Por Boris Luis Cabrera.
Este fin de semana continuaron las acciones en el ahora "torneo de entrenamiento" de béisbol con vistas a los venideros juegos Centroamericanos de Colombia.
Ahora, tras jugar en provincia, ha pasado a disputarse en el otrora gran estadio del Cerro, hoy "Latinoamericano".
Pero si alguien albergó las esperanzas de que jugando en la capital las gradas se llenarían más de lo acostumbrado, erró en su pronóstico: a los tres partidos efectuados asistieron poco más de 150 aficionados, incluyendo a familiares de jugadores y a vendedores ambulantes.
Pocos fueron testigos de las dos palizas recibidas por los Orientales ante sus rivales del Centro y Occidente, de la calentura de los bates y, por ende, del desastroso e inefectivo pitcheo mostrado en la grama del histórico coliseo.
Sigue llamando la atención la producción ofensiva. A estas alturas pocos creen en cifras infladas y en engañosos numeritos. No es posible que, en un concentrado de tres equipos, integrados supuestamente por los mejores peloteros de la Isla, se siga promediando para .316 colectivamente (de 1198-379), y que seis peloteros exhiban promedios de .400 o más (Frederich Cepeda, .400; Alexander Ayala, 417; Ariel Sánchez, 455; Yordanis Samon, 480; Jefferson Delgado, 500; y Orlando Acebey, 630).
¿Tenemos tan buenos bateadores en Cuba, o es tan grande la crisis entre los lanzadores?
Aunque parezcan números de "manigua", esta semana los serpentineros, en 44.2 entradas lanzadas, permitieron nada más y nada menos que 48 carreras limpias, para un escandaloso promedio de 9.77 por juego completo.
Ahora se volvieron a disparar los números, y en el campeonato completo se permiten 5.72 limpias cada nueve entradas (CEN 4.70, OCC 5.84, y ORI 6.79).
Solo Yosbel Zulueta (0.00) y Ángel Sánchez (3.18, escapan del infortunio generalizado. Eso, sin mencionar el tema ya tantas veces referido del control, pues se siguen otorgando 4.50 bases por bolas por encuentro.
No bastaron los más de diez días de descanso, , no son suficientes las supuestas clases teóricas que se reciben ni los famosos entrenamientos especializados con modernas técnicas, de las que tanto hablan los directivos. El problema del béisbol en Cuba es cosa seria.
¿Cómo arreglamos este rompecabezas? El tiempo se acaba, la cuenta regresiva continúa. ¿Nos vemos en el estadio?
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