El paracortos Miguel González, integrante del último equipo Cuba juvenil, luce buenas manos y desplazamientos, además de que archiva números decorosos al ataque. Foto: Rafael Martínez |
Por Norland Rosendo.
Ningún equipo ha ganado más juegos que Granma en el torneo sub-23, y eso que está en la zona oriental, de donde mismo es el bicampeón Santiago de Cuba. Pero los Potros, como les dicen, tienen un referente más cercano y con los mismos méritos: los Alazanes, también reyes por partida doble. Andan, en estos inicios, con el mismo galope. ¿Brincarán la talanquera dorada como sus hermanos mayores? De que pueden, pueden.
Como visitantes han sido implacables: de ocho-ocho y en casa dividieron con los indómitos. Saldo parcial: 10-2, líderes absolutos, aunque la clasificación en la serie es por zona geográfica: dos boletos para occidente y dos para oriente.
Desde Granma, el colega Leonardo Leyva nos da una pista que encaja muy bien en el brioso arranque de los Potros: el equipo sub-23 fue insertado en el campeonato provincial, lo que le sirvió para entrenar y lograr el team work que ahora exhiben en el terreno.
Tan bien lo hicieron en la justa local, aunque ellos estaban fuera de la competencia, que en su grupo ganaron más desafíos que Bayamo, a la postre el campeón de la provincia.
En el cuerpo de lanzadores cuentan con Carlos Santana, un muchacho que podría convertirse en el taponero de los Alazanes. Ya tiene cuatro salvamentos en esta justa, su recta ronda las 90 millas por hora, pero debe enfocarse en mejorar el control y el comando para imponerse en esa función.
La rotación abridora acumula seis triunfos y cuatro el bullpen, mientras estos últimos han preservado cinco éxitos. Colectivamente, los pitchers trabajan para 2.91 de efectividad y WHIP de 1.44.
Con tres victorias, Darién Creach, otro de los que jugó bajo las riendas de Carlos Martí en la pasada temporada nacional, es colíder entre los máximos ganadores de este joven certamen.
A la ofensiva, se habla muy bien de las habilidades adquiridas por todos los jugadores para regresar de manos a las bases cuando están en circulación.
Y entre las individualidades, el camarero David Tamayo se anuncia como el relevo de Roel Santos, hombre proa de la alineación del equipo grande de esa provincia. Ha tomado 15 bases por bolas y combina dominio de los fundamentos con inteligencia. Su average es de .395, pero su promedio de embasado resulta mejor aún: .589.
Igualmente, me cuentan que el cuarto madero y jardinero central Wilson Fonseca tiene línea ofensiva (AVE/OBP/SLU) de .404/.472/.553; mientras el patrullero derecho, Alexquemer Sánchez, que ha vestido el traje de los Alazanes, compila .342/.537/.579.
La defensa de los Potros no es excepción en una serie de tantos agujeros guante en mano, su promedio de .961 (18 errores en 12 partidos) apenas está dos unidades por encima de la media. En cambio, el paracortos Miguel González, integrante del último equipo Cuba juvenil, luce buenas manos y desplazamientos, además de que archiva números decorosos al ataque.
Si siguen los senderos de sus hermanos mayores, los Potros comandados por Guillermo Avilés pueden extender las recientes glorias vividas en Granma para bien de nuestro deporte nacional. Estoy seguro de que el Mártires de Barbados se llenará como en la pasada final de los Alazanes ante los Leñadores de Las Tunas.
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