El respetado exdirector camagueyano, con duras declaraciones sobre el beisbol en la isla |
Por Boris Luis Cabrera
Nuestro deporte nacional anda en tiempos de crisis, muchos factores se han unido y conspiran contra su salud. Uno de ellos es la falta de técnicos con experiencia que sean capaces de pasar por encima de las necesidades extremas, y de cuantas piedras haya en el camino, para llevar el béisbol al lugar sagrado en el que alguna vez estuvo y que le pertenece por idiosincrasia y tradición.
Miguel Borroto es uno de los grandes ausentes. Verlo trabajar en México desde hace unos años para equipos profesionales es —hablando en términos beisboleros— como tener al líder de jonrones de una temporada sentado en la banca.
Se trata del director más ganador que han tenido los equipos camagüeyanos en toda su historia, motivador y formador de atletas a lo largo de años, dos veces campeón panamericano y mundial con la categoría de 15-16 años y una figura imprescindible en esta batalla de rescates y resurrecciones de nuestro béisbol.
"Yo voy dos veces al año a Cuba, llego a mi provincia y nunca me han dicho nada para regresar al béisbol", comenta.
"Nunca he exigido condiciones para regresar a dirigir", asegura. "Recuerdo cuando en la década de los 80 y principios de los 90 vivíamos en los estadios bajo condiciones difíciles y de cualquier forma estuvimos en la vanguardia siempre. Pero si llegara a exigir algo, sería atender a los atletas. Son seres humanos, tienen familia, necesitan condiciones materiales para poder ir al terreno y desarrollarse".
"Siempre fui un director al que le gustó exigir a los organismos competentes la atención de los atletas. Porque no es posible que un jugador con condiciones para ganar millones de dólares en el extranjero, tenga hijos y no tenga una casa, y deba vivir agregado. Si algún día regreso a dirigir, los que me conocen saben que voy a exigir lo que el pelotero necesita", reafirma.
El tema de la ausencia de técnicos está mellando las estructuras de nuestro deporte poco a poco, como una gota de agua impertinente que, sin dudas, abrirá huecos irreversibles en la grama de los estadios.
"Hay muchos técnicos cubanos muy preparados, con mucha capacidad, con muchos resultados internacionales, que hoy están desaparecidos de la Serie Nacional. Desgraciadamente no se habla de eso en Cuba. Están llenos de vitalidad física, de capacidad mental y, sin embargo, están dispersos por el mundo", dice Borroto con razón.
"Creo que lo primero que hay que hacer es una convención de béisbol en Cuba. Una reunión con los que estuvieron, con los que están y con los que van a estar, una convención nacional todos los años, donde no exista el criterio de la Federación ni del Comisionado, solo el criterio de las personas que peinan canas, que tienen experiencia y resultados en el béisbol", propone.
"¿Dónde está Jorge Fuentes? ¿Dónde está el doctor Martín Saura? Nosotros tenemos doctores hechos en la universidad del deporte, que están trabajando en turismo, que están trabajando en otras partes porque no se les considera. ¿Para que desarrollamos esos talentos?", cuestiona. "Hay fuga de talentos, y no solo en el béisbol, sino también en lo técnico. La fuerza está ahí, hay que rescatarla".
Aunque Borroto está lejos, siempre tiene la mirada puesta en la Isla. Como gran amante del béisbol, le preocupan los caminos pedregosos por los que hoy pisa descalzo nuestro deporte nacional y lleva consigo una mochila de soluciones y señales de alerta.
"Creo que aún nuestro deporte nacional puede dar momentos brillantes como en décadas pasadas, con una buena conducción de los dirigentes. Si la Federación y Comisión Nacional, que andan divorciadas, actúan mancomunadamente y descienden hasta la base, pasando por cada provincia, podemos lograrlo", considera.
"Cuba sigue siendo una cantera de talento, sigue desarrollando jóvenes con muchas capacidades. No podemos dejar de acomodar esos hombres donde deben de estar", continúa y sugiere aumentar las contrataciones en el extranjero.
"Pienso que Cuba debe de tener confianza en el técnico que está cumpliendo su misión en el extranjero, y debe dar reuniones en La Habana para poder buscar en las diferentes ligas del mundo (que las conocemos) cuáles son los peloteros que podemos insertar. A capricho no podemos darle contrato a peloteros. El beisbolista cubano puede jugar en la liga de México en invierno porque no tiene nada que ver con la MLB, para ponerte un ejemplo", dice.
Las soluciones de Miguel Borroto son audaces y empapadas de optimismo. "Pienso que los gastos que llevan nuestras series nacionales son impagables para el Estado. Tenemos que buscar una manera en que participen más organismos en el financiamiento de la pelota cubana, que participen más empresas, más ministerios", sugiere.
"Mientras la pelota esté subordinada al INDER, van a existir problemas. Tenemos 38 disciplinas con presupuesto, pero hay que crear un ministerio vertical que responda directamente al Estado, buscar financiamiento para que cada equipo pueda desarrollar lo mejor posible su práctica en las competiciones de béisbol".
Borroto sigue argumentando su tesis con planteamientos lógicos:"¿Por qué no buscar empresas extranjeras si estamos hablando de la apertura de Cuba a las inversiones y estoy seguro de que las empresas están abiertas a patrocinar?", pregunta.
"Podemos también buscar patrocinios nacionales como, por ejemplo, Cubana de Aviación. Creo que esa empresa está en condiciones de asumir un equipo de 25 peloteros. Pienso también que el turismo, la agricultura, o los militares, pueden hacerlo, u otros organismos que tengan un potencial de adquisición de riquezas o divisas, para que un pelotero tenga mejores condiciones de vida, mejor solvencia económica", razona Borroto.
"Hay que tener algo muy claro —advierte—, el deporte da muchas medallas, da muchas satisfacciones a los ciudadanos, pero el bienestar y el entretenimiento que da la pelota nadie lo puede dar, no se puede olvidar que es patrimonio nacional, patrimonio de un pueblo que sufre con los resultados y, mientras se compare con el judo, esgrima, fútbol, voleibol y baloncesto, jamás vamos a salir adelante".
La mentalidad de los directivos actuales se antoja un muro de hierro en el que las palabras del laureado director chocan y se desintegran, se disuelven en el aire. Pero Miguel Borroto, previsor, lo tiene todo cubierto:
"De igual manera creo que la dirección de la Federación como la de la Comisión no deben ser vitalicias, tienen que tener renovaciones, tienen que tener elecciones, tienen que tener al frente a ese hombre capaz, con resultados en provincia", señala.
"La juventud de hoy es diferente a la de la década pasada y a la que vendrá. Si los dirigentes no cambian su mentalidad, tendremos problemas", avisa. "La juventud se parece a los tiempos que se viven, no a los que nosotros vivimos. Hay que revolucionar los tiempos y la mente porque tratamos con jóvenes".
Con información tomada de Diario de Cuba
Con información tomada de Diario de Cuba