José Miguel Fernández: mil historias y un camino

José Miguel Fernández, un muchachito que un día, allá por pleno monte le dio bien duro a una pelota de cuero
José Miguel Fernández, un muchachito que un día,
allá por pleno monte le dio bien duro a una pelota de cuero
Por Alexander García Milián.

Leí la noticia y aún percibo una ligera conmoción. La continuó leyendo y casi se me salen las lágrimas; la emoción es desbordante, lo humano, lo sensible primero. La parsimonia pretende imponerse, la tuerzo, le doy un tirón y se va al lado…


José Miguel Fernández, “el Jabao”, el muchacho de Colón, el que descalzo corría por terrenos del intrincado municipio matancero. José llegó a las Grandes Ligas y me pareció despertar de un asiduo letargo. El yumurino, mi coterráneo debutó en el mejor béisbol del mundo con los Angelinos de los Ángeles. Es como estar inmerso en la madeja de un cuento denso; algo así como Beatriz Viterbo muriendo y naciendo al mismo tiempo o Isidoro Parodi buscando todos sus yo, creo incluso que el mío, también el de muchos en Cuba.

Con ese toque borgiano incluido me sacudo el morbo, pienso en sus años como “cocodrilo”, en ese primer jonrón en Series Nacionales frente a Vladimir Baños en el Capitán San Luis. 

El dial del radio ruso de mi abuelo no salía de la frecuencia de Radio 26 y disfrutar de la voz plácida y cadenciosa de Pancho Soriano era un enorme gusto. – “… En segunda base, el colombino… José Miguel Fernández…”,- “… Batea José Miguel,…Línea larga entre right y center, la bola pica, rueda hasta la cerca y en segunda Fernández con un doblete… ”,- aún puedo escuchar las narraciones de Soriano; sentir nostalgia, evocar recuerdos maquillados con la bruma de un incomprensible silencio.



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Es marzo de 2006; estadio Hiram Bithorm de San Juan Puerto Rico, Cuba y Panamá disputan un duelo a muerte en el primer Clásico Mundial de Béisbol. En ex trainings, luego de empatar a seis en el final del noveno por jonrón de Yuli Gourriel, sale del banco como emergente el matancero Yoandy Garlobo. El de Jovellanos la destrozaba en la Serie Nacional y el equipo Cuba le calzaba solo; resultado línea sólida al centro del terreno y adentro la séptima carrera…

Garlobo no volvió más al banco en toda la competencia, a Higinio Veléz, eterno enamorado de los hombres más que de los peloteros,- y vaya aún a saber porqué puso a Ormary Romero en la final contra Japón- al actual director nacional de béisbol no le quedó otro remedio que afianzar al matancero en el lineup.

Al final, Garlobo quedó segundo de los bateadores en el clásico, solo superado por un superestelar como Ken Griffey Jr.



Juega otra vez el tiempo con todos, los segundos, minutos y horas se esfuman como el humo. En marzo de 2017, nueve años después del primer clásico, la cuarto versión del torneo acoge otra vez a lo mejor de la pelota en el orbe.

Cuba juega en el grupo de Japón y desde el primer juego, el antesalista matancero Yurisbel Gracial descolla con el madero… Esas madrugadas valieron la pena, solo para ver al criollo pegarle de lo lindo a la bola;- “… Recta pegada, Gracial conecta batazo largo por el left field,… cuadrangular contra Tomoyuki Sugano,… Cuba empata el juego a dos…”,- la derrota dolió, aún se siente, más incluso que el supernocaut de Holanda, contra Japón ese día se fue todo pero Matanzas seguía poniendo bien alto la parada como cuatro años atrás…

- “ … Es marzo de 2013, Cuba en el Tokio Dome, disputa la fase uno y dos del tercer clásico de béisbol, el antesalista titular en el torneo es el matancero José Miguel Fernández;… ”. José parece ser el “agraciado” del manager Mesa. Da líneas a todas las bandas. Termina amplio por encima de los 300; de nuevo, otra vez Matanzas arriba…



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En una densa oscuridad donde la verdad y la mentira parecían caminar de la mano, ungidas con la subliminal prestancia del que quiere ver y no ve; la noticia de la separación del equipo Matanzas de José Miguel Fernández y Lázaro Herrera, los primos, los hermanos, todo; esa bomba chocó a Cuba entera…

Las “bolas” corrieron una detrás de otra, que si los habían atrapado en Holguín, listos o esperando una salida para Dominicana, que si esto, si aquello, si eran vendedores de juego,- “línea” de Víctor- ya no eran sus “chicos lindos”, en la nueva purga tenían que salir, debía lograr un Cuba, con Raulito González, con Moreira, con Eriel Sánchez, tal como sucedió antes y después, de igual modo, Pínar, la Isla, Granma, todos le pasaron por encima. 

Entonces José y Lazarito,- tenían unos billetes más largos que su cartera- se le oye decir a Víctor en un video filtrado por ahí y que se puede ver en YouTube… Ya la purga uno- a lo Stalin- le había salido bien; fuera Serrano y Alberro; la dos empezaba y nadie supo, imaginó siquiera como terminaría…



José “barqueando” en Colón, cogiendo libras demás, perdiendo la forma, Herrera ni hablar; el mismo camino… Luego la sanción, Lázaro se fue a Artemisa y solo después de la retirada del 32 regresó a la Atenas. José, por su parte, pareció escabullirse pero no, entre sliders cortantes y curvas contra el piso, apareció de pronto en los spring trainings, tomando tamaño,- como siempre- Othani robándose el show y el sin hacer “bulla” detrás… esperando la oportunidad,… quién diría? 

El destino, el a veces discordante, chocante y sorpresivo destino parece que cuece historias, las maneja como los hilos de un teatro de títeres y las vuelve a poner en su lugar… así es con José Miguel Fernández, un muchachito que un día, allá por pleno monte le dio bien duro a una pelota de cuero y la puso a volar tan lejos, que luego en el Angels Stadium, los fanáticos creían, los de Cuba, los de Estados Unidos, los de todos lados que aquella pelota no calló nunca, voló, y José terminó donde debía…

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