pitcheo, los Industriales y, claro está, de un buen tabaco.
Siete años sin con Pittsburgh no es poca cosa.
"Es un privilegio trabajar tanto tiempo con esta organización y hacerlo con muchachos jóvenes en el bullpen. El mío es un trabajo muy divertido y que me motiva todos los días. Estoy muy bien''.
¿Cómo es tu forma de enseñar?
"Mi manera va dependiendo del individuo, cada pelotero es diferente, sus características, así que tengo que aprender la forma de ser de ellos primero, como es cada cual, para entonces transmitirles lo que sé''.
¿Cómo ves al equipo para este 2018?
"Es un equipo lleno de muchachos jóvenes, pero con muy buena química. Los que han venido de otros clubes se han adaptado muy bien con los que ya estaban aquí y eso nos ha sorprendido a todos''.
¿Has pasado por varios clubes, Miami, Boston, Pittsburgh dos veces, cuál te atrae más?
"Industriales''.
¿Por qué?
"Es el equipo de la capital de Cuba. Mi mamá era fanática de él. Yo me hice fanático de los Industriales desde niño y luego tuve el privilegio de jugar con ellos. Estoy muy agradecido por esos tiempos''.
¿En qué te ayudaron esos años en la pelota cubana para llegar donde estás?
"En todo. El béisbol que yo jugué y conocí desde niño en Cuba era de mucha calidad, no como la de aquí ni tan organizado ni con las mismas condiciones, pero sí con tremendo amor por el juego''.
¿Qué consejos le darías a un latino, a un cubano, que quiera ser coach en las Mayores?
"Necesitan mucho deseo de aprender, de estudiar. Mucho respeto al juego, al contrario. Creer y enfocarse en ayudar a los muchachos en el terreno, ya sean jóvenes o con más experiencia, muchos requieren de ayuda. Cuando la ayuda es honesta, ellos lo reconocen y lo agradecen''.
¿Qué es lo que más te ha costado en tu carrera de coach?
"Ser paciente. Muchos dicen que lo soy, pero en realidad no es así. Siempre estoy pensando y me cuesta trabajo ser un observador. Así que he aprendido a no reaccionar a mi primer pensamiento''.
Y ahora estás de visita en tu casa, ¿significa algo venir a jugar a Miami?
"Estoy muy cómodo. Miami es una extensión de Cuba y me siento bien, sobre todo con el clima, porque allá arriba ha comenzado con mucho frío, y aquí también puedo disfrutar de un buen tabaquito''.
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