Por Ernesto Amaya.
Ya está en juego la temporada número 58 del béisbol cubano y luego de varias subseries particulares el elenco de Pinar del Río no marcha del todo bien en la competición.
Me sorprendió que antes del inicio de la serie varios “entendidos en la materia” ubicaban al conjunto más occidental en puestos de privilegios, no es que sea imposible, pero todo análisis debe llevar su dosis de objetividad y menos amor al terruño.
Los vueltabajeros duermen en este momento en el lugar 13 de la tabla de posiciones con balance de cinco éxitos con siete fracasos y están a cuatro partidos del actual líder Ciego de Ávila que archiva 10-4.
El mes de agosto, que casi termina, es fundamental para los vegueros. De cinco enfrentamientos particulares, cuatro son como locales, y ante los llamados débiles de la serie no han podido sacar la renta de victorias que se esperaba.
Ante Cienfuegos vencieron en par de ocasiones, contra Sancti Spíritus, Isla de la Juventud y Mayabeque solo obtuvieron una sonrisa y ya tienen un descalabro frente a Camagüey. Cuando lleguen los llamados grandes de la pelota no quisiera imaginar.
Las estadísticas colectivas no son tan malas si de picheo y defensa se trata. El staff de lanzadores es el segundo mejor del país con una efectividad de 3,32 carreras limpias por cada nueve entradas, mientras que la defensa es de las primeras del campeonato con un promedio de 977.
Un aparte merece la ofensiva, que ha sido anémica e incompetente en este inicio y por lo visto la dirección no acaba de dar con la tecla de los batazos. Los maderos de occidente son penúltimos en average con 236, últimos en total de bases, carreras impulsadas, slugging; no han conectado ni cuadrangulares ni triples y por si fuera poco son el conjunto al que más sorprenden robando bases con nueve.
Números realmente malos para un colectivo que aspira a estar entre los clasificados.
Esto apenas empieza, pero ojo, el formato actual de 45 partidos es como una carrera de 60 metros que no admite arrancadas lentas ni en falso.
Mucho queda por hacer y por andar en la contienda, la pelota nos ha enseñado que hasta el out 27 no hay nada decidido, por eso me aferro a una frase dicha por el carismático Yogi Berra: “Esto no se acaba hasta que se acaba”, Pinar es grande y puede resurgir de sus cenizas.