NACIONAL Sub23: Eriel Sánchez se queja de la falta de bates, horarios y calendario

Eriel Sánchez hace recuento de su estreno como director del equipo espirituano Sub-23 de béisbol
Eriel Sánchez hace recuento de su estreno como director del equipo espirituano Sub-23 de béisbol
Foto: Vicente Brito
Por Elsa Ramos.

Eriel Sánchez hace recuento de su estreno como director del equipo espirituano Sub-23 de béisbol


Antes de que cayera el primer aguacero en grande que detuvo en seco la fase final de la Serie Nacional de Béisbol de la categoría Sub-23, ya el equipo espirituano tenía su suerte echada.

Aunque batalló hasta el final, no pudo llegar a semifinales de la zona oriental en la lucha por el título al quedar con balance de 22 triunfos y 17 fracasos, a cuatro juegos y medio del líder Granma, a tres del segundo escaño ocupado por Las Tunas y a medio de Santiago de Cuba. Se deshacía así el primer sueño del debutante mánager Eriel Sánchez León, quien intenta poner en blanco y negro, más que culpas, razones.

“Al empezar les prometí a los muchachos que, se cumpliera o no el objetivo, no iba a echarle la culpa a nadie y si había algún culpable ese era yo por no ser capaz de incentivarlos y hacerlos cumplir. Pero no es secreto que todos los equipos se nutren de fi guras y si estas no rinden lo esperado, no se puede cumplir. Otra cosa, al suspenderse muchos juegos de tarde varias veces jugamos doble al día siguiente y así es difícil barrer en la subserie. Creo también que hay una mala estrategia en la conformación de los grupos”.



Dices de no buscar culpables, pero hablas de la estructura.

Creo que influye un poco. El grupo nuestro tenía más paridad con Las Tunas, Camagüey y Ciego de Ávila, y eso da pocas posibilidades de barrer, mientras en el otro grupo había un Guantánamo al que se le podían sacar más partidos, sin contar que empiezas y terminas con tu misma llave y al final los que están por clasificar siguen jugando y los que no empiezan como a entregar los juegos de béisbol o a no prestarle el interés que merece, y eso da ventaja a determinados elencos; además, juegas una sola vez con los del otro grupo y no puede existir desquite, todo eso puede influir en ciertas decisiones para clasificar.

Sin embargo, llegaron con opciones hasta el final…

Siempre decimos que quedamos a un juego de la clasificación, mas creo que esta vez no fue ese partido que pudo faltar al final, sino aquel que estuvimos ganando por más de cuatro o cinco carreras y por no tener el cerrador adecuado o por un error a la defensa, lo perdimos. Los juegos que tienes que ganar son los que estás ganando, porque los del final no se sabe lo que va a pasar. Nuestro cerrador, Ramón Zúñiga, se lesionó y solo pudo salvar los único dos partidos que lanzó; sin embargo, hay que resaltar el caso de Ariel González, que rescató siete partidos.



Cuando le ganaron a Granma 3-1 parecía que podían.

Ahí emparejamos en el primer lugar y nos vimos con una posible clasificación, después frente a Holguín fue uno de los fracasos, perdimos 3-1, hubo que hacer cambios, como Albertico Rodríguez, que vino del jardín central al siol. Con jugadores como Rodoleisis Moreno, Diasmani Palacios, Geysel Cepeda… es lógico que aspiras a más, pero no todos estuvieron a la altura esperada, y no porque no quisieran, algunos tuvieron un slump que influyó en el equipo.

¿Hasta dónde pudiste concretar tu estilo?

Me propuse que los muchachos corrieran duro y se tiraran fuerte en las bases, jugar con decisión, que cada cual demostrara de lo que es capaz y creo que eso lo logramos bastante. Según las estadísticas, materializamos casi el 50 por ciento de los intentos de bases robadas y los cogidos robando, se realizaron también muchas jugadas tácticas: toques de sacrificio, amago de toque y bateo, squeeze play y otras que no van a las estadísticas.



Tampoco van a los números los “castigos” por no corresponder a tu estilo.

En realidad, aunque se sentó a uno u otro, siempre tenían conciencia de que había que hacer las cosas en función del equipo. En ocasiones me dirigía a ellos de forma enérgica, pero siempre les di a entender que solo lo hacía para el bien del colectivo, por eso no hubo ningún percance de indisciplina y terminamos en armonía.

¿Se pudo cumplir el real objetivo de esta liga: desarrollar talentos?

La Comisión Nacional tiene que pensar que en cualquier béisbol esos son los talentos y no creo que se le esté dando toda la prioridad o el seguimiento, por ejemplo carecíamos de bates, a pesar de que tuvimos un comisionado que nos ayudó. Lo otro es que los horarios de juego no son para desarrollar, hay que dejar el championismo. Pudimos ver talentos como Ariel González, traído de la calle para la academia y ahí lo tienes: salvó ocho juegos, en ningún otro lugar hubiese podido demostrar que sí podía; igual que Viciedo, que incluso dudamos en llevarlo. Loidel Rodríguez es uno de los que más me impresionaron, pues me hacía recordar al Eriel que empezó con 17 o 18 años, todos los días salía al terreno al 150 por ciento, hizo toda la receptoría con 36 impulsadas en 39 juegos, pero otros más establecidos como Geysel Cepeda, a quien se le debe dar la atención que merece, también se destacaron.



¿Frustrado en tu primera versión como director?

Esa palabra es un poco fuerte, pero sí descontento, un poco dolido porque desde que me incliné por el béisbol me empeñé en cosas mayores; como director también quiero ganar más, no lo hago ni por un dinero ni por un refresco, sino por un resultado. Me sentí con pena con quienes pensaron que podía cambiar algunos números y algunos calificativos, pero quedé con ganas de enfrentarlo para ver qué estrategia tomaría para no sentirme así.

¿O sea, que te quedaste con ganas de seguir dirigiendo?

Sí, me quedé con ganas de hacer más cosas, con deseos de demostrar un poco más, dispuesto a afrontar la tarea.

¿El momento más difícil?

En el que se me va uno de los peloteros del equipo, le di la oportunidad, la confianza, le entregué mi corazón y me defraudó, pues me mandó el traje, para cualquier director es un fracaso que alguien sea de una forma y no pueda cambiarlo.



¿Con quién te quedas: con el Eriel jugador o con el director?

Tuve una larga carrera de 25 años con satisfacción de lo que hice, pero cuando tenga la posibilidad y la experiencia trabajaré para obtener grandes éxitos para el béisbol de la provincia y la afición como director.

¿Y aquella idea de seguir jugando con los Gallos?

Es un poco complicada, el cuerpo y el alma de Eriel están en los terrenos, quisiera convertirme en el único que pudiera hacer esa doble función. No obstante, ya terminé de dirigir y estoy en la mayor disposición de jugar, pero eso depende de que las direcciones del béisbol y del Inder aquí lo crean posible; haría mi mayor esfuerzo.

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