Luego de sacar su primera pelota del parque en Grandes Ligas el jueves, Lourdes Gurriel Jr. repitió la dosis de poder el sábado, esta vez ante los Rays. Foto tomada de Zimbio |
Por Juan Páez / @jmanupz
¿Qué pasa con Kendrys Morales? Esa es una de las preguntas que se hacen los Azulejos de Toronto en 2017, una de las que también se hacen los seguidores del béisbol cubano en las Grandes Ligas. El problema con el industrialista es que pareciera que su ofensiva aún sigue entre dormida y despierta en los entrenamientos primaverales.
Salvo algunos chispazos de calidad parecidos al ritmo que ha mantenido a lo largo de su carrera, Morales no ha podido carburar completamente y ser el bateador que ha sido siempre.
No produce ni saca pelotas como en sus temporadas anteriores, tampoco conecta extrabases con la facilidad que demuestran sus números en años previos. De hecho, solo suma un doble, tres estacazos de vuelta completa y 10 empujadas.
Ayer se fue de 4-0 por tercer día consecutivo, con par de ponches a su cuenta en la derrota de los Azulejos de Toronto 5-3 frente a los Rays de Tampa Bay. El abismo en el que está inmerso el de Fomento es tan grande que tiene de 18-0 en sus últimos cuatro desafíos, con seis ponches. Eso se acentúa si se toman sus estadísticas desde el 22 de abril. Partiendo desde ese día, tiene average de .091, con cuatro imparables en 44 turnos legales al bate a lo largo de 13 compromisos.
Con Morales, parece cuestión de realizar unos ajustes para que pueda eventualmente volver a poner sus habituales guarismos. Su bajo BABIP (promedio de bateo en bolas puestas en juego), de .180, asegura que su rendimiento debe estar pronto a mejorar, que los batazos deberían empezar a caer en territorio de nadie.
Las conexiones del bateador designado salen, en promedio, a 93.13 millas por hora, cuatro millas más que la media de la Gran Carpa (89.11 MPH), pero su ángulo de lanzamiento, en pocas palabras qué tanto levanta sus impactos, es de 8.02 grados, cuatro grados menos que el número común en las Grandes Ligas (12.45).
Se dice que el punto dulce para conectar extrabases es entre 10 y 30 grados. No esperen que Kendrys termine la campaña con tan pobres credenciales.
El segundo
Luego de sacar su primera pelota del parque en Grandes Ligas el jueves, Lourdes Gurriel Jr. repitió la dosis de poder el sábado, esta vez ante los Rays.
El infielder fue séptimo bate y segunda base y respondió con un cuadrangular en tres oportunidades oficiales.
Ese vuelacerca contra los envíos de Sergio Romo fue su único incogible del encuentro. Terminó de 3-1, con una carrera empujada y una anotada, además de un abanicado.
En el encuentro que perdieron los Reales de Kansas City 3-2 contra los Tigres de Detroit, Jorge Soler vio caer su racha de 10 juegos con al menos un hit. El poderoso jardinero alineó como segundo en el orden y fue retirado las cuatro veces que se paró en el home, incluyendo un ponche. Por esa actuación, bajó de los .300 puntos de promedio (.297).
Así le fue al resto de cubanos que vio acción en la jornada del sábado en las Grandes Ligas:
Leonys Martín (DET) y Aledmys Díaz (TOR) tuvieron ambos un buen desempeño: el primero de ellos sonó dos imparables en cuatro chances legales, con su sexto doble, una anotada y un boleto. Díaz ligó de 3-2, con biangular.
Guillermo Heredia (SEA), Yulieski Gurriel (HOU), José Iglesias (DET) y José Abreu (CWS) pegaron todos un sencillo. De 4-0: Yasmani Grandal (LAD), Yonder Alonso (CLE) y Yoenis Céspedes (NYM), quien se robó su tercera base del año. Adeiny Hechavarría (TB) cayó en tres idas válidas al plato, con un pasaporte.