Las claves de un Mayabeque sorprendente

A estas alturas que los Huracanes estuvieran en puestos de clasificación directa para clasificar a segunda vuelta es algo que alegra a los fanáticos

Por Alexander García Milián

Es septiembre de 2016, es decir, hace ya dos años; época de recién graduado, de tormenta de ilusiones y esperanzas, de frustraciones atroces; es el momento donde quiero comerme al mundo con más ganas que nadie y ahí, sería cinco o seis de septiembre me encuentro sentado en las gradas del estadio Nelson Fernández pensando otra sarta de ideas locas y disparatadas, presto a disfrutar junto a los cerca de sesenta aficionados del partido entre Mayabeque e Isla de la Juventud.

Quiso el azar, la suerte, el destino diría para ser más conciso que ese día estuviera en primera cobertura periodística para la emisora provincial, Radio Mayabeque… La Isla venía con el ego por las nubes- subcampeón en 2015- ; la selección mayabequense con algo más que ganas; nombres como Denis Laza, Michael González, Orlando Lavandera, Alexander Pozo; insuflaban algo el ánimo de los presentes allí en San José de Las Lajas…

- Mayabeque tiene que llamar a gente de béisbol, a los retirados que pueden dar mucho todavía ; Luis Ignacio, en el bateo, Pedroso y Gálvez en el pitcheo; estos dos son de los mejores de Cuba- comentaba con par de aficionados antes de empezar el juego. 

El partido inició, pude ver a Michel Enríquez pegar línea al center en su primer turno; a Michael sacarla de línea por el left para poner arriba a Mayabeque, pero lo que más ví fue el desmoronamiento de un equipo en menos de veinte minutos; Mayabeque ganaba por 4, y entonces sobre el quinto inning, el abridor, comenzó a dar boletos, llenó las bases, Leonardo Urgellés pego doblete por el right y después en tromba, otro tubey de Giovanny Díaz y vuelacercas de Gerardo Casi y Jordanis Acebal…. En el séptimo los piratas noqueaban a los locales…

La resignación se volcó sobre el rostro de los que estábamos en el estadio; todos sin darnos cuenta creo, fuimos presa de un silencio atroz, desolador; unas palabras escuetas del manager Vanoy Arado, de Laza y Michael fue lo más decente que recogió mi grabadora ese día,… pero…

¿Se cumplió?

Es 2018, ya se fueron par de años otra vez como si nada; como el agua que corre; en la Serie Nacional 58, Industriales y Mayabeque juegan la subserie de primera ronda en el Latino. Los Huracanes tienen a Luis Ignacio González de coach de bateo y Gálvez y Pedroso asesoran el equipo en el área de lanzadores. Como salidos de la nada, los del elenco mayabequense le ganan dos partidos a los azules y la “cosa”, la opción de dar el salto definitivo a la “élite” se torna más segura. 

Con Darién Nápoles tirano 93 y 94 millas sostenidas; Yarián Martínez dando ceros hasta la lechada, Pedro León sonando el madero con saña; con ellos la cara de Mayabeque se ve que comienza a cambiar.

Suben y bajan en la tabla, son barridos por Villa Clara y entonces parece que la ilusión se desvanece pero no vuelven a dar guerra, se sienten renacidos; Mayabeque comienza a copar titulares deportivos, Mayabeque quizás unos de los pocos tragos de miel de esta bilis demasiado amarga que produce la pelota cubana.

¡Se acabaron los refuerzos!

En años anteriores Mayabeque siempre aportaba jugadores a otros elencos para la segunda ronda. Los nombres de Denis Laza, Michael González y Orlando Lavandera sonaban casi seguros en los pedidos; Laza y Lavandera fueron campeones nacionales incluso con Pínar del Río y Ciego de Ávila, respectivamente; Michael también fue subcampeón con Pínar e incluso Alexander Pozo y Mario Batista reforzaron a Matanzas. 

Esta temporada parece que eso de refuerzos sabe a viejo;… los pupilos de Vanoy Arado van a por todas, incluso obviando eso del fatalismo que les tocó cuando se dividió la antigua provincia Habana;- que si los pitchers para allá, que si bateadores para acá- bueno; Mayabeque esta metido de lleno en el play.

A estas alturas que los Huracanes estuvieran en puestos de clasificación directa para clasificar a segunda vuelta es algo que alegra a los fanáticos; sin dudas es un soplito de vida para lo estéril de nuestro béisbol… ¡Bienvenidos Mayabeque,…pues!