OPINIÓN: El equipo Cuba Unificado está demasiado lejos

Probablemente, no veamos a Yoenis Céspedes, José Abreu o Alexei Ramírez con el uniforme cubano ni siquiera en caso de existir un convenio entre Cuba y MLB.
Probablemente, no veamos a Yoenis Céspedes, José Abreu o Alexei Ramírez con el uniforme cubano ni siquiera en caso de existir un convenio entre Cuba y MLB.
Por Francys Romero.

Muchos han hablado, escrito y soñado con el equipo Cuba unificado para el próximo Clásico Mundial de Béisbol en 2021. ¿Cuán lejos está de existir ese hipotético conjunto formado por peloteros de Grandes Ligas y del sistema deportivo cubano? Ahora mismo, esa posibilidad es tan remota como el famoso cometa Halley, que podrá verse a simple vista para 2062.


Entre 2015 y 2016 hubo gestiones que acercaron este sueño, aunque faltó la transformación de la posibilidad en realidad. Major League Baseball (MLB) y su comisionado Rob Manfred pidieron un certificado o permiso especial a la OFAC para que los jugadores cubanos negociaran libremente y no necesitaran abandonar su país en busca de Grandes Ligas.

El Clásico Mundial de Béisbol es organizado por MLB y para una novena unida se necesitaría que la contradicción entre Estados Unidos y Cuba se resolviera. Habría que considerar también el interés de la Federación Cubana de Béisbol (FCB) para conformar este equipo.

He leído cientos de publicaciones desde la Isla sobre la negativa de MLB hacia Cuba, del embargo y del desinterés en que todos los peloteros cubanos unan fuerzas. En el pasado IV Clásico Mundial vimos a un Cuba necesitado de talento, obstinado en su mismo modelo.



Peloteros emigrados como Dayán Viciedo, Alex Guerrero, Raúl Valdés o Yunesky Maya eran aptos para vestir el uniforme de las cuatro letras y nada sucedió. Ellos no pertenecían a ninguna organización de Grandes Ligas ni al sistema MLB, pero nadie los llamó. ¿Quisieran el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación y el gobierno cubano que algunos de estos beisbolistas representen a la Isla?

¿Qué tipo de ley o embargo prohíbe integrar los equipos nacionales, por ejemplo, a voleibolistas u otros atletas que emigraron legalmente de la Isla? Muchos han querido hacerlo, y seguir con sus clubes profesionales, pero Cuba no aceptó.

¿Algún periodista preguntó a los directivos? ¿Algún directivo respondió al periodista?



También está el hecho de que grandes figuras y veteranas glorias del béisbol como Pedro Medina hablaron sobre la injusticia que sería para los peloteros que no emigraron aceptar a los que sí lo hicieron.

Lo cierto es que, probablemente, no veamos a Yoenis Céspedes, Aroldis Chapman, José Abreu o Yoan Moncada con el uniforme cubano ni siquiera en caso de existir un convenio entre Cuba y MLB. 

Los clubes de Grandes Ligas quizá no hubieran dejado asistir a sus peloteros al Clásico para evitar lesiones.



El equipo Cuba unificado está muy lejos de nacer. Quizá sólo sea una esperanza pasajera, el tema recurrente de moda, o la contradicción a descifrar. Es un simple tema envuelto en la ficción de lo que pudo ser. Quizás, cuando nos demos cuenta nuevamente, esta ilusión estará en un lugar lleno de aflicción y nostalgia; y será una cuerda que se torció hace mucho tiempo.

Como dijera Carl Jung:

“Aquel que mira afuera sueña, quien mira en su interior, despierta”.

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