Pito Abreu y Aroldis Chapman, lo mejor de Cuba en la MLB 2018

Pito nació para batear y el dominio de Chapman no tiene paralelo.
Pito nació para batear y el dominio de Chapman no tiene paralelo.

Por Yirsandy Rodríguez.

Es estimulante ver como se mueve la acción en junio: Estamos cada vez más cerca de palpar la definición de las votaciones al All-Star Game 2018, el clásico de mitad de temporada que se jugará este año en Nationals Park.


En términos de arranque, los bateadores ya no tienen espacio para justificaciones, ya que sus casillas de apariciones al plato --si son jugadores regulares y han estado la mayor parte del tiempo in play-- lucen rebosantes triples dígitos. Los lanzadores que probaron algún cambio en el repertorio tienen dos caminos: Ajustar ciertos beneficios obtenidos sobre la marcha o, en el peor de los casos, tendrán que hacer trizas todos esos scouting report y olvidarte de las repeticiones de mecánicas fallidas. Como me gusta decir: No hay quien justifique un mal inicio, ¡estamos cerrando junio!

¿Qué tema central tenemos este lunes y cuál es una rivalidad naciente para seguir en MLB? El home plate está aquí:

TEMA CENTRAL

King del show: Aroldis Chapman, rostro seguro en el All-Star Game 2018.



¿Qué está haciendo el zurdo lanzallamas cubano? ¿En qué dirección va ese “Misil” arrasando con los swings de la oposición en las Grandes Ligas? 

De Chapman siempre vas a saber algo: Él está ponchando. Aunque ha sido superado en velocidad promedio este año por el relevista de los Cardenales de San Luis, Jordan Hicks, la habilidad del cubano para conseguir swings-fallidos sigue siendo constante. De hecho, esta temporada está superando sus notas constantes de 2017 en el escaque de la “K”, marcando un gustoso 15.5 K/9 por encima de 14.8. Sin embargo, no solo en eso Chapman ha sido demoledor con su bola rápida: Acumula 20 salvados en 31 juegos relevados, creando una proyección superior a los 50 salvados de cara al invierno. De esa manera, el récord de rescates para los Yankees, en poder de Mariano Rivera desde que salvó 53 en 2004, aparece en la mirilla del “Misil Cubano” y, sin dudas, la principal garantía está es escena: Un brazo saludable para Chapman y un poderoso team detrás, que ofrecerá un arsenal de reales posibilidades.

Volviendo a los ponches, esto es parte de lo que está mandando a registrar Chapman contra sus rivales este año:

No ha permitido jonrones después de enfrentar a 119 bateadores.
Suma ya ocho-innings de tres dominados en fila, 1-2-3 por la vía del strikeouts.
En 16 de sus 31 relevos ha conseguido multi-strikeouts.
En 23 de sus relevos no ha concedido base por bolas.


Si las Grandes Ligas habrían acabado este domingo “Día de los Padres”, la tasa de strikeouts de Chapman (15.55) habría implantado un nuevo récord en ponches para lanzadores de los Yankees, que hayan trabajado al menos 50-innings en una temporada. ¿Quién tiene el récord actual? Es un compañero de equipo, el relevista Dellin Betances, quien estableció la marca de 15.53 en 2016, luego de ponchar a 126 bateadores en 73 innings.

¿Cuál de esos numeritos mostrados aquí no fue dominante?... ¿Alguno de ellos no destiló en estadísticas la energía, el poder y consistencia de Chapman?

Si vamos más lejos, podemos recordar fácilmente quién todavía reina en ponches por cada nueve innings en la historia de las Mayores, aquel chico delgado que soltaba fuego de su mano izquierda, y alcanzó a ponchar a casi 18 bateadores con una tasa de 17.67 K/9. Sin embargo, Chapman está probando este año algunos nuevos puntos de dominio y, sobre todo, la manera de economizarse para lanzar más pitcheos de calidad. 

Su nuevo enfoque le ha permitido, al menos por ahora, prescindir un tanto de su bola rápida, mientras está acogiendo más el slider --pitcheo que se derrama casi directo al pie derecho de los bateadores de esa misma mano-- en su conciencia a la hora de trabajar los conteos. 



Parece una muestra pequeña, pero es justo lo que sirve como punto de partida para no pensar seriamente que Chapman está perdiendo velocidad: Él está lanzando un 5.1% de más sliders en comparación con la pasada temporada y, si viajamos hasta 2016, el desvío se extiende a 9.1%. O sea que, todo el tiempo, se ha tratado de ajustes, dosificaciones bien tratadas y, me atrevo a agregar, una buena influencia comunicativa del manager Aaron Boone.

Aunque seas el pitcher más veloz del planeta, la velocidad no puede ser el único recurso en un brazo aún joven, pero que un día ya no lanzará 100 MPH de manera tan frecuente. 

Seguro lo has notado, pues la velocidad de Chapman ya no está promediando esas 100 MPH que asombraban a los demás lanzadores en el béisbol. Ahora su rango medio está en 98.8 y, sí, la explicación de cómo está registrando una mayor tasa de strikeouts es esta: Lo dijo el profesor, Greg Maddux, “la clave de un lanzador es el ‘comando’”.



RIVALIDAD PERMANENTE

Power vs Power: La disputa entre Mitch Moreland y José Abreu está acalorándose.

Ambos están intentando convertirse en el titular de la inicial para el All-Star Game 2018, pero su rendimiento --incluso en estas últimas semanas de junio-- no ayudará tanto como unos cuantos votos de sus respectivas fanaticadas. Entonces, ¿qué haría usted si no es fanático de los Red Sox donde juega Mitch Moreland o los White Sox, el club de José Abreu? Recuerda, eres neutral… voy con mi veredicto:

José Abreu, 100x100. Hay tantas razones como el número “79” que “Pito” lleva en su espalda: Es un bateador de la élite en consistencia, buscando su 5th-temporada combinando la marca de 25-100 en jonrones y empujadas. Ya tiene una campaña de breakout, luego de aquellos 36 jonrones y 107 RBIs en 2014, que lo enviaron a obtener el premio de manera unánime como Novato del Año en la Liga Americana. En cambio, el pedigrí de Moreland se resume a una campaña destellante de 23 jonrones y 85 RBIs con los Rangers de Texas en 2015, cifras que ha rozado desde entonces (22-60 y 22-79), pero no ha vuelto a superar. Su paso en la actual temporada es esperanzador, pero sus problemas contra las curvas se siguen incrementando: Ha golpeado apenas .213, .213, .158 y .150 en cada temporada desde 2015.



A diferencia de eso, Abreu sigue derritiendo la pelota en los nueve puntos estándares de la zona de strike, y el único problema visible este año es contra las sliders --está conectando para .259--, pero no creo sea preocupante, ya que viene de golpear .288/.294/.489 en 2017.

Quizás, la defensa de algunos críticos de Abreu sea una vez más que él juega con un equipo perdedor, y hay un montón de esos numeritos inflados por esa misma razón. Sin embargo, tome tres estadísticas legítimas: Él tiene 11 jonrones, 41 RBIs y 103 disparos de su swing han salido a más de 95 MPH.

El hombre nació para batear, así, empalmando el madero a mano limpia, y la mayor virtud es su habilidad de manos y ojos.

¿Qué dices de eso? ¿Votarás por Abreu y comprarás tu asiento para disfrutar el All-Star Game 2018 en Nationals Park?


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