Por Boris Luis Cabrera
Una vez más bastó un solo capitulo para que los jovencitos norteños aseguraran el triunfo, cuando ante los envíos del recién llegado Erlys Casanova (liga italiana), sustituto del abridor Fredy Asiel Alvarez, conectaron par de vuelacercas consecutivos de Daniel Cabrera y Andrew Vaughn, válidos para dictar sentencia.
Un trio de zurdos y un letal cerrador se encargaron de mantener en ascuas a la afición cubana, dominando a su antojo a unos bateadores cubanos totalmente desconcentrados y psicológicamente vencidos antes de comenzar el encuentro.
El segundo zurdo en escalar la lomita, Zack Thompson, se llevó el triunfo para su record personal, mientras que el ya mencionado pinareño cargó con el revés.
La ofensiva cubana (hoy con 4 imparables) acumula solo 12 sencillos en 27 entradas con una anémica carrera anotada que ni siquiera pudieron impulsar (anotó por un wild), esta forma deportiva ha provocado un descontento colectivo entre los amantes de nuestro deporte nacional por la cercanía del principal evento deportivo de la temporada, los juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, Colombia.
En conversación con el preparador físico Leonardo Goire, minutos antes del comienzo del partido, insistió que los parámetros individuales de cada atleta están muy bien, que la serie especial ha sido una experiencia tan novedosa como positiva y que independientemente de los resultados en la competencia principal, se mantendrá el año que viene.
No obstante el optimismo de los directivos, que jamás han dudado ni por un momento en la capacidad de la escuadra nacional para subirse en lo más alto del podio centroamericano, los aficionados siguen alarmados, expectantes, y decepcionados. Nos vemos en el estadio.