Por Daniel de Malas / swingcompleto@gmail.com
El exlanzador Rogelio García, de los Vegueros de Pinar del Río y varios equipos Cuba, conversó con el colega Jorge Ebro de El Nuevo Herald, principalmente de béisbol cubano y el tono utilizado demuestra (una vez más) el daño que le hizo a la pelota, los atletas, la afición y la propia prensa, las mentiras y hazañas exageradas del llamado ‘beisbol revolucionario’ del siglo pasado.
Para no entrar en mucho conflicto, Rogelio y el resto del mundo sabe que un país, con peloteros escapando de su sistema deportivo casi que semanalmente, le resulta imposible mantener la calidad de su liga, en especial si la mayoría de los que se van son prospectos de renombre o figuras consolidadas.
Rogelio, sin embargo, cayó en las redes la mentira aquella de ‘los mejores del mundo amateur’, sin saber, ni siquiera a estas alturas de la vida, que amateur es un término tan poco trascendental, que no tiene sentido alardear de ser un ‘gran amateur’.
Rogelio García también quedó engañado por la maquinaría mediática y aunque no se probó contra NADIE en plenitud de forma o jugó Clásicos Mundiales, decidió el camino fácil y se le subió la fama (o el dolor) para la cabeza, como demuestra en dicha entrevista.
Rogelio García también quedó engañado por la maquinaría mediática y aunque no se probó contra NADIE en plenitud de forma o jugó Clásicos Mundiales, decidió el camino fácil y se le subió la fama (o el dolor) para la cabeza, como demuestra en dicha entrevista.
El pinareño, entre otras necedades, se niega a reconocer que puede haber talento en Cuba, como si una formula macabra hubiera borrado la habilidad de los peloteros cubanos, DE CUALQUIER ÉPOCA, de lucir en un diamante.
De manera muy poco respetuosa, en gran medida inocente y autosuficiente, García dice que ‘está seguro que hubiera llegado a Grandes Ligas’ y se compara, diciendo que: ‘Si Contreras llegó, y llegó el Duque y llegó Liván, estoy seguro de que también habría hecho algo en las Grandes Ligas’
No ponemos en duda la calidad de Rogelio, pero muchos excelentes peloteros de cualquier latitud han quedado en el camino y no han conseguido usar un uniforme de la MLB. Rogelio tenía las condiciones para ser una estrella, pero SEGURO no hay nada en esta vida y mucho menos si hablamos del mejor béisbol del mundo.
El pinareño busca escusas ante el jonrón de Marquetti del 86 ‘Yo había lanzado nueve entradas y me llamaron a relevar y volví a lanzar ocho episodios’.
Y nuevamente alardea de ‘Era incomparable, una etapa monstruosa. Íbamos a todos los campeonatos y arrasábamos’ y demuestra que no ve pelota actual, donde se juega contra peloteros de verdad y no farsantes o colegiales como los que el enfrentó, cuando dice que ‘Ahora no. Ahora Cuba va a los torneos a a ver cómo clasifica primero y ver si puede luego ir por el banderín. A veces ni ganas dan de ver la pelota internacional’.
Lleno de irrespeto por los de hoy, un pitcher que a pesar de ser el único con más de 2500 ponches en Cuba, es más recordado por dos jonrones que le dieron, a la hora que se separan los hombres de los niños.
Le pregunto: ¿Cuántos Juegos de Estrella de MLB ha jugado? ¿Cuántos anillos de Serie Mundial ha ganado? ¿Cy Youngs? ¿MVP, en alguna liga seria? ¿Cuántos Clásicos Mundial, contra los mejores del orbe ha jugado?
Respondase usted mismo, me da pena seguir poniéndolo en su lugar, pues el abandono, el olvido, la ironía de lo que NO le tocó vivir, deben ser bastante duros.
Le pregunto: ¿Cuántos Juegos de Estrella de MLB ha jugado? ¿Cuántos anillos de Serie Mundial ha ganado? ¿Cy Youngs? ¿MVP, en alguna liga seria? ¿Cuántos Clásicos Mundial, contra los mejores del orbe ha jugado?
Respondase usted mismo, me da pena seguir poniéndolo en su lugar, pues el abandono, el olvido, la ironía de lo que NO le tocó vivir, deben ser bastante duros.
Rogelio García, usted puede haber sido una estrella en una era de estrellas, pero la modestia y la humildad no se la enseñaron. Aprenda a respetar y bájese de esa nube, que usted es el tercer pitcher que más bases dio en Cuba, con 1084 y A LO MEJOR (léalo bien, A LO MEJOR) hubiera jugado en Grandes Ligas, pero a lo mejor hubiera cogido muchos palos también.
Sin más por ahora,
Daniel de Malas Andreu
Les dejo con la entrevista:
Por Jorge Ebro
El lanzamiento más dominante de Rogelio García le llamaban la bola de tenedor, pero realmente era una daga que solía rebanar las esperanzas de quienes se paraban delante del lanzador de Pinar del Río en sus mejores tiempos.
Propietario del récord histórico de más ponches en la historia de la pelota cubana, García es reconocido por muchos como el lanzador más completo, al menos entre fines de los 70 y buena parte de los 80.
Antes de iniciar una nueva fase de trabajo en el béisbol de Panamá, García ha pasado por Miami para reencontrarse con aficionados y amigos que le han recibido con los brazos abiertos y el cariño que merece un hombre de su trayectoria.
¿Qué haces por estos días?
“Terminé con Víctor Mesa que estaba con Industriales y ahora parto para Panamá a trabajar el 25 de septiembre a trabajar en la liga profesional de allá con el equipo de Veragua’’.
¿Por qué no vemos un Rogelio García en Series Nacionales?
“La etapa esa que yo llamo la de los Monstruos de la Pelota Cubana acabó, esos peloteros abundan muy poco en Cuba o están poniéndose viejo. Ya no se va al seguro como eran antes. La pelota en Cuba ha decaído bastante’’.
Tampoco se ven jóvenes con rectas de humo o repertorio variado.
“Esos pitchers no abundan. Allí son pitchers de 90 o 91 millas, y el repertorio no lo tiran, porque les cuesta dominar nuevos lanzamientos. Esos lanzadores ya no los tenemos’’.
¿Qué sientes cuando repasas tu carrera?
“Tuve grandes momentos y pude haber tenido muchos más. Cada cuatro días lanzaba yo, cada cuatro días, martes y sábado, pero creo que pude haber hecho más, haber sumado más ponches. Yo tuvo dos juegos sin hit ni carrera, 56 lechadas, más de 200 victorias’’.
¿Crees que hubieras brillado en Grandes Ligas?
“Estoy seguro que sí. Si Contreras llegó, y llegó el Duque y llegó Liván, estoy seguro de que también habría hecho algo en las Grandes Ligas’’.
Todo el mundo recuerda los jonrones de Cheíto en el 77 y Marquetti en el 86.
“Fueron momentos grandes, que también demuestran mi amor por la camiseta. Hay pocos ahora que tienen ese amor por la camiseta de la provincia. El de Cheo fue en una selectiva, bien dado, porque era un monstruo como bateador’’.
¿Y el de Marquetti?
“Yo apenas iba a ir [a La Habana] porque había empatado la serie un día antes en Pinar del Río y al día siguiente fuimos a decidir en el Latino. Yo había lanzado nueve entradas y me llamaron a relever y volví a lanzar ocho episodios. Era otra época’’.
¿Extrañas esa época?
“Era incomparable, una etapa monstruosa. Ibamos a todos los campeonatos y arrasábamos. Ahora no. Ahora Cuba va a los torneos a a ver cómo clasifica primero y ver si puede luego ir por el banderín. A veces ni ganas dan de ver la pelota internacional. Mira la derrota de los Centroamericanos que se perdió. No bateamos’’.
¿Quienes son tus lanzadores favoritos?
“Vinent, el difunto Juan Pérez Pérez, Omar Carrero, Julio Romero…’’.
¿Y tú donde estás en esa lista?
“Creo que debo incluirme en la lista’’.
¿Qué bateador te daba más trabajo dominar?
“Pedro Jova. Le podía lanzar a 96 millas y el bateaba la bola por donde quería, como si estuviera jugando conmigo’’.
UN CICLON ARRASADOR EN EL BOX
Quizá no fuera el mejor, pero habría que buscar con profundidad en la historia de las Series Nacionales para encontrar un lanzador tan dominante como Rogelio García, el Ciclón de Ovas que bate por estos días sobre Miami.
García, quien brillara con los conjuntos de Pinar del Río, es uno de los últimos ex estelares de la pelota cubana de las pasadas décadas que visita Miami, donde muchos no han olvidado sus grandes momentos.
Con un lanzamiento que todavía es material de leyenda, el tenedor, García hizo estragos a fines de los 70 y los 80, época en que para muchos se erigió como el lanzador más completo y temido.
Entre 1977 y 1988 conquistó siete veces el título de ponches, además de lanzar dos juegos sin hit ni carrera para convertirse en apenas el tercer pitcher en torneos cubanos con más de un choque de ese calibre.