En Cuba, insuflar de optimismo y exacerbar los éxitos es pan nuestro de cada día. El deporte no escapa de este mal y el béisbol es la diana predilecta Foto: José Raúl Rodríguez |
Por Alexander García Milián
La victoria, esta de ayer en Barranquilla ante México, hace que el gusto amargo de los últimos años se disipe algo de la boca de los fanáticos. Es una victoria que es una bocanada de aire fresco necesaria, la tabla de salvación, el desahogo; lo esperado,… todos estaban a la expectativa.
Marlins, Gigantes de San Francisco; 1997, 2010; imágenes de Edgar Rentería héroe en las dos Series Mundiales; Edgar bailando una cumbia bien sabrosa, Shakira cantando en la inauguración. Todo soplaba de modo fluido, como volando, el tiempo se iba y venía, atrás… adelante,… adelante,… atrás.
Cuba debutó ante México,- no es el México de los Clásicos Mundiales ni de las Series del Caribe- es un México modesto, un buen equipo, pero muy normal. Nada opaca la victoria cubana pero tampoco nada la exacerba a no ser que la mala racha parece haber llegado realmente a su fin, sí lo del triunfo en el último juego ante Estados Unidos en el latino parece que fue en serio.
Otra vez Yurisbel Gracial- uno de los mejores peloteros en los últimos años- quizás el más completo de la Isla, otra vez Yordan Manduley, ya consagrado con los Capitals en Canadá. Entre el yumurino y el holguinero fluyó la producción antillana y con cinco carreras se blanqueó a los mexicas para dar la clarinada y ¡!advertir! el favoritismo de Cuba.
Lázaro Blanco una vez más inmerso en el box,- solo Holanda pudo bajarlo de las nubes- pero Blanco en verdad es la carta de triunfo el as de triunfo de Carlos Martí. Blanco manejó los hilos del juego a su antojo, con buen comando en sus lanzamientos y excelente defensa de sus compañeros.
Alain Sánchez relevo de modo magistral otra vez y el villareño parece haberle cogido el gusto a lo de relevar y lanzar sin presión, con sangre fría.
Para cerrar llegó un renovado Vladimir García, con sostenidas por encima de 90 millas, y exquisito control,… a paso de conga retiro el noveno y la emoción de todos, hiso parecer que se había ganado el título mundial.
Las voces comenzaron a ensordecer todo de nuevo, las voces de siempre, del “clan García” y los del cha cha cha; empezaron a decir que sí- ¡Sí! ,…! Buen triunfo!… ¡Me gusto el manejo del pitcheo!,… dijo Rodolfo, y dio por sentado su sello de autoridad,… ¡Si él lo dice!.... me asombro yo,…usted pienso también… Bien regresemos….
Es una buena noticia, sin objeción; el triunfo siempre endulza, le hace bien al oído; más al de los fanáticos cubanos; pero stop, parada aquí;… aún quedan equipos, y fuertes,….República Dominicana, Puerto Rico, el mismo elenco colombiano, que para colmo pudiera contar con el industrialista Yoandry Portal en su nómina; según escuetas informaciones filtradas por la red…
Por ejemplo Dominicana tiene al equipo más experimentado- unos treinta y tantos años de experiencia- así como varios jugadores de oficio, Willy Lebrón, José García y Ricardo Nanita.
Los boricuas, dirigidos por Juan ''Igor'' González, ex pelotero de Grandes Ligas, según palabras del propio manager, basa el peso de sus posibilidades en el picheo y la defensiva;- “… tenemos buenas opciones para hacer carreras, contamos con un equipo bien balanceado, es importante que en este juego el picheo y la defensa se complementen…'', dijo a ESPN el mentor González.
Entre los jugadores hay jóvenes promesas combinados con lanzadores experimentados como Adalberto Flores y Fernando Cabrera, además de bateadores de gran rendimiento como Randy Ruiz y Edgardo Báez.
A todas luces, quisqueyanos y puertorriqueños aparecen como los principales rivales de Cuba. Sin ser pesimista,… bueno para muchos ya lo soy pero para algo quedamos los que ejercemos esta profesión;… entonces hay que esperar.
En Cuba, insuflar de optimismo y exacerbar los éxitos es pan nuestro de cada día. El deporte no escapa de este mal y el béisbol es la diana predilecta. Solo que las medias tintas no hacen bien y sí mucho mal; tras ellas va la mentira y la falsedad, caminando como unas, trastocando lo ficticio con lo real.