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| El slugger cubano siente un orgullo inmenso cada vez que ve a uno de sus compatriotas jugando en otro de los equipos de la NPB y su único deseo es mantenerse saludable para poder seguir jugando a diario y cumplir su meta de retirarse en Japón |
El toletero de los Gigantes de Yomiuri quedó muy contento con el título de jonrones que obtuvo el año pasado en la Liga Central con los Dragones de Chunichi y más aún con el récord de cuadrangulares en juegos consecutivos que implantó en ese club.
No obstante, decidió cambiar de conjunto debido a la mala marcha de las negociaciones para su renovación y a pesar de que su nuevo club tiene reglas muy exigentes, su meta no es otra que triunfar con el mismo.
Siente un orgullo inmenso cada vez que ve a uno de sus compatriotas jugando en otro de los equipos de la NPB y su único deseo es mantenerse saludable para poder seguir jugando a diario y cumplir su meta de retirarse en Japón.
El año pasado fuiste líder de jonrones de la Liga Central y te convertiste en apenas el tercer latino en lograr eso. ¿Qué tal fue ese primer año en la liga?
Muy bueno. Quedé muy contento con el trabajo que hice, a pesar de haber comenzado mal la temporada. Sin embargo, trabajé fuerte y me pude recuperar rápido y al final los resultados fueron muy buenos.
¿Te imaginaste que podías ganar el título de jonrones?
No, al principio no. Lo veía muy difícil porque venía de pasar un año sin jugar y además adaptarse a esta pelota es muy difícil porque el pitcheo aquí es muy bueno, pero cuando se terminó la temporada y me di cuenta de que había quedado líder de jonrones me sentí muy contento.
Bueno, no sólo eso, sino que además tuviste una racha en la que conectaste jonrones en 6 juegos consecutivos y eso fue un nuevo récord para tu equipo. ¿Qué te dijeron tus compañeros en ese momento?
Me felictaron, por supuesto. El equipo estaba muy contento conmigo. Impuse un nuevo récord de jonrones en juegos consecutivos para el equipo y me quedé a uno de igualar el récord de Japón, que pertenece a Sadaharu Oh. Me sentí muy feliz por lograr esa marca.
Tuviste la mala suerte de que la mayoría de tus jonrones fueron solitarios, por lo que no pudiste empujar tantas carreras. De todas maneras, fue una gran temporada. ¿Cómo te sentiste al finalizar el año?
Bueno, en lo que uno reflexiona en la casa y se de cuenta de todo lo que logró, uno sin duda piensa que valió la pena. Todo el esfuerzo y el sacrificio que realicé durante el año dio sus frutos, y no fue sólo mi sacrificio, sino también el de mi familia, que tuvo que viajar muchas veces para acompañarme.
Ahora, a pesar de la gran actuación que tuviste, a finales de año decidiste cambiar de equipo. ¿Por qué decidiste hacerlo?
Las negociaciones para renovar con Chunichi llegaron a un punto en que se estancaron. Yo no los vi dispuestos a hacer ese esfuerzo final para firmarme, así que decidí venirme a Yomiuri.
¿Qué tal ha sido entonces la transición a este equipo, que es más estricto y más exigente con sus reglas y costumbres?
¡Mucho más exigente! Pero nada, no me queda otra que adaptarme a ellos porque uno viene aquí a jugar la pelota de ellos. Ellos no se pueden adaptar a ti, sino eres tú el que te tienes que adaptar a ellos. Este es el equipo que más reglas y condiciones tiene, sobre todo para los extranjeros, porque aquí no hay diferencia entre japoneses y extranjeros, aquí todos tienen que seguir las mismas reglas, así que todavía me estoy adaptando.
Según tenemos entendido, algunas de las reglas son que no puedes tener vello facial, es decir, tienes que afeitarte siempre; no puedes mascar goma o tabaco en el estadio y cuando viajas siempre tienes que llevar chaqueta y corbata.
Así es, aunque en verano no es obligatorio viajar con chaqueta y corbata. Sin embargo, en primavera y otoño sí tenemos que hacerlo.
¿Qué otras reglas existen que no conozcamos?
Hay muchas reuniones. Nos reunimos todo el tiempo para discutir lo que tenemos que hacer en los juegos. Tampoco nos permiten que no corramos fuerte. Algunos extranjeros llegan aquí con esa mala costumbre, pero aquí no lo permiten. Hay cero tolerancia en ese aspecto. También se fijan mucho en los pequeños detalles, cosa que no ocurre en los otros equipos. En resumen, eres como un japonés para ellos y tienes que jugar fuerte todo el tiempo. En otros equipos, por ser extranjero, son más flexibles contigo. Por ejemplo, cuando estaba en Chunichi y nos tocaba realizar 6 tramos de velocidad, ellos me dejaban correr sólo 4. Aquí no, aquí me toca correr los 6.
Ahora, afortunadamente y a pesar del cambio de equipo y de lo estricto de las nuevas reglas, te sigue yendo bien. Estás conectando jonrones, estás empujando carreras y estás bateando sobre .300, cosa que no hiciste el año pasado.
Bueno, ahora bajé un poco el promedio porque estoy pasando por un mal momento. De hecho, hoy ya me comunicaron que me bajaron al séptimo puesto de la alineación porque tengo como 3 juegos sin conectar hits, pero nada, me toca seguir trabajando. Yo pasé por este momento el año pasado y no me queda otra que seguir trabajando para poder recuperarme.
Bueno, te confensamos que cuando nos enteramos de que habías firmado con Yomiuri nos dio miedo, porque este es equipo tiene una maldición con los extranjeros. Cuando un extranjero debuta exitosamente en la NPB con otro equipo y luego se viene para éste, casi siempre le va mal.
Yo creo que lo que ocurre es que aquí le meten mucha presión a los coaches y esa presión, que viene de arriba, ellos sin darse cuenta se la transmiten a los jugadores. Por ejemplo, si pierden 3 juegos seguidos, ellos actúan como si no pudieran perder 3 juegos seguidos. La prensa también exige mucho, y los fanáticos en Tokio aún más, por lo que creo que toda esa presión termina afectando a los peloteros y como ellos quieren jugar siempre lo mejor posible, entonces se presionan a sí mismos. Yo creo que esa es la razón de la maldición, de la que yo estaba al tanto, por cierto. Ese dato me lo dieron antes de firmar, pero yo decidí tomar el riesgo. Decidí prepararme bien para averiguar qué pasa luego.
Bueno, el mexicano Luis Cruz fue víctima de esa maldición. Él llegó a Japón a jugar con Lotte y le fue bien allá, pero en lo que se cambió a este equipo todo le salió mal.
Así es. Yo creo que Alex Ramírez fue el único extranjero al que no lo afectó esa maldición.
Ahora que estás en el equipo y te está yendo bien, ¿tienes alguna meta que te quieras poner para este año?
No. Yo sólo quiero seguir jugando y tratar de empujar carreras, conectar jonrones y hacer mi trabajo. Lo más importante de todo es mantenerme saludable y sin lesiones para poder jugar todos los días. El terreno dirá después la última palabra.
Con Yomiuri tienes mejores posibilidades de clasificar a la postemporada que con Chunichi. ¿Te gustaría jugar en la postemporada?
Sí, sin duda. Yo quisiera jugar en los playoffs aquí en Japón para ver cómo se siente esa experiencia.
Firmaste un contrato de 2 años con Yomiuri, de manera que todavía te queda un año más con este equipo. Después de eso, ¿cómo ves tu futuro en esta liga?
Todo depende de cómo responda mi cuerpo. Si me responde bien y me mantengo saludable, podría jugar 4 o 5 años más por aquí. Mi meta es retirarme aquí en Japón.
¿Qué te parece el hecho de que cada vez hay más cubanos aquí en esta liga? No sólo los que vienen de los Estados Unidos, sino también los que llegan directamente de Cuba.
Estoy muy contento por eso. Cada vez que llega un cubano y firma con un equipo japonés yo me siento muy feliz porque eso demuestra que el béisbol de Cuba es de calidad. El único problema es que tiene las puertas cerradas, pero siempre ha tenido mucha calidad y yo como pelotero, cuando veo a un compatriota con otro equipo, siempre me siento muy contento.